miércoles, 26 de agosto de 2020

Cataluña como sinónimo de mentira, Juan García Sentandreu

En su artículo: “Cataluña como sinónimo de mentiraJuan García Sentandreu, Vox Valencia, escritor y jurista, escribe y aporta los siguientes datos y documentación:

El Reino de Valencia es 900 años LATINO y 530 años MUSULMÁN. De ahí que la Lengua Valenciana tenga la mayor parte de su base idiomática en el latín de los conquistadores romanos (900 años) y una gran y rica aportación árabe (530 años).
Los condados “catalanes” fueron 900 años LATINOS; 84 años MUSULMANES y 450 FRANCESES. Lo que nos lleva indefectiblemente a concluir que sobre la misma base latina que el resto de lenguas romances europeas, el catalán carecía de la aportación árabe de la que goza el valenciano y, por el contrario, tiene durante casi 5 siglos (450 años) la aportación occitano-provenzal francesa. Esta es la razón de que en Cataluña utilicen tantos términos franceses como el “gairebé”, “mercí” o “merces”, “donç”, “si us plau”, o “petit” todos importados del provenzal fruto de su dependencia y vasallaje a la corona francesa durante casi 5 siglos.
Mientras Valencia ha sido una provincia hispanorromana y un Reino hispano-árabe, y posteriormente un Reino perteneciente a la Corona de Aragón y a la Corona Española, las tierras catalanas fueron parte de una provincia hispanorromana (hasta el 801), francesa (hasta el 1258), aragonesa y española desde 1258 hasta hoy. NUNCA HAN SIDO UNA NACIÓN NI HAN GOZADO DE SOBERANÍA PORQUE NO HAN TENIDO UN REY NI HAN SIDO UN REINO. (Sí que han tenido rey, francés o aragonés; Reino nunca ha sido, sino Principat de Cathalunya, Catalunya)
LA MENTIRA EN SU DIMENSIÓN LINGÜÍSTICA.
LA GRAN MENTIRA DE QUE EL VALENCIANO PROVIENE DEL CATALÁN.
El nacionalismo catalán erige su supuesta nación en otra gran mentira: el carácter histórico y original de la lengua catalana. La lengua catalana impuesta por el nacionalismo catalanista desde el pasado siglo XX es un producto de laboratorio sobre la base de un barceloní, que tiene su origen en el provenzal francés o lemosín y que carece absolutamente de literatura histórica.

antigua lengua catalana según Bofarull (occitano y valenciano mezclado)
Una de las definiciones más certeras, y que me imagino son candidatas a ser manipuladas, es esta verdadera confesión –no de culpabilidad, sino de realidad- cuando la Wikipedia nos dice algo que he sostenido siempre y que tanto desagrada leer al catalanismo-, y es que la lengua catalana no existió como tal hasta el siglo XV (dos siglos después de la Conquista de Valencia) y como una variedad dialectal con muy escaso valor, y con una cierta relevancia hasta el siglo XIX con su “Renaixença”. Dice la enciclopedia que “La literatura en catalán vio sus primeras grandes obras antes en prosa que en verso. Esto se debió a que los poetas cultos, hasta el siglo XV, preferían utilizar el provenzal literario en vez de la variedad autóctona, como en el caso de Alfonso II (el Trovador). Cabe destacar, sin embargo, que existían pocas diferencias entre la lengua catalana y las diversas variedades occitanas (provenzal, languedociano, lemosín, gascón...), muchas menos en la Edad Media, ya que durante esa época y en siglos posteriores se consideraban la misma lengua”.

provenzal, languedociano, lemosín, gascón, etc


Por si la cosa no está clara, añado la cita del filólogo y lingüista catalán Antoni Badía Margarit, rector de la Universidad de Barcelona, que en su Gramática Histórica Catalana (1952) sostiene que “no es el catalán una lengua románica que siempre haya estado entre las lenguas con personalidad propia: todo lo contrario, era considerado como una variedad dialectal de la lengua provenzal, y sólo desde hace relativamente poco ha merecido la categoría de lengua neolatina independiente”. Ref. Antoni Badía Margarit. Gramática Histórica Catalana (1.952). Por si fuera poco, traigo a colación, también, la cita del insigne historiador y humanista, Menéndez Pelayo que de manera tajante afirma que “hasta muy entrado el siglo XV, en Cataluña los versos se componían en Provenzal”, lo que confirma tanto la versión de la enciclopedia como la de Badía Margarit.
Y en el mismo sentido la del filólogo e hispanista francés Alfred Morel-Fatio cuando sostiene que “el catalán es una mera variante de Provenzal porque los habitantes de Septimania y los de la Marca Hispánica (hoy Cataluña) hablaban la misma lengua Provenzal” (Études sur l'Espagne (3 vols., 1888-1904; segunda edición de los volúmenes I y II, 1895 y 1906).
Y también el Filólogo suizo-alemán Meyer-Lübke que de manera incontrovertible sostiene que “el catalán..., que no es más que un dialecto del Provenzal” (Grammaire des Langues Romanes". Paris, 1890. pág.13).
Finalmente, y como colofón y rúbrica de lo dicho, el patriarca de la Romanística y creador de la Gramática Comparada, el filólogo alemán Friedrich Christian Díez (15 marzo 1794-29 mayo 1876), confirma la dependencia dialectal del romance hablado en los condados catalanes” bajo influencia francesa: “el Provenzal se extiende particularmente en Cataluña” ("Grammaire des Langues Romanes”. Paris. 1874. p.3) “Alvernés, gascón, provenzal, lenguadociano son dialectos romances”.
Así pues, en el siglo XV, mientras los condados franco-catalanes tenían una incipiente y escasa literatura en provenzal - como dice la enciclopedia digital y los eruditos reseñados - y toda su legislación estaba en latín, el Reino de Valencia no sólo gozaba ya de dos siglos de leyes en valenciano sino que su literatura entraba en el gran siglo de Oro de la Lengua Valenciana y nuestros autores, Ausiàs March, Joanot Martorell, Jaume Roig, Roig de Corella, Marti de Viciana, Isabel de Villena, Bonifacio y Vicente Ferrer, todos ellos valencianos, manifestaban sin excepción que el idioma en que escribían sus obras en pleno siglo XV no era otro que la “Lengua Valenciana”.
CONCLUSIÓN, Así las cosas, volvemos siempre a la pregunta del principio: Unos condados fronterizos que durante 500 años pertenecieron a Francia (801-1258), que toda su legislación estaba en latín y que hablaban un galo-romance como el provenzal (tal como dicen los más prestigiosos filólogos e historiadores) al menos hasta 2 siglos después de la conquista de Valencia, ¿cómo van a traer a Valencia y a enseñar a hablar a todo un reino que les multiplicaba en todos los aspectos?
Y concretamente en la ciudad de Valencia que por aquel entonces tenía 30.000 habitantes según el estudio de la paleo-historiadora Amparo Cabanes, ¿eso lo hicieron 600 soldados o colonos iletrados de los condados franco-catalanes que reclutó Jaime I para su ejército conquistador y se asentaron en nuestra ciudad, según consta en el “llibre dels avehinaments” y en el "llibre del Repartiment"? repartimiento-de-valencia

