Mostrando entradas con la etiqueta latín. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta latín. Mostrar todas las entradas

domingo, 12 de febrero de 2023

Fragmentum constitutionis Jacobi Regis Aragoniae, romancio, latino, regni Valentiae,

II.

Fragmentum constitutionis Jacobi Regis Aragoniae de non admittendis in curiis advocatis nec libellis latine scriptis an. MCCLXIV. (1264) (Vid. pág. 83). 

Regist. 7. Jacobi I. part. 2. pág. 182.

… (cum) fecissemus constitutionem seu statutum quod aliquis jurista, legista seu advocatus non advocarent in curia civitatis Valentiae, nec in toto regno eiusdem, nec aliquis libellus offerretur in latino; et praedicta constitutio seu statutum non fuerit observata usque modo; ideo per nos et nostros statuimus in perpetuum, quod aliquis jurista, advocatus vel alius jureperitus non advocent in curia civitatis Valentiae, nec in aliqua curia totius regni Valentiae, nec in aliquibus appellationibus, deinde aliquo tempore, exceptis appellationibus, quae ad nos venerint, nec justitiae aliquae regni predicti non admittant deinde libellum aliquem in latino, nec in romancio, sed justitiae et judices scribant vel scribi faciant quaerelam petentis, et responsionem defendentis verbotinus et in plano, et omnia alia, quae partes ducere voluerint, et ea omnia ponantur et scribantur in romancio in libro curiae, et ita fiat deinde perpetuo omnes actae, et sententiae in romancio. Statuimus etiam quod si forte aliqua dubitatio orta esset, vel orirentur super dubitationem alicuius facti, illa dubitatio declaretur secundum cognitionem justitiae et proborum hominum civitatis Valentiae et regni eiusdem exclusis jure canonico et civili et omni forma legum quod nolumus ibi ab aliquibus allegari. Mandamus justitiis civitatis et totius regni Valentiae et judicibus appellationum, et quarumlibet aliarum causarum praesentibus et futuris quod praedicta omnia observent deinde perpetuo ... emparabunt et recipient officium justitiatus. Et si quis contra haec venerit, solvat nobis pro poena C. solidos regales Valentiae … alicuius fecerit ... illos C. solidos regales; et hoc quotiescumque commissum fuerit per eosdem. Datum in Calatayubo pridie nonas madii, anno Domini M.CC.LXIV.

jueves, 13 de febrero de 2020

historia, castellano

http://revistamito.com/historia-de-la-lengua-espanola-lexico/

Esbozo de la historia externa de un idioma.

A la lengua española, como a todas, la crean sus hablantes. Por eso resulta imprescindible conocer las relaciones sociohistóricas que tuvieron aquellos antiguos dueños de nuestro idioma con visigodos, árabes, franceses, indios americanos y anglófonos. La mejor prueba de ese ir y venir por los cruces de caminos que es la historia de una lengua quedó plasmada en parte del vocabulario actual.