Y si así fuera, ¿con qué prodigioso método enseñaron a hablar como para que el Rey Conquistador nos diera inmediatamente nuestra legislación foral -Els Furs- en romance valenciano, y obligara a jueces y médicos a dar sentencias y recetas “en lengua llana” para que los valencianos lo entendiéramos? "Los jutges en romanç diguen les sentencies...", "Metges axi fisichs com cirurgians les receptes que ditaran hajen a dictar en romanç declarant lo nom de les herbes en lur nom comu, e vulgar".
La teoría catalanista de la colonización del Reino de Valencia hace aguas por todos lados. Pero el esencialismo integrista de su nacionalismo irracional les ciega de tal manera que no admiten estos datos y pruebas científicas que desmontan definitivamente la gran mentira catalanista.
EL REINO MORO DE VALENCIA HABLABA VALENCIANO 300 AÑOS ANTES DE LA CONQUISTA DE JAIME I.
En el año 2002 publiqué el libro 'Breve historia de Valencia, Didáctica elemental para amar y defender en Valencia (Juan García Sentandreu, ediciones Fundacio Nuevo Valencianismo, 2002). En su primera parte: “Historia de la Lengua Valenciana”, y en su capítulo cuarto, hablo de la Valencia mozárabe en la que los cristianos que vivían bajo el dominio musulmán (mozárabes) hablaban desde el siglo IX, un latín vulgar arabizado en el nombre de 'romanç valenciá', la lengua que se encontraría Jaime I cuando conquista el Reino de Valencia en 1238.
Son diversos los testigos, los documentos, que manifiestan la existencia de los mozárabes y de la lengua de los mozárabes a lo largo del periodo de dominación islámica. He ampliado esta información en sus fuentes y citas bibliográficas para los que tengan interés en su estudio.
1.- El arabista, lexicógrafo e historiador Francisco Javier Simonet y Baca, por ejemplo, relata de los mozárabes que “dando gallarda muestra de la capacidad, su ingenio y aplicación, y acomodándose a las difíciles circunstancias de su largo cautiverio, cultivaron ambas lenguas y literaturas sobresaliendo, así, en el árabe como en la hispano-latina, pero sin olvidar la suya propia”. Y añade: “Los mozárabes conservaron perpetuamente el conocimiento de la lengua latina, al menos como lengua sabia. Ocurre la importante cuestión de que la lengua vulgar usada comúnmente por aquel pueblo, pues ni el árabe era hablado generalmente por los mozárabes, como algunos han supuesto, ni el antiguo latín se hablaba ya por los antiguos españoles, llevando algunos siglos de decadencia y descomposición en el uso familiar y corriente. Nosotros creemos que los mozárabes, hablaban un dialecto vulgar formado por el antiguo latín y otros elementos filológicos acumulados en el transcurso de los siglos en toda la península, siendo muy parecido al romance de hoy”.
2.- Dr. En Filosofía y Letras, el Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, Manuel Mourelle de Lema, abunda en esta cuestión cuando dice que “en la Lengua Valenciana se encuentran vivos muchos vocablos procedentes del árabe… Hibridación y seudomorfosis son fenómenos lingüísticos resultantes de una larga convivencia de dos culturas: la ibero-latina valenciana y la árabe”. Mourelle de Lema entiende por tanto que “no se puede minimizar el valor de las jarchas valencianas para probar la existencia de un romance en Valencia antes del siglo XI… No es erróneo, sino muy científico e incontrovertible, suponer una tradición de canciones eróticas en romance en tiempos anteriores al que vivieron los citados poetas els musulmanes en lo que sería Reino de Valencia. Incluso podría pensarse en su existencia en los siglos IX y X”.
3.- El profesor Gómez Bayarri, licenciado en Filosofía y Letras y Doctor en Historia por la Universidad de Zaragoza, acota que “el romance idioma madre debió de constituir el vehículo de expresión de la vida cotidiana familiar y lazo de comunicación de la vida sentimental. Así lo atestiguan las canciones de amor, amplio repertorio, llenas de amable dulzura…”.
4.- La escritora y experta arabista, Teresa Garulo, profesora del Departamento de estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Complutense de Madrid que escribe que “Los viajes a Oriente se convierten en el vehículo transmisor de la cultura árabe, los hombres cultos van a las grandes metrópolis, deseosos de perfeccionar su cultura y, al regresar, llevan las novedades de Bagdad, toda la poesía de los modernos y más tarde de los neoclásicos, que son los que ejercen una influencia viva, directa y eficaz de los poetas hispanoárabes”. Y continúa. “A principios del siglo X, Muqqadam de Cabra crea la “moaxaja”, producto típicamente hispano-árabe, caracterizado por la estructura estrófica, desconocida en la poesía árabe, y por la adición de un final en romance: la jarcha”.
“Sólo en Valencia se mantiene la tradición cultural anterior a los almorávides, y con Ibn Jafaya (m. 1138) y su sobrino Ibn azZaqqaq (m. 1134) se crea la escuela de poetas paisajistas que todavía supieron reanimar el andamiaje de la “casida” y renovar el “cabnal” de las metáforas”, escribe Teresa Garulo.
La poesía árabe del final de la dominación islámica es una poesía popular. Los poemas reciben el nombre de “moaxaha” o “moaxaja”, rematadas por una jarcha. La moaxaha consta de seis partes rimadas entre sí y otras cinco partes que no tienen rima común. La jarcha o harja final es la salida, el remate y, por lo general, está redactada en romance. Las jarchas son cánticos de amigo, de amor, de cariño, puestas en boca de quien añora a la persona amada. Y son propias de la comunidad mozárabe cristiana. Pero las hay también escritas en árabe, incluso en hebreo, lengua que hablaba la comunidad judía.
5.- El Catedrático de Historia, Leopoldo Peñarroja, señala que las jarchas (harges) “se convierten en síntoma y en cristal a través del cual es posible penetrar en la interioridad de la civilización románica de Al Andalus, por su conexión o pertenencia a una primitiva lírica románica”. Para Peñarroja, “las jarchas anuncian, consecuentemente, la permanencia de un mundo cultural hispa-románico distinto, a pesar de que viene íntimamente de la cultura arábiga implantada en el siglo VIII. Hoy no cabe la menor duda de que en el trasmundo de las jarchas valencianas hay una literatura preexistente y popular”.
6.- El arabista Emilio García Gómez, presidente de la Academia de la Historia y miembro de la Real Academia Española de la Lengua, hace "la observación de que la métrica de les moaxahes y de los zejels no siguen la métrica arábica, sino la métrica silábica latina, la románica, que pervivió durante todo el período de arabización".
7.- El catedrático de lengua, literatura y filología, Dámaso Alonso Fernández de las Redondas, después de estudiar una veintena de “muwxxaha” se encontró a Samuel Stern, profesor universitario, en una sinagoga de Jerusalén, que le confirmó que “musulmanes, judíos y mozárabes utilizaban un romance vernáculo, con unos caracteres estructurales que eran similares a los del valenciano primitivo. Este romance vernáculo gozaba, además, de plena vitalidad a la hora de la reconquista y tenía límites definidos”.
8.- El filólogo, medievalista e historiador, Ramón Menéndez Pidal, cuenta que Mío Cid, Rodrigo Díaz de Vivar, al conquistar la ciudad de Valencia en 1090, encargó la vigilancia y defensa de la ciudad a los mozárabes que había dentro “porque fueron criados con los moros y hablaban como ellos y sabían sus maneras y costumbres”.
9.- Es más, el medievalista y Catedrático de Historia Antonio Ubieto Arteta afirma que “los musulmanes que nos invadieron y colonizaron no fueron nunca superiores en número a los naturales de Valencia, a los cuales, además, respetaron, y recuerda que la Sura II del Corán obliga a los árabes a proteger a los cristianos y a sus iglesias”.
Está más que demostrado que no es verdad lo que sostienen los catalanistas de que cuando llegó Jaime I no encontró aquí ningún mozárabe y que, por lo tanto, no se hablaba el romance, el latín antiguo de los romanos, lo que hablaban los valencianos, dicen los catalanistas, es el catalán de los pocos “catalanes” que iban con Jaime I en la conquista de Valencia.
10.- El catedrático de Estudios Hispánicos Al Andalus de la Universitat de El Cairo, Hussein Mones, en su libro “Andalusia, Algarbia and Al Sharky”, cuenta que “a la llegada de Jaume I a Valencia en 1238, había aquí, en todo el territorio del Reino Moro de Valencia, 120.000 musulmanes, 65.000 cristianos (mozárabes) y 2.000 judíos”.
Según Mones, y así lo recoge en su libro, al rendirse el rey Zayán a Jaime I y darle las llaves de las puertas de la ciudad, le dijo: “En la ciudad de Valencia conviven musulmanes, gente noble de mi pueblo, junto a cristianos y judíos. Espero que sepa gobernarlos para que continúen viviendo con la misma armonía y para que trabajen esta noble tierra conjuntamente. Aquí, durante mi reinado salían procesiones de la Semana Santa y los cristianos profesaban su religión con toda libertad, ya que nuestro Corán reconoce a Cristo y a la Virgen María. Espero que Vd. conceda el mismo trato a los musulmanes de Valencia”.
F. J. Simonet, del que ya hemos hablado al principio, en referencia a esto, escribe que “los mozárabes nunca llegaron a olvidar, ni en el uso vulgar ni en el literario, el idioma latino e hispano-latino recibido de sus ascendientes, su idioma religioso y nacional”.
11.- El escritor, historiador y epigrafista, Aureliano Fernández Guerra, asegura que “los mozárabes fueron guardadores fidelísimos de la lengua romance, de la poesía y de las costumbres de sus antepasados”.
12.- El filólogo Joan Costa corona esta grupo de pruebas y argumentos de forma contundente y esclarecedora cuando escribe: “Si hoy en Valencia, después de 400 años de cultura castellana, de documentación oficial en castellano, de escuela y liturgia en castellano, de medios de comunicación en castellano, la gente, sobre todo en los pueblos, continúa hablando la lengua valenciana, aunque todos conozcan el castellano y la inmensa mayoría escribe siempre en castellano, ¿Por qué debería de ser diferente en la lengua valenciana? ¿Por qué los valencianos musulmanes, en continuo contacto con los cristianos de los reinos fronterizos, deberían de perder su romance?”.
13.- El filólogo romanista y etimólogo alemán, Harri Meier, citado por Peñarroja, tiene también una frase aplastante en esta polémica: “Nunca, en ningún lugar, ha sucedido el simple trasplante de un idioma a otro pueblo o población.
14.- Para al filólogo y miembro de la Real Academia Española de la Lengua, Luis Fullana Mira, “solo el substrato mozárabe configuró la individualidad lingüística de Valencia”.
Idea que amplia Gómez Bayarri al decir que el romance “constituyó el estrato fundamental en la configuración de la Lengua Valenciana, hecho que pronto se plasmó va en la singularizada conciencia idiomática medieval valenciana, y así quedó constatado en documentos jurídicos, literarios y notariales que dan imagen a su particular onomástica”.

JORNADA SÉPTIMA. NOVELA CUARTA.

JORNADA SÉPTIMA. NOVELA CUARTA.

Tofano li tanque una nit la porta de casa a la seua dona, y ella, no podén fes obrí en súpliques, fa vore que se tire a un pou, y avíe allí un códul gran.


Tofanoli tanque una nit la porta de casa a la seua dona, y ella, no podén fes obrí en súpliques, fa vore que se tire a un pou, y avíe allí un códul gran. Tofano ix de casa y corre cap allí, ella entre a casa y li tanque an ell la porta, y bramán lo insulte.

Lo rey, al sentí que acababe la novela de Elisa, sense esperá, giránse cap a Laureta, li va mostrá que li tocáe an ella narrá; per lo que ella aixina va escomensá a di:
¡Oh, Amor, cuántes y quínes són les teues forses, cuáns los consells y cuántes les invensións! ¿Quín filósofo, quín artista haguere pogut alguna vegada o podríe mostrá estes sagassidats, esta inventiva, estos arguméns que inspires tú de repén al que seguix les teues patejades? Per sert que la doctrina de consevol atre es mol justeta en relassió a la teua, com mol be se pot compendre de les coses antes mostrades; a les que, amoroses siñores, yo ne afegiré una, ficada en práctica per una doneta tan simple que no sé quí mes que Amor haguere pogut mostrálay.

Va ñabé fa tems a Arezzo un home ric, de nom Tofano. An éste li va sé donada per dona una majíssima jove de nom doña Ghita, de la que ell, sense sabé per qué, pronte se va sentí selós, y donánsen cuenta ella se va enfadá; y habenli preguntat moltes vegades sobre la raó dels seus sels, y no habénli sabut ell siñalá mes que coses generals y roínes, li va víndre al ánim a la dona fel morí del mal que sense raó se temíe. Y veén que un jove, segóns lo seu juissi mol pincho, la marejáe, discretamen va escomensá a enténdres en ell; y están ya les coses tan avansades entre ell y ella que no faltáe mes que cambiá les paraules per obres, va pensá la Siñora trobá una manera per a féu.

Habén vist entre les males costums del seu home que se entreteníe eixecán lo colse, no sol va escomensá a alabál per alló, sino que lo insitáe a beure mol assobín. Y tan va pendre alló per costum, que casi totes les vegades que ella volíe, lo acabáe engatán; y cuan lo veíe ben gat, sel emportáe a dormí. Aixina se va trobá la primera vegada en lo seu amán, y después moltes vegades va continuá trobánse en ell, y tan se va confiá de les borracheres del home, que no sol habíe arribat al atrevimén de portá al querido a casa, sino que ella a vegades sen anabe en ell a la seua, que no estáe mol apartada, y después tornáe a casa., Y de esta manera continuán la enamorada dona, va passá que lo desgrassiat y cornut sen va doná cuenta de que lo animáe a beure, pero ella no bebíe may; per lo que li van entrá sospeches de lo que passáe, aixó es, que la dona lo engatáe per a pugué fé lo seu gust mentres ell dormíe la mona. Y volén de aixó, si aixina fore, tíndre probes, un día, sense beure gens en tot lo día, com si fore lo home mes abstemio (Artemio no) que ñaguere, va fé vore que anáe tou, y creénsu la dona, y pensán que ya no li calíe beure mes, lo va prepará per a dormí. Y fet aixó, segóns acostumáe a fé algunes vegades, va eixí de casa, y a casa del seu amán sen va aná, y se va quedá allí hasta mija nit.

Tofano, al no sentí a la dona, se va eixecá y va aná cap a la porta, la va tancá per dins y se va apoyá a la finestra en lo cap a fora, vigilán a vore cuán tornaríe y féli manifest que sen habíe acatat de les seues costums; y allí estáe encara cuan la dona va torná, y trobánse la porta tancada, se va assustá, y va escomensá a probá de forsála. Después de está Tofano un rato miránla, li va di: - Dona, te esforses en vano, perque aquí dins no podrás torná a entrá. Torna allí aon has estat hasta ara; y que sápigues que no tornarás may aquí hasta que de aixó, en presénsia dels teus paréns y de los veíns, te haiga fet lo honor que te convé.

La dona va escomensá a suplicá per l´amor de Deu que faiguere lo favor de obríli, perque no veníe de aon ell pensáe, sino de velá en una veína seua, perque les nits eren mol llargues y ella no podíe dormí tota la nit, ni velá sola a casa. Los rogs no li servíen de res, perque aquell animalot estabe disposat a que tots los del poble conegueren la seua vergoña, si es que no la sabíen. La dona, veén que lo suplicá no li valíe, va cambiá a les amenasses y va di: - Si no me obris te faré lo home mes desgrassiat que existix.
A lo que Tofano va contestá: - ¿Y qué podríes fém?

La dona, a la que Amor ya li habíe agullonat en los seus consells, li va contestá:
- Abans de patí la vergoña que vols fém passá sense raó, me aviaré an este pou que está aquí prop, y cuan después me trobon morta, tots creurán que tú, engatinat, me has aviát allí, y aixina, sirás pregonat, haurás de fugí o pédre tot lo que tens, o te tallarán lo cap per habém assessinat. Tofano ni se va inmutá, ni va cambiá gens la seua néssia opinió en estes paraules; per lo que la dona li va di: - Pos ya no puc patí mes, ¡Deu te perdono!

Y dit aixó, sén la nit tan fosca que apenes hauríen pogut vóres un al atre per la carrera, sen va aná la dona cap al pou; y, eixecán com va pugué una grandíssim bolo que ñabíe al peu del pou, cridán «¡Deu, perdónam!», la va dixá caure a dins del pou.

Lo códul, al arribá al aigua, va fé mol soroll, y al sentíu Tofano se va creure que se habíe aviát a dins; per lo que, agarrán lo cubo en la corda, a escape se va adressá cap al pou per a ajudála.

La dona, que se habíe amagat a un raconet prop de la porta, al vórel corre cap al pou perdén les calses, se va embutí a casa y se va tancá a dins, se va assomá a la finestra y li va di: - Se ha de beure aigua pel día, no sol per la nit. Tofano, al sentíla, se va vore burlat y va aná cap a la porta, y com no podíe entrá, li va escomensá a cridá que lo obriguere.

Ella, dixán de parlá baixet com hasta entonses habíe fet, cridán, va di: - Per los claus de nostre Siñó, borracho fastidiós, no entrarás aquí esta nit; no puc patí mes estes costums teues: ting que féli vore a tot lo món quí eres y a quin hora tornes a casa per la nit. Tofano, mol cabrechat, la va escomensá a insultá quirdán; y sentín este abalot, los veíns se van despertá y eixecá, hómens y dones, y se van assomá a les finestres y van preguntá qué ere alló. La dona va escomensá a di plorán:

- Es este mal home, que me torne gat per la nit a casa o se adorm per les tabernes y después torne an estes hores, o mes tart; ya lo hay aguantat mol, y no ha valgut de res, y com ya no u aguanto mes, hay volgut fél passá esta vergoña de tancáli la porta de casa per a vore si torne al bon camí. Lo animalot de Tofano, per la seua part, díe cóm habíe sigut la cosa y la amenassabe. La dona als seus veíns los díe:

- ¡Veigáu quín home! ¿Qué pensaríeu si yo estiguera al carré com está ell y ell estiguere a casa com estic yo? Per Deu que seguramén lo creuríeu an ell: be podéu vore lo servell que té. Diu que hay fet lo que yo crec que ha fet ell. Se ha cregut que me assustaría si aviáe no sé qué al pou, ojalá Deu que se haguere aviát de verdat y aufegat de aigua, que lo vi que se ha trascolat se hauríe batejat ben be.