Como es bien sabido, los orígenes del español se remontan al latín, aquella lengua que hablaban los romanos en lo que en su época podría considerarse casi medio mundo.
Allá por el año 19 a.C. puede entenderse que termina la conquista romana de Hispania, con la incorporación al Imperio de los pueblos norteños más rebeldes.
Se entiende que, a partir de ese momento, los habitantes de la antigua Iberia –que así era conocida entre los griegos– hablaban una lengua más o menos común a toda la Romania –como se conoce a todo el territorio conquistado por los romanos–: el latín clásico.
Con el paso de los siglos, como es natural en todas las lenguas, este latín oral se fue alejando de la lengua que se hablaba en el Imperio del siglo I d.C. hasta dar lugar a una variedad común a toda la Romania: el latín vulgar.
A esta fragmentación diacrónica –en el tiempo– cabe añadir una fragmentación diatópica –en el espacio–, típica de los diversos avatares históricos que sufrieron los distintos pueblos que se encontraban bajo el yugo romano y que se acentuaría tras la desaparición de este.
En efecto, del año 476 d.C. se entiende como canónica la caída del Imperio Romano de Occidente (el de Oriente duró hasta 1453, que es cuando tuvo lugar la llegada otomana a Constantinopla, antigua Bizancio, actual Estambul), lo que conlleva una fragmentación política de sus territorios.
En Hispania entonces toman fuerza diversos pueblos germanos –vándalos, suevos y alanos– que habían llegado hacia el 409 d.C. y que pronto son sustituidos por los visigodos, también germanos, que se hacen con el poder de Toledo hacia el 507 d.C.
https://es.wikipedia.org/wiki/Invasiones_germ%C3%A1nicas_en_la_pen%C3%ADnsula_ib%C3%A9rica
Todos estos pueblos, especialmente los segundos, habían sido considerablemente romanizados, sobre todo aquellos que vivían en las grandes urbes de la Romania. No puede entonces sorprender que la lengua que hablasen fuese ya cierto latín vulgar, es decir, un latín clásico modificado por algunos cambios fonéticos y morfosintácticos que hacían que se pareciese muy poco a la lengua de Cicerón.
La huella más clara que dejaron los visigodos en nuestro idioma se plasma en el léxico, es decir, el vocabulario.
Palabras como guerraguiaryelmorobar o tregua pasaron a formar parte del protorromance de esa época. Hoy son denominados ‘germanismos’.
La crisis sociopolítica del Reino Visigodo permitió, en cierto modo, que Hispania rompiera lazos de comunicación con el resto de la Romania, lo que lingüísticamente se plasmaría en una serie de cambios que iban a ser típicos de las variantes habladas aquí y no en cualquier otra zona del antiguo Imperio Romano.
Linguistic_map_Southwestern_Europe
DE RISA la expansión del catalán JA JA JA !
La que se puede considerar la siguiente fase en la historia de la lengua comienza con la llegada de los musulmanes a la Península (711), cuyo asentamiento durante ocho siglos (hasta 1492), aparte de influir enormemente en la creación de una identidad común cristiana, abanderada política y económicamente por el proceso de la Reconquista, facilitará el enriquecimiento de la lengua castellana con la aportación de numerosos arabismos como, por ejemplo:
alfombraalcaldealmacénalcázararrozazúcarazafrán o algodón.
A modo de curiosidad, el hecho de que la inmensa mayoría de ellos comiencen por al– (ال) se debe a que esta es la forma del artículo determinado en árabe (invariable en género y número). Si comienza sólo por a– es porque en árabe se asimila el artículo (es decir, se pierde la l) ante palabras que empiezan por consonante sibilante (como la s), dental (como la t o la d) o vibrante (como la r), que se pronuncian geminadas (es decir, dobladas). Por ejemplo, no se diría *altaúd sino attaúd (> ataúd). Y, como el amable lector habrá observado, la utilización actual es, efectivamente, redundante, ya que al decir el arroz, estamos diciendo, literalmente, ‘el el roz’, lo que se trata de un fenómeno comprensible, dada la pérdida de la transparencia (el hablante de romance medieval no tiene por qué saber que al– es el artículo y usa la palabra con él) y su natural reinterpretación (al incorporar la palabra a la morfosintaxis romance, se necesita añadir el artículo, como sucede con cualquier otro nombre).
Esbocemos, pues, un mapa lingüístico medieval de la Península. En el oeste, el gallego-portugués rige la vida gallega en convivencia con el astur-leonés. En el centro, el castellano se abre paso poco a poco, conviviendo con el riojano, el navarro-aragonés y el euskera (vasco, vascuence, eúskaro, que le prestó palabras como chatarralegañapestañapizarra o izquierda). En la costa este, la principal población habla esencialmente catalán. JA JA JA !
En el sur, los cristianos que viven en Al-Ándalus hablan un idioma romance (el llamado ‘mozárabe’ o, para mayor precisión, el ‘romanandalusí’ o ‘latino’, que era como se denominaban a sí mismos) que, escrito en ocasiones de forma aljamiada –es decir, utilizando el alifato, que es lo mismo que el alfabeto árabe–, desaparece a finales del siglo X. También aquí se hablan árabe y ciertas lenguas bereberes procedentes de los almorávides y almohades a los que a lo largo de la Edad Media los musulmanes pidieron ayuda y que, sin duda, se quedaron en la Península creando probablemente más de una situación de bilingüismo.
Pero volvamos a la perspectiva histórica. Al siglo XIII pertenecen muchos de los galicismos palabras de origen francés– que tiene hoy el español, gracias en parte al intercambio cultural que supuso el camino de Santiagohomenajelinajebailarrimabotíndamajardín o galán.
Tres siglos después, con el descubrimiento de América, los españoles de la época tuvieron que adoptar su idioma a las nuevas realidades, adaptando múltiples palabras de lenguas indígenas. Así, de la lengua taína o arahuaca, que era la que hablaban los pobladores de las Antillas a la llegada de Cristóbal Colón, (que era catalán, Cristòfor Colom) tomaron caciquecanoacaníbal caribe, que significaba, esta última, ‘antropófago’, probablemente por desplazamiento semántico a partir de la asociación con el pueblo caribe, que causaba horror entre los taínos porque, vecino al suyo, era caníbal.
De la lengua náhuatl, la lengua hablada por los aztecas, se incorporaron al español palabras tan comunes como cacaocacahueteaguacatechiclechocolatetomate o tiza, mientras que de la lengua quechua, la lengua de comunicación del Imperio Inca, se introdujo, entre otras, carpa y, tal vez, pumapapa y llama, que bien pudieran ser de origen aimara.
De la lengua guaraní, finalmente, se tomaron prestadas, por ejemplo, pirañabucanero ‘pirata’, jaguar y tiburón.
La última fase de préstamos lingüísticos reseñable puede encontrarse perfectamente en la actualidad, cuando aparecen constantemente anglicismos palabras provenientes del inglés– en el español, tales como CDpopplaybackradarrobotrolhallfilmmonitormitinvídeoespray o estrés, y otras muchas (no siempre inútiles) que el lector conoce sin duda muy bien.
Vemos, por tanto, cómo influyen los devenires sociohistóricos en la configuración de la lengua española, especialmente en su léxico. Cuando los pueblos que se acercan a la Península utilizan el castellano (o el latín vulgar o el protorromance o el español, que nadie sabe, diacrónicamente, dónde poner el límite entre uno y otro), están a su vez conformándolo, al aportar su propia idiosincrasia a la configuración de un idioma que, aún hoy, sigue forjándose. O, por mejor decir, están contribuyendo firmemente a la constante construcción de una lengua que hoy, como en cada época, la crean sus hablantes.
Para saber más…
Echenique Elizondo, Mª T.; y Martínez Alcalde, Mª J. (2011): Diacronía y gramática histórica de la lengua española, Valencia: Tirant.
Torrens Álvarez, Mª J. (2007): Evolución e historia de la lengua española, Madrid: Arco/Libros.