Los veíns, hómens y dones, van escomensá tots a empendre a Tofano, y a fótreli la culpa an ell, y a insultál per lo que díe contra la seua dona; y enseguida va corre lo rumor de veí a veí, que va arribá hasta los paréns de la dona. Estos, anán cap allí, y sentín lo que díen uns veíns y datres, van agarrá a Tofano y lo van esbatussá, dixánlo com u haguere fet una mola de molí. Después, entrán a la casa, van pendre les coses de la dona y en ella sen van aná a casa, amenassán a Tofano en coses pijós. Tofano, veénse malparat y que los seus sels lo habíen portat per mal camí, com volíe a la seua dona, va recurrí an algúns amics que van fé de intermediaris, y al final se va torná a emportá la dona a casa, a la que va prometre no sé may mes selós; y ademés de aixó, li va doná llissénsia per a que faiguere lo que vullguere, pero en prudénsia, que ell no sen acatare. Y aixina se va quedá, tontet, cornut y esbatussat. Viva lo amor (y mórigue la avaríssia), y viva la compañía.




JORNADA SÉPTIMA. NOVELA CUARTA.

JORNADA SÉPTIMA. NOVELA CUARTA.

Tofano li tanque una nit la porta de casa a la seua dona, y ella, no podén fes obrí en súpliques, fa vore que se tire a un pou, y avíe allí un códul gran.


Tofanoli tanque una nit la porta de casa a la seua dona, y ella, no podén fes obrí en súpliques, fa vore que se tire a un pou, y avíe allí un códul gran. Tofano ix de casa y corre cap allí, ella entre a casa y li tanque an ell la porta, y bramán lo insulte.

Lo rey, al sentí que acababe la novela de Elisa, sense esperá, giránse cap a Laureta, li va mostrá que li tocáe an ella narrá; per lo que ella aixina va escomensá a di:
¡Oh, Amor, cuántes y quínes són les teues forses, cuáns los consells y cuántes les invensións! ¿Quín filósofo, quín artista haguere pogut alguna vegada o podríe mostrá estes sagassidats, esta inventiva, estos arguméns que inspires tú de repén al que seguix les teues patejades? Per sert que la doctrina de consevol atre es mol justeta en relassió a la teua, com mol be se pot compendre de les coses antes mostrades; a les que, amoroses siñores, yo ne afegiré una, ficada en práctica per una doneta tan simple que no sé quí mes que Amor haguere pogut mostrálay.

Va ñabé fa tems a Arezzo un home ric, de nom Tofano. An éste li va sé donada per dona una majíssima jove de nom doña Ghita, de la que ell, sense sabé per qué, pronte se va sentí selós, y donánsen cuenta ella se va enfadá; y habenli preguntat moltes vegades sobre la raó dels seus sels, y no habénli sabut ell siñalá mes que coses generals y roínes, li va víndre al ánim a la dona fel morí del mal que sense raó se temíe. Y veén que un jove, segóns lo seu juissi mol pincho, la marejáe, discretamen va escomensá a enténdres en ell; y están ya les coses tan avansades entre ell y ella que no faltáe mes que cambiá les paraules per obres, va pensá la Siñora trobá una manera per a féu.

Habén vist entre les males costums del seu home que se entreteníe eixecán lo colse, no sol va escomensá a alabál per alló, sino que lo insitáe a beure mol assobín. Y tan va pendre alló per costum, que casi totes les vegades que ella volíe, lo acabáe engatán; y cuan lo veíe ben gat, sel emportáe a dormí. Aixina se va trobá la primera vegada en lo seu amán, y después moltes vegades va continuá trobánse en ell, y tan se va confiá de les borracheres del home, que no sol habíe arribat al atrevimén de portá al querido a casa, sino que ella a vegades sen anabe en ell a la seua, que no estáe mol apartada, y después tornáe a casa., Y de esta manera continuán la enamorada dona, va passá que lo desgrassiat y cornut sen va doná cuenta de que lo animáe a beure, pero ella no bebíe may; per lo que li van entrá sospeches de lo que passáe, aixó es, que la dona lo engatáe per a pugué fé lo seu gust mentres ell dormíe la mona. Y volén de aixó, si aixina fore, tíndre probes, un día, sense beure gens en tot lo día, com si fore lo home mes abstemio (Artemio no) que ñaguere, va fé vore que anáe tou, y creénsu la dona, y pensán que ya no li calíe beure mes, lo va prepará per a dormí. Y fet aixó, segóns acostumáe a fé algunes vegades, va eixí de casa, y a casa del seu amán sen va aná, y se va quedá allí hasta mija nit.

Tofano, al no sentí a la dona, se va eixecá y va aná cap a la porta, la va tancá per dins y se va apoyá a la finestra en lo cap a fora, vigilán a vore cuán tornaríe y féli manifest que sen habíe acatat de les seues costums; y allí estáe encara cuan la dona va torná, y trobánse la porta tancada, se va assustá, y va escomensá a probá de forsála. Después de está Tofano un rato miránla, li va di: - Dona, te esforses en vano, perque aquí dins no podrás torná a entrá. Torna allí aon has estat hasta ara; y que sápigues que no tornarás may aquí hasta que de aixó, en presénsia dels teus paréns y de los veíns, te haiga fet lo honor que te convé.

La dona va escomensá a suplicá per l´amor de Deu que faiguere lo favor de obríli, perque no veníe de aon ell pensáe, sino de velá en una veína seua, perque les nits eren mol llargues y ella no podíe dormí tota la nit, ni velá sola a casa. Los rogs no li servíen de res, perque aquell animalot estabe disposat a que tots los del poble conegueren la seua vergoña, si es que no la sabíen. La dona, veén que lo suplicá no li valíe, va cambiá a les amenasses y va di: - Si no me obris te faré lo home mes desgrassiat que existix.
A lo que Tofano va contestá: - ¿Y qué podríes fém?

La dona, a la que Amor ya li habíe agullonat en los seus consells, li va contestá:
- Abans de patí la vergoña que vols fém passá sense raó, me aviaré an este pou que está aquí prop, y cuan después me trobon morta, tots creurán que tú, engatinat, me has aviát allí, y aixina, sirás pregonat, haurás de fugí o pédre tot lo que tens, o te tallarán lo cap per habém assessinat. Tofano ni se va inmutá, ni va cambiá gens la seua néssia opinió en estes paraules; per lo que la dona li va di: - Pos ya no puc patí mes, ¡Deu te perdono!

Y dit aixó, sén la nit tan fosca que apenes hauríen pogut vóres un al atre per la carrera, sen va aná la dona cap al pou; y, eixecán com va pugué una grandíssim bolo que ñabíe al peu del pou, cridán «¡Deu, perdónam!», la va dixá caure a dins del pou.

Lo códul, al arribá al aigua, va fé mol soroll, y al sentíu Tofano se va creure que se habíe aviát a dins; per lo que, agarrán lo cubo en la corda, a escape se va adressá cap al pou per a ajudála.

La dona, que se habíe amagat a un raconet prop de la porta, al vórel corre cap al pou perdén les calses, se va embutí a casa y se va tancá a dins, se va assomá a la finestra y li va di: - Se ha de beure aigua pel día, no sol per la nit. Tofano, al sentíla, se va vore burlat y va aná cap a la porta, y com no podíe entrá, li va escomensá a cridá que lo obriguere.

Ella, dixán de parlá baixet com hasta entonses habíe fet, cridán, va di: - Per los claus de nostre Siñó, borracho fastidiós, no entrarás aquí esta nit; no puc patí mes estes costums teues: ting que féli vore a tot lo món quí eres y a quin hora tornes a casa per la nit. Tofano, mol cabrechat, la va escomensá a insultá quirdán; y sentín este abalot, los veíns se van despertá y eixecá, hómens y dones, y se van assomá a les finestres y van preguntá qué ere alló. La dona va escomensá a di plorán:

- Es este mal home, que me torne gat per la nit a casa o se adorm per les tabernes y después torne an estes hores, o mes tart; ya lo hay aguantat mol, y no ha valgut de res, y com ya no u aguanto mes, hay volgut fél passá esta vergoña de tancáli la porta de casa per a vore si torne al bon camí. Lo animalot de Tofano, per la seua part, díe cóm habíe sigut la cosa y la amenassabe. La dona als seus veíns los díe:

- ¡Veigáu quín home! ¿Qué pensaríeu si yo estiguera al carré com está ell y ell estiguere a casa com estic yo? Per Deu que seguramén lo creuríeu an ell: be podéu vore lo servell que té. Diu que hay fet lo que yo crec que ha fet ell. Se ha cregut que me assustaría si aviáe no sé qué al pou, ojalá Deu que se haguere aviát de verdat y aufegat de aigua, que lo vi que se ha trascolat se hauríe batejat ben be.

Los veíns, hómens y dones, van escomensá tots a empendre a Tofano, y a fótreli la culpa an ell, y a insultál per lo que díe contra la seua dona; y enseguida va corre lo rumor de veí a veí, que va arribá hasta los paréns de la dona. Estos, anán cap allí, y sentín lo que díen uns veíns y datres, van agarrá a Tofano y lo van esbatussá, dixánlo com u haguere fet una mola de molí. Después, entrán a la casa, van pendre les coses de la dona y en ella sen van aná a casa, amenassán a Tofano en coses pijós. Tofano, veénse malparat y que los seus sels lo habíen portat per mal camí, com volíe a la seua dona, va recurrí an algúns amics que van fé de intermediaris, y al final se va torná a emportá la dona a casa, a la que va prometre no sé may mes selós; y ademés de aixó, li va doná llissénsia per a que faiguere lo que vullguere, pero en prudénsia, que ell no sen acatare. Y aixina se va quedá, tontet, cornut y esbatussat. Viva lo amor (y mórigue la avaríssia), y viva la compañía.




martes, 25 de agosto de 2020

JORNADA SÉPTIMA. NOVELA TERSERA.

JORNADA SÉPTIMA. NOVELA TERSERA.

Fray Rinaldo se gite en la seua comare, los trobe lo home de ella a la alcoba y li fan creure que estáen conjurán los cucs del fillol.

No va pugué Filostrato parlá dissimuladamén de les yegües de Partia que les espabilades siñores no lo entengueren y no sen enrigueren, encara que fen vore que sen enríen de un atra cosa. Después lo rey li va maná a Elisa que parlare, y ella, disposada a fé cas, va escomensá: Amables siñores, lo conjur del fantasma de Emilia me ha portat a la memória una história de un atre conjur, que, encara que no sigue tan bona com va sé aquella, com no me sen ocurrix ara datra sobre este assunto, la contaré.

Hau de sabé que a Siena va ñabé en tems passats un jove mol galantejadó y de honrada familia, de nom Rinaldo; y volén mol a una veína seua y mol hermosa Siñora y dona de un home ric, y esperán (si puguere trobá lo modo de parláli sense sospeches) conseguí de ella tot lo que dessichabe, no veénu dingú y están la Siñora embarassada, va pensá en convertís en lo seu padrí; y fen amistat en lo seu home, del modo que mes convenién li va pareixe lay va di, y aixina se va fé. Habénse, pos, Rinaldo convertit en padrí, y tenín alguna ocasió mes pintada per a pugué parláli, li va fé sabé en paraules aquella part de la seua intensió que ella mol abans ya habíe vist en les expressións dels seus ulls; pero poc li va valé, sin embargo, encara que no li desagradare a la Siñora habéu sentit. Va passá no mol después que, fore quina fore la raó, Rinaldo se va fé flare y, trobare com trobare aquella pastura, va perseverá en alló; y va passá que un poc, al tems cuan se va fé flare, habíe apartat lo amor que li teníe a la seua comare y datres vanidats. En lo pas del tems, sense dixá los hábits, va escomensá a aparentá y a vestís en bons teixits, y a sé galán y adornat, y a fé cansóns y sonetos y balades, y a cantá, y datres coses paregudes an estes.

Pero ¿qué estic yo dién de fray Rinaldo del que parlem? ¿Quí són los que no fan lo mateix? ¡Ay, perdissió del perdut món! No tenen vergoña de está gorts, de tindre la cara colorada, de pareixe refinats en los vestits y en totes les seues coses, y no com a coloms sino com a galls unflats en la cresta eixecada; y lo que es pijó, dixem als que tenen les seues seldes plenes de pots a cormull de electuari y de ungüentos, de caixes plenes de dolsaines, de botelletes en aigües destilades y en olis, de botes de malvassía y vi griego o datres bons vins, plenetes, hasta lo pun de que no pareixen seldes de flares, sino tendes de espéssies o drogueríes; no se avergoñíssen ells de que los demés sápien que són goluts y llépols, y se creuen que los demés no saben que lo mol dijú, los minjás ordinaris y escasos y lo viure sobriamen faigue als hómens prims y arguellats, y la mayoría de les vegades sanos; y si se fiquen doléns, al menos no es de gota, per a la que se sol doná com a medicamén la castidat y totes les demés coses apropiades a la vida de un flare.
Y se creuen que los demés no saben que ademés de la vida austera, les llargues vigílies, lo resá y lo dissiplinás han de fé als hómens blancs y apenats, y que ni san Domingo ni San Francisco, se vestíen, sense tíndre cuatre capes cada un, no de llaneta teñida ni de atres teixits señorils, sino fets en llana grossa y basta, y de coló natural, per a protegís del fret y no per a aparentá. ¡Que Deu los ajudo com nessessiten les almes de los simples que les alimenton!

Aixina pos, tornán fray Rinaldo a les seues primeres passións, va escomensá a visitá en molta frecuénsia a la seua comare; y habén creixcut la seua arrogánsia, en mes instánsies que abans u fée va escomensá a solissitáli lo que volíe de ella.

La bona Siñora, veénse solissitá mol y pareixénli fray Rinaldo mes guapo de lo que ere abans, sén un día mol importunada per nell, va recurrí a lo mateix que totes aquelles que tenen dessichos de consedí lo que sels demane, y li va di:

- ¿Cóm, fray Rinaldo, es que los flares fan eixes coses?
A lo que lo flare va contestá:

- Siñora, cuan yo me traga este hábit, que mel trac mol fássilmen, tos pareixeré un home fet com los atres, y no un flare.

La Siñora sen va enriure y va di:

- ¡Ay, pobra de mí! Sou padrí del meu fill, ¿cóm podríe sé aixó? Estaríe mol mal, y hay sentit moltes vegades que es un pecat massa gran; y en verdat que si no u fore faría lo que vullguéreu.

A lo que fray Rinaldo va di:

- Siríeu tonta si u dixáreu per naixó. No dic que no sigue pecat, pero datres mes grans ne perdone Deu a los que se arrepentixen. Pero diéume: ¿quí es mes parén del vostre fill, yo que lo vach aguantá al batech o lo vostre home que lo va engendrá?

La Siñora va contestá:

- Mes parén seu es lo meu home.

- Diéu la verdat - va di lo flare-. ¿Y lo vostre home no se gite en vosté? - Claro que sí - va contestá la Siñora.

- Pos - va di lo flare- y yo, que soc menos parén del vostre fill que lo vostre home, tan puc gitám en vos com lo vostre home.

La Siñora, que no sabíe lógica y sol nessessitáe una espenteta, o se va creure o va fé com que se creíe que lo flare díe la verdat; y va contestá:

- ¿Quí sabríe contestá a les vostres paraules?

Y después, no obstán lo sé padrí, se va dixá portá; y no u van fé una sola vegada, sino que en la tapadera de sé lo padrí, tenín mes fassilidat perque la sospecha ere poca, moltes y moltes vegades van está juns. Pero entre les demés va passá un día que, habén vingut fray Rinaldo a casa de la Siñora y veén que allí no ñabíe dingú mes que una criadeta de la Siñora, mol hermosa y agradable, va enviá al seu compañ en ella al colomá a enseñáli lo parenostre, y ell y la Siñora, que de la ma portabe al seu fillet, se van embutí a la alcoba y, tancán per dins, a un diván que allí ñabíe van escomensá a jugá; y están de esta guisa va passá que va torná lo home, y sense que dingú lo sentiguere sen va aná a la porta de la alcoba, y va doná uns cops, y va cridá a la dona.
Doña Agnesa, sentín aixó, va di:

- Morta soc, que aquí está lo meu home, ara sen donará cuenta de quina es la raó del nostre trate. Estabe fray Rinaldo casi despullat, aixó es sense hábit, y sense escapulari, en camiseta; lo que aixó sentín, va di tristemen:

- Diéu verdat; si yo estiguera vestit alguna manera trobaría, pero si li obriu y me trobe aixina no podré trobá cap excusa.