http://revistamito.com/historia-de-la-lengua-espanola-ii-fonetica-y-morfosintaxis/

Esbozo de la historia interna de un idioma.

La lengua española, como todas las lenguas, cambia cada día y se forja constantemente a sí misma. Esos cambios se ven con total claridad en su fonética y en su gramática, que es donde quizá se encuentre la esencia del idioma desde una perspectiva interna. Por eso aquí se pretende mostrar algunos cambios que tuvieron lugar del latín al español a lo largo de los siglos y que afectaron, fundamentalmente, a la fonética y a la morfosintaxis.
De los sos oios tan fuertemientre lorando
tornava la cabeça e estava los catando ...


Cantar del Mio Cid, De los sos oios tan fuertemientre lorando  tornava la cabeça e estava los catando
Cantar del Mio Cid
Así comienza el que probablemente sea el fragmento más famoso de una de las primeras obras literarias escritas en castellano: el Poema de Mio Cid.
Más allá de polémicas sobre si fue escrita en el siglo XII o en el XIII [1], de lo que no puede dudarse es de que este fragmento ni es latín ni es español actual, por motivos fonéticos y gramaticales.
No es latín, por ejemplo, porque en la palabra oio (hoy ojo) ya no se reconoce el antiguo sonido [kl] del que procede la palatal, es decir, el sonido que hoy representamos por la letra –ll– o la letra –y– entre vocales y que hacia el siglo XV se convirtió en el sonido representado por la letra jota (velar fricativo sordo):oculu(m) > *oc’lo > oio > ojo [‘oxo].
Asimismo, la palabra cabeça, de la que hablamos más adelante con detalle, ha sufrido un cambio importante: la sonorización de la sorda intervocálica, ya que viene de capitia y en esta palabra la consonante –p-, que es sorda porque al pronunciarla no vibran las cuerdas vocales, se ha hecho sonora, de manera que ha asimilado el rasgo de sonoridad típico de la a y de la e, que la rodean.
No debería sorprendernos un cambio así, porque se da también en otras consonantes oclusivas sordas, como la [t] y la [k] (escrita o q), que se convierten, respectivamente, en –d– y –g– cuando están entre vocales: catena > cadenaaqua > agua (en rumano apua, como en quattuor - patru). 
Pero volvamos a nuestro texto. Tampoco es latín porque hay una categoría morfológica que en esta lengua no existía: el artículo determinado que aparece en los sos oios y en la cabeça. También hay una preposición en el sintagma de los sos oios, que probablemente un romano de la época de Cicerón no habría usado.
Y, sin embargo, no podemos decir que sea español moderno, porque en la actualidad no pondríamos el posesivo después del artículo determinado (algo que se hizo prácticamente solo durante el siglo XIII), ni utilizaríamos la forma sos (lo que duró aproximadamente hasta principios del XIV), es decir, diríamos de sus ojos y no de los sos oios, haciendo efectivo de una manera diferente el pleonasmo [2] (no se puede llorar con ojos de otro ni con otros sentidos que no sean los ojos) con el que empieza el fragmento.
Tampoco diríamos, probablemente, tornava la cabeça, sino volvía la cabeza, ya que el verbo tornar, que significa ‘volver’, comenzó a dejar de usarse en el siglo XVII; ni estava los catando, sino estaba mirándolos: en la perífrasis verbal estar + gerundio, el pronombre de complemento directo los dejó de insertarse entre el auxiliar (estar) y la forma no personal (el gerundio catando) en el siglo XIV, mientras que el verbo catar, del latín captare ‘captar (por los sentidos)’, que significaba en la Edad Media ‘mirar’, y después se especializó en ‘probar con el sentido del gusto’ (como seguimos usando hoy para hablar, por ejemplo, de la cata de vinos), no llegó hasta el siglo XX.
Tornemos ahora a la palabra cabeça ( < capitia), donde la ç representaba el sonido dorso-dental o dento-alveolar africado sordo (se diría cabetsa), inexistente en español actual; y recordemos también oios (<oculu[m]), pronunciado oshos pero haciendo la –sh– sonora, como el sonido representado por la letra –j– en la palabra francesa jouer (prepalatal fricativo sonoro).
Ambos fonemas (los representados por las letras ç de cabeça e de oios) formaban parte, en el castellano medieval, de un sistema más amplio que se revolucionó a finales de la Edad Media y dio lugar a los tres sistemas que tenemos en la actualidad: el del ceceo, el del seseo y el de la distinción s/z.
El sonido representado por la ç de cabeça tenía una pareja sonora, que se pronunciaba –dz– (dorso-dental o dento-alveolar africado sonoro), como en hazer.
También el sonido representado por la i de oios tenía una pareja sorda, como en dixo (dijo), que se pronunciaba como hoy decimos en inglés el grupo dígrafo –sh– de la palabra she (sonido prepalatal fricativo sordo).