La Siñora, per una inspirassió ajudada, va di:

- Pos vestíutos; y cuan estiguéu vestit agarréu en brassos al vostre fillol y escoltéu be lo que vach a díli, per a que les vostres paraules estiguen de acuerdo en les meues; y dixéume fé a mí. Lo bon home no habíe dixat de cridá cuan la dona va contestá: - Ya vach. - Y eixecánse, sen va aná a la porta de la alcoba y, obrínla, va di: - Home meu, te conto que fray Rinaldo, lo padrí del chiquet, ha vingut, y grássies que Deu lo ha enviat, perque segú que si no haguere vingut hauríem perdut avui al nostre chiquet.

Cuan lo santurrón va sentí aixó, se va quedá pasmat, y va di: - ¿Cóm?

- Oh, home meu - va di la dona- , li ha vingut adés de repén un desmayo que hasta hay cregut que estabe mort, y no sabía qué fé, si no arribe a apareixe entonses fray Rinaldo, que, agarránlo en brassos, va di: «aixó són cucs que té a dins, que se li están arrimán al cor, y lo mataríen en seguridat; pero no tingáu temó, que yo los conjuraré y los faré morí a tots, y antes de que yo men vaiga de aquí voréu al chiquet tan sano com may lo hau vist». Y com te nessessitáem per a di sertes orassións y la criada no ha pogut trobát, les han anat a di en lo seu compañ al colomá, al puesto mes alt de la casa, y ell y yo ham entrat aquí dins; y com dingú mes que la mare del chiquet pot está presén a tal conjur, per a que datres no mos molestaren aquí mos ham tancat; y ara lo té ell en brassos, y crec que sol espere a que lo seu compañ haigue acabat de di les orassións, y ya deu está acabán, perque lo chiquet ya se ha reviscolat del tot. Lo saboc se va creure totes estes mentires, y lo cariño pel seu fill lo va emossioná, y no li va víndre al cap lo engañ de la dona y lo flare, sino que donán un gran suspiro va di: - Vull aná a vórel.

Va di la dona:

- No hi vaigues encara, que podríes fé malbé lo que se ha fet; espérat, aniré a vore si pots entrá y te cridaré. Fray Rinaldo, que tot u habíe sentit y se habíe vestit depressa y habíe agarrat al chiquet en brassos, cuan ya estáe preparat va cridá:

- Comare, ¿no es lo compare al que séntigo ahí?

Va contestá lo santurrón:

- Siñó, sí.

- Pos - va di fray Rinaldo - , veníu aquí.

Lo tontet va entrá y fray Rinaldo li va di:

- Tiníu al vostre fill, salvat per la grássia de Deu, cuan hay cregut hasta fa poc, que no lo voríeu viu al fes de nit; y be faríeu en fé ficá una figura de sera de la seua mida a la glória de Deu dabán de la estatua de San Ambrosio, per los mérits del Deu que tos ha fet esta grássia. Lo chiquet, al vore a son pare, va corre cap an ell y li va fé festes com fan los chiquets menuts; y ell, apretánlo als seus brassos, plorán com si lo traguere del fossá, va escomensá a besál y a donáli grássies al seu compare que lo habíe curat.

Lo compañ de fray Rinaldo, que no un padrenuestro sino mes de cuatre li habíe enseñat a la criadeta, y li habíe donat una bossa de fil blang que li habíe donat an ell una monja, y la habíe fet devota seua, habén sentit al santurrón cridá a la alcoba de la dona, a amagatóns habíe vingut a un puestet desde aon puguere vore y sentí lo que allí passabe.

Y veén que la cosa habíe eixit be, va baixá, y entrán a la alcoba va di: - Fray Rinaldo, les cuatre orassións que me vau maná di ya les hay dit totes. A lo que fray Rinaldo va di:

- Germá (frare, flare) meu, tens bona fusta y has fet be. En cuan a mí, cuan lo meu compare ha arribat no ne había dit mes que dos, pero nostre Siñó per lo teu traball y lo meu mos ha consedit la grássia de que lo chiquet se haigue curat.

Losaboquet va fé portá bon vi y pastes, y li va fé lo honor a son compare y al seu compañ en lo que ells teníen nessessidat mes que de atra cosa; después, eixín de casa en ells, los va encomaná a Deu, y sense esperá a fé la imache de sera, la va maná ficá en les atres, dabán de la figura de San Ambrosio, pero no de la de aquell de Milán.

JORNADA SÉPTIMA. NOVELA SEGONA.

JORNADA SÉPTIMA. NOVELA SEGONA.

Peronellaembutix al seu amán a una engerra al torná lo seu home a casa; habén venut lo home esta engerra de fang (o tinalla), ella li diu que ya la habíe venut ella a un home que está a dins mirán si está sansera y sense bades; eixín este, fa que lo home la llimpio y después se la emporte a casa seua.

En grandíssima rissa va sé escoltada la história de Emilia, y la orassió va sé alabada com a bona y santa per tots. Va maná lo rey a Filostrato que continuare, y ell va escomensá: caríssimes siñores meues, són tantes les burles que los hómens tos fan, y espessialmén los marits, que cuan alguna vegada passe que alguna al home lay fa, no sol hauríeu de está contentes de que alló haigue passat, y de enterátos per sentílay an algú, sino que hauríeu vatres mateixes de aná contánu per tot arreu, per a que los hómens sápiguen que si ells ne saben, les dones per la seua part, tamé; lo que es mol útil, perque cuan algú sap que l´atre sap, no se atrevix a engañálfássilmen. ¿Quí dude, pos, que lo que avui direm sobre esta materia, sén conegut per los hómens, no siríe grandíssima ocasió de que se refrenon en burlátos, sabén que vatres, si voléu, sabríeu burláls an ells? Es, pos, la meua intensió contátos lo que una joveneta, encara que de baixa condissió, va fé per a salvás.

No fa mol tems que un pobre home, a Nápoles, va pendre per dona a una hermosa y atractiva joveneta de nom Peronella (Petronila); y ell en lo seu ofissi, que ere obré, y ella filán y cusín, guañáen mol poc, y gobernáen la vida com milló podíen. Va passá que un jove galán, veén un día an esta Peronella y agradánli mol, se va enamorá de ella, y tan de una manera y datra la va marechá que va arribá a intimá en ella. Y per a está juns van quedá que, com lo seu home se eixecáe pronte tots los matins per a aná a treballá o a buscá traball, que lo jove se estiguere a un puesto de aon lo veiguere eixí; y sén lo barri aon estabe, que se diu Avorio, mol solitari, una vegada eixit ell, éste entrare a casa; y aixina u van fé moltes vegades. Pero va passá un matí que, habén eixit lo bon home, y Giannello Scrignario, que aixina se díe lo jove, entrat a la casa y están en Peronella, después de un rato (normalmen en tot lo día no tornáe) a casa sen va entorná, y trobánse la porta tancada per dins, va cridá, y se va escomensá a dís: - Oh, Deu, alabat sigues sempre, que, encara que me haigues fet pobre, al menos me has consolat en una bona y honesta jove per dona. Enseguida ha tancat la porta per dins, en cuan yo men hay anat, per a que dingú pugue entrá aquí a molestála.

Peronella, sentín al home, y coneixénli la veu, va di: - ¡Ay! Giannelo meu, morta soc, que aquí está lo meu home, que ha tornat, y no sé qué vol di aixó, que may ha tornat an esta hora; potsé te ha vist cuan entrabes. Pero per amor de Deu, sigue com sigue, fícat an eixa tinalla o engerra que veus ahí y yo aniré a obríli, y veigám qué signifique este torná tan pronte a casa.

Giannello rápidamen va saltá a dins de la tinalla, y Peronella, anán a la porta, li va obrí al seu home, y en mala cara li va di:

- ¿Pos quína novedat es ésta que tan pronte tornes a casa este matí? Me pareix que avui no vols pegá golpe, que te vech torná en les ferramentes a la ma; y si aixó fas, ¿de qué viurem? ¿De aón traurem lo pa? ¿Creus que permitiré que me empeños la meua roba, que no fach mes que día y nit filá y cusí, tan que ting la carn desapegada de les ungles, per a pugué per lo menos tíndre oli en lo que ensendre lo nostre cresol? Home, no ña cap veína que no se maravillo y que no sen burlo de mí en tanta faena y tot lo que hay de aguantá; y tú me tornes a casa en les mans penján, cuan hauríes de está a la faena.

Y dit aixó, va escomensá a gemegá y va torná a di:

- ¡Ay! ¡Triste de mí, qué desgrassiada que soc! ¡En mala hora vach naixe! Vach vindre aquí, cuan haguera pogut tíndre un jove de possisió y no vach volé, y tíndre que acabá en este, que no pense quí se va emportá a casa. Les demés se divertixen en los seus amáns, y no ña cap que no ne tingue o dos o tres, y chalán, y li amostren al home la lluna per lo sol; y yo, ¡miserable de mí!, com soc bona y no me ocupo de estes coses, només ting mals y mala ventura. No sé per qué no preng algún amán, com fan les atres. Enténu be, home meu, que si vullguera obrá mal, be trobaría en quí, que ne ñan de ben colocats que me volen y me festegen, y me han enviat propostes de mols dinés, o si vull roba o joyes, y may me u ha dixat fé lo cor, perque soc filla de ma mare; ¡y tú me tornes a casa cuan tindríes que está al tall!

Va di lo home:

- ¡Bah, dona!, no te enfados, per Deu; has de creure que te conec y sé quí eres. Men hay anat a treballá, pero se veu que tampoc u saps, avui es lo día de San Caleone y no se treballe, y per naixó men hay entornat tan pronte cap a casa; pero no hay dixat de buscá y trobá lo modo de que avui tingam pa per a un mes, que hay venut an este que veus aquí detrás de mí la engerra, que saps que ya fa tems que mos fa nosa a casa: ¡y me done sing monedes de plata!

Va di entonses Peronella:

- Y tot aixó es ocasió del meu doló: tú que eres un home y vas per ahí y hauríes de sabé les coses del món, has venut una tinalla per sing monedes, cuan yo, pobra dona, no habíes apenes eixit de casa cuan, veén lo que estorbabe, lay hay venut per set a un bon home que, ara mateix, está a dins mirán si no está badada o esbadocada.

Cuan lo home va sentí aixó se va ficá mol contén, y li va di al que habíe vingut en ell per a péndrela: - Bon home, vésten en Deu, que ya sens que la meua dona la ha venut per sat cuan tú no men dones mes que sing.

Lo bon home va di: - ¡Sigue en bona hora! Y sen va aná.

Giannello, que estabe en les orelles tiesses per a vore si de algo teníe que preocupás o protegís, sentides les explicassións de Peronella, rápidamen va eixí de la tinalla; y com si no haguere sentit res de la tornada del home, va escomensá a di:

- ¿Aón estéu, bona dona?

A lo que lo home, que acudíe, va di:

- Aquí estic, ¿qué vols?

Va di Giannello:

- ¿Quí es vosté? Vull parlá en la dona en la que hay fet lo trate de esta engerra.
Va di lo bon home:

- Parlo en confiansa en mí, que soc lo seu home.

Va di entonses Giannello:

- La tinalla me pareix que está sansera, pero hay vist que hau tingut a dins algo que se ha fet malbé, está tota bruta de no sé quina cosa, tan seca que no puc tráurela en les ungles, y no me la emporto si abans no la vech llimpia.

Va di Peronella entonses:

- No, per assó no se desfará lo trate; lo meu home la rascará.

Y lo home va di:

- Sí, u faré ara mateix.

Y dixán les ferramentes, va ensendre un cresol y va agarrá un sepillo, va entrá a dins y va escomensá a rascá.

Y Peronella, com si vullguere vore lo que fée, ficat lo cap a la boca de la tinalla, que no ere mol alta, y ademés de aixó un dels brassos al muscle, li va escomensá a di al seu home: - Rasca aquí, y aquí, y tamé allí... Mira que aquí ne ha quedat una miqueta.
Y mentres aixina estabe y al home enseñabe y corregíe, Giannello, que no habíe satisfet aquell matí lo seu dessich cuan va víndre lo home, veén que com volíe no podíe, se les va ingeniá en satisfél com puguere; y arrimánse an ella, que tapáe la boca de la tinalla, tal com per los amples cams los desenfrenats caballs ensesos per l´amor assalten a les yegües de Partia, va portá a efecte lo seu dessich juvenil; lo que se va completá casi al mateix pun que se va acabá de rascá la tinalla, y ell se va apartá y Peronella va traure lo cap de la engerra, y lo home va eixí fora. Per lo que Peronella li va di a Giannello:

- Agarro esta llum, bon home, y miro si está limpia com vol; y ell, mirán a dins, va di que estabe be y que estáe contén, y donánli set monedes se la va fé portá a casa seua.

JORNADA SÉPTIMA. NOVELA PRIMERA.

JORNADA SÉPTIMA. NOVELA PRIMERA.

Gianni Lotteringhi sen cridá de nit a la porta; desperte a la seua dona y ella li fa creure que es un fantasma; lo van a conjurá en una orassió y les cridades paren.

Siñó meu, me haguere agradat moltíssim, si a vos tos haguere vingut be, que un atra persona en ves de yo haguere escomensat tan bona materia com es esta de la que parlarem avui; pero ya que voleu que siga yo qui a los demés anima, u faré de bona gana. Me les ingeniaré, caríssimes siñores, en contátos algo que tos pugue sé útil en un futur, perque si les demés són com yo, totes som temoriques, y mes de los fantasmes, que Deu sabrá que són, yo no u sé, ni hay trobat hasta ara a dingú que u sapiguere, y tots los tenim temó; y per a fels marchá cuan vinguen a vatres, prenén bona nota de la meua história, adependréu una santa y bona orassió, y que va mol be per an estos casos.

Va ñabé a Florencia, al barri de San Brancazio, un comersián que se díe Gianni Lotteringhi, home mes afortunat al seu arte que sabut en atres coses, perque tenín algo de simplet, ere mol sobín capitá de los cantadós del laude de Santa María la Nova, y teníe que ocupás del coro, y teníe datres ocupassións que lo teníen entretengut. En aixó ell se teníe en mol; y alló li passáe perque mol assobín, com home ben acomodat, los donáe bons minjás als flares. Estos, com la un unes calses, l´atre una capa y datre un escapulari li traíen sobín, li enseñaben bones orassións y li resáen lo parenostre en vulgar, y la cansó de San Alejo y lo lamén de San Bernardo y les alabanses de doña Matelda y atres tonteríes tals, que ell teníe en gran apressio y totes per la salvassió de la seua alma les díe mol diligenmen. Teníe este Gianni una dona majíssima y atractiva, de nom doña Tessa y ere filla de Mannuccio de la Cuculia, mol sabuda y previsora; ella, veén la simplesa del home, com estáe enamorada de Federigo de los Neri Pegolotti, que ere mol hermós y pincho, y ell estáe enamorat de ella, va arreglá en una criada seua que Federigo vinguere a parláli a una possesió mol maja que lo dit Gianni teníe a Camerata, aon ella passáe tot lo estiu; y Gianni alguna vegada allí acudíe per la tarde a sopá y a dormí, y pel matí sen entornáe a la tenda y a vegades als seus laudes. Federigo, que mol u dessichabe, aprofitán la ocasió, un día que li va sé manat, al fes de nit, allá que sen va aná, y com no habíe vingut Gianni, per la nit, en mol plaé y tems, va sopá y va dormí en la Siñora, y ella, están als seus brassos, li va enseñá prop de sis dels laudes del seu home. Pero no volén que aquella fore la radera vegada, per a que la criada no tinguere que aná a buscál cada vegada, van arreglá juns esta seguida: que ell, tots los díes, cuan aniguere o tornare de una possesió seua que una mica mes aball estabe, se fixare en una viña que ñabíe prop de la casa de ella, y voríe una calavera de burro damún de un sep de viña. Cuan la veiguere en lo morro girat cap a Florencia, sense falta, per la nit, que acudiguere aon ella, y si no trobabe la porta uberta, que cridare tres vegades, y ella li obriríe; y cuan veiguere lo morro del ruc girat cap a Fiésole, que no vinguere, perque Gianni estaríe allí. Y fénu de esta manera, moltes vegades juns van está. Entre tantes vegades ne va ñabé una a la que, tenín que sopá Federigo en doña Tessa, habén ella fet guisá dos capóns mol gorts, va passá que Gianni, que no teníe que víndre, va arribá mol tart. La Siñora u va sentí mol, y ell y ella van sopá una mica de carn salada o cansalada que habíe fet adobá apart; y la criada va fé portá, en un mantel blang, los dos capóns guisats y mols ous ressién postos aquella tarde, y un canti de bon vi a un jardí seu al que podíe entrás sense aná per la casa y aon ella acostumbrabe a sopá en Federigo alguna vegada, y li va di que ficare aquelles coses al peu de un pressegué que estabe a un pradet; y tan enfadada estáe, que no sen va enrecordá de díli a la criada que se esperare hasta que Federigo vinguere, y li diguere que Gianni estabe allí y que agarrare aquelles coses del hort. Per lo que, anánsen al catre Gianni y ella, y tamé la criada, no va passá mol rato hasta que Federigo va arribá y va cridá una vegada a la porta, que estabe tan prop de la alcoba, que Gianni u va sentí al momén, y tamé la dona; pero per a que Gianni no puguere sospechá de ella, va fé vore que dormíe.