Pero además de estos cuatro fonemas, había dos más: una –s– como la que tenemos en la actualidad en palabras como mensaje (alveolar fricativa sorda) y una –s– sonora, que en la actualidad sólo se muestra cuando va antes de consonante sonora, por ejemplo, en los mismos (alveolar fricativa sonora), pero que en castellano medieval era comúnmente representada por una –s– intervocálica como en casa.
Quizá ya en el siglo XIV, las consonantes sonoras empezaron a ensordecerse, igualándose así a sus parejas sordas, lo que creó una considerable confusión, a la que cabía añadir la pérdida del elemento oclusivo en los fonemas africados (es decir, la t de –ts- y la de -dz-), lo que ocasionó que estos se neutralizasen con las alveolares fricativas (las dos –s-).  
Para distinguir las palabras, la misma lengua originó la solución, creando dos fonemas nuevos de los que triunfaría solamente uno en toda la zona hispanohablante: el sonido representado gráficamente por la letra j (velar fricativo sordo). El otro fue el que representa la letra zeta (interdental fricativo sordo), que tuvo mayoritariamente cabida en el centro y norte peninsular.
En el sur se adoptaron otras normas, bien ceceantes, bien seseantes, que en seguida se trasladaron a América. Hoy en día la RAE parece considerar prestigioso tanto el sistema distinguidor s/z como el seseo, el cual existe también en algunas zonas de Galicia, País Vasco, Valencia, Cataluña y Mallorca (y en Aragón, Mezquín, La Codoñera).
Para que el paciente lector se pueda hacer una idea global del proceso, se muestra sintetizado en una tabla con las pronunciaciones esperables en cada caso, siguiendo reglas ortográficas de conocimiento común:
Tenemos, por un lado, varios cambios fonéticos como la sonorización de las oclusivas intervocálicas (catena > cadenaaqua > agua), la revolución de las sibilantes y la palatalización del grupo inicial pl-, que se convierte en ll (aunque no se escriba así hasta la reforma de Alfonso X)como sucede en la palabra lorando (lorar < plorare) de nuestro texto inicial, que se diría llorando desde época muy temprana.
Y por otro lado, tenemos algunos cambios gramaticales como los ya mencionados: la aparición de los artículos (los sos oios), inexistentes en latín; la multiplicación de preposiciones, que en latín se usaban menos porque había un sistema muy complejo de casos (nominativo, vocativo, acusativo, dativo, genitivo, ablativo) que aclaraba la función sintáctica de cada elemento; y el cambio de orden en la oración, que pasó de ser sujeto-objeto-verbo (sí, en latín el verbo se ponía al final de la frase, como en Alea iacta est) a ser sujeto-verbo-objeto (al perderse la libertad de orden sintáctico que daban los casos, la oración consiguió una estructura un poco más rígida, como en La suerte está echada).
Vemos, por tanto, que la lengua española se trata de un ente vivo que se modifica constantemente, al que es necesario conocer en sus distintos estadios diacrónicos para poder comprender su presente y conseguir, así, profundizar en esa parte de nuestra identidad hispanohablante común.
Para saber más…
Lloyd, P. M. (1993): Del latín al español. I. Fonología y morfología históricas de la lengua española, Madrid: Gredos.
Menéndez Pidal, R. (1987): Gramática histórica del español, Madrid: Espasa-Calpe.
https://filologiaunlp.files.wordpress.com/2013/06/41297427-manual-de-gramatica-historica-espanola-menendez-pidal.pdf
Torrens Álvarez, Mª J. (2007): Evolución e historia de la lengua española, Madrid: Arco/Libros.

[1] Los últimos versos del poema dicen como sigue:
Quien escrivió este libro, ¡dél’ Dios paraíso, amén!
Per Abbat le escrivió en el mes de mayo
en era de mil e CC XLV años
 La cuestión es que algunos investigadores piensan que entre la segunda C y la X faltaría otra C, lo que implicaría que el año de redacción habría sido el 1345 de la era hispánica, correspondiente con el 1307 de la era cristiana (la nuestra). Sin embargo, parece que no hubo nunca una C en ese hueco, lo que retrasaría un siglo la redacción del texto, hasta el año 1207 de nuestra era, que coincidiría con la propaganda política que se habría hecho por esas fechas, culminada en la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Tampoco hay que descartar que ya en vida del mismo Rodrigo Díaz de Vivar (que muere, recordémoslo, en el año 1099, más de un siglo antes de dicha fecha) circulasen oralmente algunas de sus historias hechas leyenda. No se puede afirmar nada con total seguridad: la fecha de elaboración y de redacción del poema siguen siendo, en gran parte, un misterio.  
[2] El pleonasmo es una figura retórica que consiste en la adición de elementos a la oración que añaden énfasis pero son innecesarios para entenderla por completo. Según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), el pleonasmo es “Figura de construcción, que consiste en emplear en la oración uno o más vocablos innecesarios para que tenga sentido completo, pero con los cuales se añade expresividad a lo dicho; p. ej., lo vi con mis propios ojos.

sábado, 20 de abril de 2019

Etimologías VS el padre habas

Etimologías VS el padre habas:
aunque haya movimientos que promuevan que el valenciano o balear son lenguas separadas, filológicamente las variedades habladas en CataluñaValencia Baleares (se deja Aragón) forman parte de una misma macrolengua :)
Estoy de acuerdo, esa macrolengua es el latín.

No des lecciones sin tener ni idea, es un consejo.

Etimologías VS el padre habas:  aunque haya movimientos que promuevan que el valenciano o balear son lenguas separadas, filológicamente las variedades habladas en Cataluña, Valencia y Baleares (se deja Aragón) forman parte de una misma macrolengua :)  Estoy de acuerdo, esa macrolengua es el latín.   No des lecciones sin tener ni idea, es un consejo.

lunes, 18 de marzo de 2019

conjugassións del latín


Segunda conjugación.

La distinción de la segunda y la tercera conjugación latinas está completamente suprimida: el infinitivo no conoce más que una sola flexión = er. El castellano, después de la caída de la segunda e, no ha debido favorecer la final átona en r en lugar de conócer, quérer, lámer, prefiere pronunciar conocer, querer, lamer. No se descubre ningún rastro de la e átona, aun en las fechas más antiguas de la historia de nuestra lengua. Los verbos son muchos: no hay necesidad de enumerarlos, pues se puede dar fácilmente cuenta de lo que ha quedado en la flexión fuerte; así, batir (bátre en ch., batuere), concebir (consebí en ch., concipere), confundir, erguir (evigere), gemir (gemegá en ch.), hervir (bullí , fiebre en ch., fervere), morir, arrepentir, regir, rendir, vivir; en castellano antiguo hay, por el contrario, todavía confonder (confóndre, confundí en ch.), erger, morrer, render (Alex., Berceo).

Esta conjugación se confunde casi absolutamente con la que sigue: y, aunque en el plural del presente se distinguen por la vocal característica, en la tercera persona vuelven a identificarse, porque ambas convierten el latino unt e iunt en en: serbent por serviunt léese ya en una carta del siglo IX. La vocal característica persiste también en el futuro. Al principio la segunda se distinguía
asimismo mediante el participio en utus, que después ha sido poco a poco reemplazado por el de la tercera ido. Lo cual se prueba con muchos ejemplos de los antiguos textos, donde ambas formas existen; así, abatudo (abatut en chapurriau) (Alex.); percebudo (persibit, persebut en ch.) (F. J. 2.b, Alex.); encendudo (ensés en ch.) (F. J. 136a); cernudo (Berc. Sil. 457); defendudo (defengut en ch.)(F. J. 13.a);metudo (embutit, futut, ficat en ch.) (P. C, Alex., F. J. 30. b 35.a); prometudo (prometut en ch.)(F. J. ib. X. a); connozudo (conegut en ch.) (F. J. 34.b,56. a); pendudo (penjat en ch.) (Berc); perdudo (perdut en ch.) (ib., Alex.); prendudo(F. J. 123. b); corrompudo (corromput en ch.) (ib., 182. b); sabudo (sabut en ch.) (Alex.}; spendudo (F. J. 107. b); estavlezudo (establit en ch.), costrenudo (constreñit en ch., constreñido en castellano)(ib. 14. a); temudo (Alex.); entendudo (entengut, entés en ch.) (F. J.); tenudo(ib.); contenudo (ib. 2. a, 27.a,104. b); atrevudo (atrebit en ch.)(Alex. 595); vendudo (venut en ch.) (F. J. 126. a); venzudo (vensut en ch.) (P. C. 3656, F. J. 31.b,Berc. Mill. 119). En la lengua moderna esta flexión se ha extinguido.

lunes, 21 de enero de 2019

mallorquín - castellano - latín , Juan José Amengual

Nuevo diccionario mallorquín - castellano - latín
Don Juan José Amengual


Nuevo diccionario mallorquín - castellano - latín Don Juan José Amengual



Juan José Amengual



https://ca.wikipedia.org/wiki/Joan_Josep_Amengual_i_Reus





De la "Gramática de la Lengua Mallorquina" de Juan José Amengual, primera edición en 1835 y 2ª edición en 1872, reeditada en 1995 bajo el título de "Gramàtica de sa Llengo Mallorquina", reproducimos, en homenaje al autor, el apartado dedicado a las figuras de construcción. (Tanto en castellano como en mallorquín conservamos la ortografía de la edición de 1872) . Figuras de construcción Las figuras de construcción son hipérbaton, elipsis, pleonasmo y silepsis. Hipérbaton invierte el órden de las palabras, como: es seus alàba càda cuàl, los suyos alaba cada cual. El pronombre séus, suyos, es el complemento del verbo alabar, y este del pronombre càda cuàl; de modo que en construcción natural debiera decirse: càda cuàl alàb' es séus, cada cual alaba á los suyos. Elipsis callam palabras esenciales á la integridad gramatical; pero no al sentido de la expresión, como: bònas tàrdas, buenas tardes, donde se calla el verbo tenir, tener, y un pronombre personal; pero se sobrentienden, pues equivale á decir: buenas tardes tenga V., etc. Pleonasmo aumenta palabras innecesarias al sentido de la proposición; no pero superfluas á su valor, como: digues m'ho à mi qui'u hé vist p'es méus uys, dímelo á mí que lo he visto por mis ojos; donde bastaba decir: dímelo que lo he visto, y así las palabras á mí y por mis ojos no son necesarias, pero tampoco superfluas porque aumentan la fuerza de la expresión. Silépsis falta á la concordancia gramatical; pero no á la concordancia del sentido, como: sa Magestàd es piadós, su Magestad es piadoso, donde el femenino Magestàd concuerda con el masculino piadoso; pero como Magestàd puede valer el tratamiento que se le da á un rey, el sentido del masculino piadoso concuerda con el sentido del masculino rey.

Juan José Amengual: GRAMÁTICA DE LA LENGUA MALLORQUINA, 2ª edición, Palma, 1872, págs 201-202

sábado, 12 de enero de 2019

Onofre Pou: Thesaurus Puerilis, ed. 1591

Golden Jacob:
Fa casi mig mileni un català feu un diccionari trillingüe catalana, valenciana, llatina. Hui volen que les dos primeres es convertixquen en una.
Onofre Pou: Thesaurus Puerilis, ed. 1591




Las Provincias 22 de Noviembre de 1993
LA ÉPOCA DE LOS THESAURUS PUERILIS
Por Ricart García Moya

Los "Thesaurus Puerilis"; claro está, no son saurios del Jurásico, sino humildes
vocabularios que un gerundense afincado en Valencia editó con su dinero, y la mejor voluntad del mundo. El bueno de Onophrio Povio (Onofre Pou para los amigos) fue "candidato Philosophiae" en la Universidad de Valencia, y aprovechó su estancia en el Reino para completar el vocabulario trilingüe en valenciano, catalán y latín; según especificó en el prólogo.
La edición príncipe salió en Valencia el año 1575, siendo el "Thesaurus" un híbrido entre el "Lexicón" típico de la época -en el que podían encontrarse vocablos en varios idiomas, más su traducción latina- y los actuales opúsculos con frases para aprender una lengua en quince días.
Con el léxico valenciano del Thesaurus -que Onofre escuchaba a sus compañeros de la Universidad de Valencia- podemos saber cómo hablaban y escribían nuestros antepasados en 1575.
Por ejemplo: "Lo mes chic dels estudiants y el cavallet chiquet; la rajola chica;
carchofa, Ilatuga". Las frases son acompañadas por su versión latina, "macho del carro o mulus quadrigarius".
En la edición barcelonesa de 1580 apenas se modifica el texto, aunque escribe que está en lengua "Cathalana y Valenciana" cuando en la primera puso "Valenciana y Cathalana".
También cambia alguna terminación (torra por torre), pero la permanencia del
valenciano es notable. Así, al tratar de las medidas: "un dit, es la mes chica mesura"; y que "la punta del dit chic estesa la ma, en Valencia quatre fan alma" (f.55); alma era una medida exclusiva del Reino.
También cita "les taronges de Xátiva", y no olvida "les barraques, alqueríes, iglesies y ornaments" (f. 110) .
Curiosamente, incluso en la edición de Perpiñán (año 1591) usa los verbos
valencianos "charrar" (f.117)y "eixir" (f.17), ignorando el "surtir".
No hay duda que en Perpiñán nadie pronunciaba ni escribía "chic y chiqueta, eixida, chulles, servicis, punches, olives del cuquillo", etc.
La finalidad de Onofre no era unificar las lenguas, pues respetaba la dualidad de vocablos para un mismo concepto:
"otonyo, tardor"; "safanoria, pastanaga"; "arena, sorra"; "ballena, balena".
Es decir, no eliminaba palabras como "otonyo" (f.209) por su coincidencia
castellana. Onofre era latinista y sabía la legitimidad etimológica de este derivado de "autumnus".
También está el adverbio hoy en valenciano y catalán, "huy" y "vuy",
respectivamente. La corrupción "avui" no había nacido aún.
No hay duda que Onofre había escuchado en Valencia frases como "hora y mija", "estufes o llochs pera suar", "lo cochero de dos cavalls", y no dudó en incorporarlas al "Thesaurus" con el mayor respeto.
Además ¿por qué iba a cuestionar una lengua que tenía su intérprete en la corte de Felipe II?
Este verano, en el Archivo de la Corona de Aragón, localicé un manuscrito del año 1586 que confirmaba que los reyes utilizaban a nobles valencianos que residían en Madrid -desde el valido marqués de Denia al jurista Crespí de Valldaura como intérpretes de los memoriales procedentes del Reino.
Analicen el exordio del documento:
"Envío a Vuestra Majestad una relación de lo que la ciudad de Valencia tiene 
resuelto hacer para solemnizar la entrada. Suplícole a Vuestra Majestad la mande ver, aunque escrita en Lengua Valenciana, pues podrá servir de intérprete el Marqués de Denia". (A.C.A.; Cortes, Leg. 1350, Doc. 31 /3. Año 1586).
En esta "Memoria de Ies invencions pera la entrada del don Phelip" -traducida por el marqués de Denia al emperador- el escribano del consell utiliza vocablos y ortografía como la del Thesaurus de Onofre Pou ("joyes pera les invencions de font de vi y aigua en el sarau de la Llonja").
EI documento no es único , pues otro posterior dirigido a Felipe III repite idéntica fórmula: "aunque escrito en Lengua Valenciana", deber ser traducido al monarca. (D. 31/12).
También Carlos V tuvo su traductor de valenciano en Honorato Juan, consejero
políglota y preceptor de Felipe II. Su actividad no se limitó a traducir, sino que trató de divulgar los clásicos valencianos en la corte. A tal fin utilizó un manuscrito de Ausiás March al que añadió comentarios en castellano y colaboró en un vocabulario para facilitar la lectura del poeta.
Por tanto, a fines del XVI la lengua valenciana era respetada por políticos
valencianos, latinistas catalanes y gramáticos castellanos; no existía un complejo de inferioridad como el que tenemos en la actualidad. Veamos el ejemplo de una palabra modesta: el catalán Pou escribe "chulla" en 1575; como palabra valenciana; y en 1611, el gramático tico castellano Covarrubias recalca que chulla, chuleta, es vocablo exclusivamente valenciano. Ahora, filólogos interesados -los mismos que pretendían eliminar la ñ del castellano- alteran, burlan y desprestigian los vocablos autóctonos con el fin que todos sabemos: implantar el catalán.


lunes, 10 de diciembre de 2018

dabán

dabán ve del latín vulgar *de-ab-ante


escrit tamé debán.
adverbio y prepossisió 


DCVB - DAVANT :

|| 1. A la part de la cara o de l'endret vers el qual l'objecte avança normalment; cast. delante. a) Usat com a adv.: El dit majordom tornan de la cuyna seguesca los sobrecocs... als quals lo dit porter davant vaja, Ordin. Palat. 13. Los ulls són per a mirar | tot lo que devant los ve, Flor d'Enam. 44. 
Passar davant 
a qualcú: fer més via que ell fins a contrapassar-lo anant en la mateixa direcció. En Miquel amb un parei més, mos varen passar davant, Alcover Cont. 20. S'usa en combinació amb altres adverbis de lloc: aquí davant, allà davant, etc. Y fugi, dona, d'aquí davant!, Vilanova Obres, xi, 44. 
Davant davant: 
movent-se una persona o cosa davant una altra i en la mateixa direcció d'aquesta. Jesús parlava dolçament | mig recolzat en una barca; | ... | la multitut, davant davant, | des de les roques la seguia, Oliver Obres, i, 90.—
b) 
Usat com a prep.: Les gens qui anauen dauant nostre senyor, Hom. Org. 3 voEmplaza general dauant la porta de l'egleadoc. a. 1250 (Pujol Docs. 24). Agenollà's davant lo altar, Llull Blanq. 3. Lo qual stech per un dia davant la dita vila, Pere IV, Cròn. 40. Abdós venien | al combregar | davant l'altar | de la capella, Spill 4020. Se passava una hora devant es miray, Ignor. 70. Davant l'hermosa creu del Salvador,Canigó ix. I davant de dos dits que En Xaneta ens presentà encreuats, Ruyra Parada 15. Davant la Verge Blanca, davant l'iglésia freda, Maragall Enllà 16. Tots els ametllers ja són florits | davant del mar brillant fins a Mallorca,Maragall Enllà 17. 

|| 
2. En presència (d'algú, d'alguna cosa); cast. delante. Si fet nostre senyor un preciós miracle d'un ceg que alumenà dauant els, Hom. Org. 3 voMe só sovint prehat davant los altres, Eximenis Conf. 20. Aquests falcons, astors y cans... criden y udolen agrament de hora en hora devant mi, Metge Somni ii.Pere ha fet assò devant de mi, Lacavalleria Gazoph. L'arpa era antiga que en els jorns de glòria | davant los reis en el castell sonava, Costa Trad. fant. 12. Qui s'atreveix a alsar la veu davant meu?, Vilanova Obres, xi, 253. Especialment: a) En presència d'un jutge o d'altra persona revestida d'autoritat per a determinar què s'ha de fer. Entraren dauant lo seinor apostoli e dauant totz los cardenals, doc. a. 1251 (Pujol Docs. 343). Que dins trenta dies comparega davant los dits consols, Consolat, c. 25. O príncep gloriós, si yo he trobat gràcia dauant vós, feu-me mercè, Villena Vita Chr., c. 1. Tots els homos són germans i iguals devant Déu, Aurora 228.—
b) 
A la vista (d'una cosa, d'un fet que obliga a actuar en cert sentit). Y devant tal acort jo no'n podia defugir,Obrador Arq. lit. 10. May, donchs, vensuda dobleguem la testa devant els sufriments, Salvà Poes. 20. No hi ha gana que valgui davant de la bona criansa, Vilanova Obres, xi, 238.—
c) 
Davant per davant: donant-se la cara una persona o cosa amb l'altra. S'homo que estava davant per davant ella, Roq. 35. «Les nostres cases estan davant per davant». 
|| 3. (en els escrits) Abans; més amunt; cast. antes, arriba. Vejaus lo cor en tot ço que devant havets entès, Muntaner Cròn., c. 6. Roger de Lúria e Corral Llança..., axí com davant vos he dit, vengren molt fadrins en Cathalunya,ibid., c. 18. 
|| 4. Abans dels altres, en una acció conjunta. Dir davant en el rosari: dirigir la recitació del rosari dient els parenostres i avemaries i contestant-hi els altres feels. Señe't y digues devant, Ignor. 39. 
a) 
Dir una cosa davant davant: dir-la anticipadament, per fer saber una cosa en temps oportú (Mall.). Si aquest carabassot teu no s'assanta, t'ho dich devant devant!..., ab un garrot te rompré una espatla, Alcover Rond. ii, 268.
II. || 1. m. La part d'un objecte que correspon a la cara o a l'endret vers el qual l'objecte avança normalment; cast. delantera. En lo davant de dita frasada farà St. Sebastià, doc. a. 1540 (Vidal Guide 475). Lo devant del cap, Lacavalleria Gazoph. 
El davant 
davants d'una casa: la fatxada o paret de davant. 
El davant de la xemeneia: 
post o tela que tapa verticalment la boca d'un escalfapanxes. Quadros que... poden passar per davants de xemeneya: ni color, ni dibuix, ni perspectiva, Oliver Obres, ii, 76. Els davants d'una camisa, d'un guardapits o d'altra peça de vestit. Gipó de fay negre adornat per s'esquena y p'es devants de trenats amb atzabeja, Ignor. 5. Carlets... tenia poca trassa per beure a galet..., es mullà tot lo devant de la camisa, Vilanova Obres, iv, 9. Els davants de la sabata: la part anterior d'una sabata, des de la punta fins a la meitat dels francs (Mallorca). Davant (cat.) o davants (mall.) d'antena: corda que subjecta a proa el car de l'antena d'una barca. Davant del rai: tram del rai damunt el qual va el davanter que el mena (Coll de Nargó). Davant d'un carro: joc o parell de rodes de la part anterior del carro. El davant d'un exèrcit: la davantera o avantguarda. Los scots... fan quatre tropells de gent: lo dauant, qui los de Spanya apellen dauantera, ells apellen dauantguarda, Eximenis XII Crestià, c. 274 (ap. Arch. Ib. Am. xxiv, 353). La cavalleria tenia lo devant o anava devant, Lacavalleria Gazoph. 
|| 2. Al davant té el mateix valor gramatical de la simple preposició i adverbi davant. Al dauant viu un pinar, Vent. Pel. 4. Tal passió d'açò 'm veig al davan | que lo meu cor ne resta tremolós, Auzias March lxxviii. Sant Josep va al seu davant, portant la florida vara, Verdaguer Idilis. Jo que me'n entro a l'escala del devant, Vilanova Obres, xi, 14. Els reguerons tantost nascuts cuiten a fugir del devant meu, Massó Croq. 12. El sol i la lluna, i el mar al davant, Maragall Enllà 29. 

|| 
3. Indica temps a venir des de cert moment que es pren com a punt de partida; cast. adelante. De aquí al devant sien enseculats en dos bosses, doc. a. 1584 (Priv. Vilafr. 94). Procurau de si al devant de esmenar-vos, Regla de St. Francesc, a. 1614, pàg. 202. Volent que de aquí al devant no tinguen força,Ordin. Univ. 1629, fol 5.

    Loc.
a) Esser el de davant: esser el primer, el principal.b) No saber quin cap li va davant: estar desorientat, no saber per on prendre o què fer (Mall.).c) Anar davant del vent: esser molt llest, deixondit (Vinaròs).d) Anar davant i darrera a qualcú: cercar-lo molt o fer-s'hi trobadís per demanar-li amb insistència alguna cosa, per obtenir-ne profit, etc. (Mall., Men.).e) Posar-se al davant d'una cosa: prendre-la pel seu compte, assumir-ne la direcció i la responsabilitat (Mall., Men.).
    Refr.
a) «Qui va davant, camina» (Mallorca); «Qui va davant, guanya la joia» (Val.); «Qui va davant, obre es barranc» (Men.): vol dir que el qui va davant els altres té molts avantatges.b) «Qui no mira al davant, arrere es queda»: vol dir que cal esser previsors (Val.).