Y, esperán un poc, Federigo va quirdá per segona vegada; de lo que maravillánse Gianni, li va pessigá fluixet a la dona y li va di:

- Tessa, ¿Sens lo que yo séntigo? pareix que criden a la nostra porta. La dona, que mol milló que ell u habíe sentit, va fé vore que se despertabe, y va di: - ¿Qué dius, eh?

- Dic - va di Gianni - que pareix que criden a la nostra porta.
- ¿Criden? ¡Ay, Gianni meu! ¿No saps qué es? Es lo fantasma, del que hay tingut estes nits passades la temó mes gran que may se va tindre, tanta que, alguna nit, cuan lo hay sentit, me hay tapat lo cap y no me hay atrevit a destapámel hasta que ha sigut día cla.

Va di entonses Gianni:

- Va, dona, no tingues tanta temó, si es ell, perque hay dit antes lo Te lucis y la Intemerata y moltes atres bones orassións cuan mos habíem de gitá y tamé hay persignat lo llit de racó a racó en lo nom del Pare y del Fill y del Espíritu San, y no ña que tíndre temó: que no pot, per mol poder que tingue, fémos mal.

La dona, per a que Federigo no sospechare y se enfadare en ella, va deliberá eixecás y féli sabé que Gianni estabe a dins, y li va di al home: - Mol be, tú dis les teues paraules; yo per la meua part no me tindré per salvada ni segura si no lo conjuram, ya que estás tú aquí.

Va di Gianni:

- ¿Y cóm sel conchure?

Va di la dona:

- Yo be u sé, que abansahí, cuan vach aná a Fiésole a per les indulgénsies, una de aquelles ermitañes que ñan allí, Gianni meu, la dona mes santa que Deu te al seu servissi, veénme tan atemorisada me va enseñá una santa y bona orassió, y me va di que la habíe probat moltes vegades abans de sé ermitaña y sempre li habíe servit. Pero Deu sap que sola may me hauría atrevit a probála; Pero ara que estás tú, vull que lo conjurem.

Gianni va di que mol be li pareixíe; y eixecánse, sen van aná los dos a poquetet cap a la porta; afora encara estáe Federigo, sospechánse algo, y una vegada allí, li va di la dona a Gianni: - Ara escupíña cuan yo tu diga.

Va di Gianni:

- Vale.

Y la dona va escomensá la orassió, que ere esta:

- Fantasma, fantasmot, que vas per la nit fen temó, en la coa tiessa has vingut, y en la coa tiessa ten anirás; vésten al hort aon lo pressegué, allí hay ña grassa mascarada y sen cagallóns de les meues gallines; proba del canti y vésten depressa, y no mos faigues mal ni a mí ni al meu Gianni.

Y dit aixó, li va di al home:

- ¡Escupíña, Gianni!

Y Gianni va escupiñá; y Federigo, que estabe a fora y va sentí aixó, se li van passá los sels, y encara ple de melancolía teníe tantes ganes de riure que casi petáe, y en veu baixa, cuan Gianni escupiñáe, díe: - Les dens.

La dona, después de habé conjurat tres vegades al fantasma, va torná al llit en lo seu home. Federigo, que esperabe sopá en ella, sense habé senat y habén entés be les paraules de la orassió, sen va aná al hort y va trobá a la bresquillera los dos capóns, lo vi y los ous, sels va emportá a casa y va sopá en gran gust; y después les atres vegades que se va trobá en la dona sen van enriure mol de este conjur.

Es sert que diuen algúns que la dona habíe girat lo cap pelat del burro cap a Fiésole, pero que un llauradó que passabe per la viña li habíe pegat en una gayata y lo habíe fet girá, y se habíe quedat mirán cap a Florencia, y per naixó Federigo, creén que lo cridáen, habíe vingut, y que la dona habíe dit la orassió de esta guisa: «Fantasma, fantasmot, vésten en Deu, que la calavera del burro no la hay girat yo, que un atre ha sigut, que Deu lo castigo, yo estic aquí en lo meu Gianni»; per lo que, anánsen, sense albergue y sense sopá se habíe quedat. Pero una veína meua, que es una dona mol vella, me va di que tan una com l´atra van sé verdat, segóns lo que ella de chiqueta habíe sentit, pero que la radera no li habíe passat a Gianni Lotteringhi, sino a un que se díe Gianni de Nello, que estabe a Porta San Pietro y ere tan bobo com u va sé Gianni Lotteringhi. Y per naixó, cares siñores meues, a la vostra elecsió dixo pendre la que mes tos agrado de les dos, o si voléu, les dos: tenen molta virtut per an estes coses, com per experiénsia hau sentit; adeprenéules y ojalá que tos servixquen algún día.

SÉPTIMA JORNADA.

SÉPTIMA JORNADA.

Escomense la séptima jornada del decamerón, a la que, daball del gobern de Dioneo, se parle sobre burles que per amor o per la seua salvassió han fet les dones als seus hómens, habénsen donat cuenta ells, o no.

Totes les estrelles o tots los estels o estrels habíen fugit ya de la part de lleván, en la exepsió de aquella que diém Lucifer, que encara fee llum están allí ya la blanqueján aurora, cuan lo senescal, eixecánse, en un gran equipache sen va aná a la Vall de les Dames per a amaní allí totes les coses, segóns la orden o manamén del seu siñó. Después de marchá ell, no va tardá mol en eixecás lo rey, a qui habíe despertat lo sarabastall de los carregadós y de les besties de cárrega; y eixecánse, va fé alsá a les siñores y als joves; y no despuntaben encara be los rayos del sol cuan tots se van ficá en camí. Y may hasta entonses los habíe paregut que les cardelines cantaren tan alegremen, y los atres muixóns, com aquell matí los pareixíe. Van arribá a la Vall de les Dames, aon, ressibits per mols atres, los va pareixe que de la seua arribada sen alegraren. Allí, donán una volta per la vall, y tornán a miráu tot de baix a dal, o de dal a baix, los va pareixe encara mes majo que lo día abans, an aquella hora del matinet. Y después de desdichuná en bon vi y coc rápit, per a que no los guañaren los muixóns, van escomensá a cantá, y en ells la valleta, que sempre repetíe les mateixes cansóns que díen ells, y los muixóns, ressistínse a sé vensuts, afegíen dolses y noves notes al seus cántics. Cuan va arribá la hora de diná, parades les taules daball dels llorés y datres ábres verts, a la voreta de la estanca, com va volé lo rey, van aná a assentás, y mentres minjáen veíen los peixets nadá en grans corros. Después de retirá les viandes y despará les taules, encara mes conténs que antes van escomensá a cantá y a tocá los seus instruméns y a dansá; y después, habénse escampat los llits per diferens puestos de aquella valleta, (tots voltats per lo discret senescal de sargas franseses y de cortines tancades) en llissénsia del rey, qui va volé sen va pugué aná a dormí; y los que no van volé, se van entretindre un rato mes. Arribada ya la hora en que tots estaben eixecats y ere tems de ajuntás a novelá, no lluñ del puesto aon habíen minjat, fen estendre tapets sobre la herba y assentánse prop del aigua, li va maná lo rey a Emilia que escomensare; y ella, alegremen, aixina va escomensá a contá: