viernes, 3 de mayo de 2019

LA RECONQUISTA DE LUNA


2.38. LA RECONQUISTA DE LUNA (SIGLO XI. LUNA)

En la mente y en el deseo de los cristianos aragoneses estaba la toma del enclave de Huesca, una de las llaves que podrían abrir el camino hacia Zaragoza. Pero para ello era preciso ir eliminando paulatinamente otros obstáculos menores, como el que significaba la hoy villa zaragozana de Luna, situada al pie de la sierra de Luna, junto al río Arba de Biel. Preparada la correspondiente campaña, Luna fue reconquistada a los musulmanes, en 1092, por Sancho Ramírez, rey de Aragón y Navarra, al que sorprendería accidentalmente la muerte dos años después en el sitio de Huesca.
Como en tantas otras ocasiones, la configuración del terreno sobre el que se asentaba el caserío había dado el nombre a la villa, que entonces era el de Monte Mayor, merced a su estratégica situación, y ante Monte Mayor se apostaron los guerreros de Sancho Ramírez.
Dada la topografía del enclave, no era fácil apoderarse de la villa, a la que se cortó toda posibilidad de recibir refuerzos externos. Se estudió detenidamente la estrategia a seguir y se convino en esperar a que luciera en lo alto del cielo la luna llena para atacar de noche, como así se hizo.
Tras la conquista de Monte Mayor todo fueron novedades, e incluso sus nuevos dueños cambiaron su anterior denominación por la de Luna, en recuerdo de aquella luna llena que iluminara desde el firmamento los edificios, las calles y las plazas de la villa, convirtiéndose así en el mejor aliado del rey cristiano y de sus tropas.
[Zapater, Alfonso, Aragón pueblo a pueblo, tomo X, pág. 1.543.]







LA RECONQUISTA DE LUNA

Luna es un municipio y población de España, de la Comarca de las Cinco Villas, perteneciente al partido judicial de Ejea de los Caballeros al noroeste de la provincia de Zaragoza, comunidad autónoma de Aragón, a 65 km de Zaragoza. Tiene un área de 308,92km² con una población de 733 habitantes (INE 2016) y una densidad de 2,37 hab/km². El código postal es 50610.


Desde el punto de vista eclesiástico, depende de la diócesis de Jaca que, a su vez, es sufragánea de la archidiócesis de Pamplona.

Actualmente, lo que se conoce como municipio de Luna comprende los siguientes núcleos:

Luna
Júnez

Su término municipal linda por el norte con el de la población de El Frago y con Agüero, al este con Valpalmas, Piedratajada y Gurrea de Gállego, al sur con Las Pedrosas, Erla, Sierra de Luna y Castejón de Valdejasa, y al oeste con los de Ejea de los Caballeros y Orés.

Las mayores alturas corresponden al Fragal (856 m), que marca la divisoria entre Luna, El Frago y Orés; a Monlora (657 m); a la Peña del Valiente (620 m); y a Santiá (389 m), que marca la separación entre Erla, Luna y Ejea.

Está atravesado de norte a sur por el río Arba de Biel, del que es afluente el río Júnez, así como diversos barrancos.

Castillo palacio de los Luna o torre del reloj.
Castillo de Villaverde (Luna).
Castillo de Obano.
Castillo de Yéquera.
Iglesia parroquial de Santiago y San Miguel.
Iglesia de Santiago de la Corona.
Iglesia de San Gil de Mediavilla.
Santuario de Nuestra Señora de Monlora.

LOS CASPOLINOS, EN LA BATALLA DE ALCORAZ


2.37. LOS CASPOLINOS, EN LA BATALLA DE ALCORAZ (SIGLO XI. CASPE)

El escenario es el asedio de la plaza fuerte de Huesca. Cuando Pedro I, rey de Aragón —ayudado, entre otros, por caballeros del otro lado de los Pirineos y navarros—, se enfrentó en la batalla final a la potente coalición musulmana (incluida una importante colaboración cristiana castellana) que defendía la plaza de Huesca, el monarca aragonés contó también con una aportación no muy numerosa pero sí selecta y aguerrida de cristianos llegados de Caspe, que se hicieron notar de manera ostensible por su valor en la jornada memorable del veinticinco de noviembre.
Sabido es que esta batalla definitiva sobre la plaza oscense se libró en la planicie de Alcoraz, despoblado cercano a la ciudad, y todo el mundo conoce, asimismo, la decisiva intervención que en la confrontación bélica tuvo el caballero san Jorge, llegado aquel mismo día tras haber participado activamente en la batalla de Antioquía, en Oriente.
La realidad es que buena parte de las tropas agarenas, ante el pésimo cariz que iba tomando poco a poco la cruenta pelea, emprendió la huida precipitada y desordenada hacia Sarakusta tratando de evitar la muerte, mientras la ciudad oscense se veía obligada a rendirse. El extenso campo de batalla de Alcorazpresentaba un aspecto desolador pues quedó totalmente sembrado de hombres heridos, mutilados y cuerpos sin vida. Entre estos últimos, se pudieron contar los cadáveres de cuatro reyes moros, tres de los cuales fueron hallados precisamente en el terreno que habían defendido con arrojo y valentía sin igual los caballeros caspolinos.

tres de dichas cabezas en el que sería escudo de la villa caspolina
cuatro cabezas de moros, escudo, Aragón
Aquel hecho singular dio lugar a una doble decisión de enorme simbología. Por una parte, a la incorporación de cuatro cabezas de moros en uno de los cuatro cuarteles que conforman el escudo de Aragón, y, por otra, por decisión del propio rey aragonés, Pedro I, de tres de dichas cabezas en el que sería escudo de la villa caspolina.

[R.L., «Los Anales de Caspe, por Valimaña», BHGBA, III-IV (1909), pág. 64. Salas Pérez, Antonio, Caspe y la historia del Compromiso. Caspe. (2º ed.), 49-50.]

Salas Pérez, Antonio, Caspe y la historia del Compromiso.
Vicente Ferrer, compromiso de Caspe



https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=558939

Compromiso de Caspe

http://www.bajoaragonesa.org/elagitador/breve-historia-de-un-compromiso-que-esta-muy-de-moda/

https://blog.eldique.es/images/pdf/Libro-digital.pdf

http://www.cervantesvirtual.com/bib/historia/monarquia/casp.shtml

https://www.academia.edu/5222592/_La_baja_nobleza_aragonesa_despu%C3%A9s_del_Compromiso_de_Caspe_movilidad_social_y_estrategias_pol%C3%ADticas_1412-1436_El_Compromiso_de_Caspe_1412_cambios_din%C3%A1sticos_y_constitucionalismo_en_la_Corona_de_Arag%C3%B3n_XIX_CHCA_Iber_Caja_Zaragoza_2013_pp._432-442

Ayuntamiento de Caspe


UN DETALLE DEL ÚLTIMO ASEDIO DE HUESCA, 1096


2.35. UN DETALLE DEL ÚLTIMO ASEDIO DE HUESCA (1096) (SIGLO XI. HUESCA)

Es el 12 de mayo y ha comenzado el asedio de Huesca por Pedro I de Aragón. El gobernador musulmánoscense ha solicitado refuerzos a al-Mostain de Zaragoza, que no sólo aporta guerreros moros, sino que ha conseguido la ayuda del conde García Ordóñez de Nájera. El ejército que acude en ayuda de al-Mostain es tan numeroso que, al decir de las crónicas, los primeros musulmanes llegaban a Zuera cuando los últimos todavía estaban en Altabás, arrabal zaragozano.
Por su parte, en el campo cristiano había recalado, llegado desde Gascuña, el desterrado Fortún, con trescientos peones y diez cargas de mazas, que luego serían decisivas en la batalla.
Los contendientes, por fin, estuvieron frente a frente. Las fuerzas estaban muy igualadas, contando cada ejército con unos veinte mil guerreros, según un cronista árabe. El desenlace de la inminente batalla era, pues, incierto.
Fue entonces cuando —según el mismo cronista moro— Pedro I envió un espía al campo enemigo para que indagase el número de guerreros esforzados y de fama con los que contaba el ejército musulmán y que fuesen reconocidos como tales por los cristianos por sus proezas. A la vez, debía averiguar cuántos caudillos aragoneses eran conocidos por los musulmanes y cuántos de ellos estaban en el campamento cristiano en aquel momento.
Cuando regresó el espía, comunicó al rey que el número de caballeros sarracenos famosos ascendía a siete. Así es que hizo contar los hombres cristianos de valor que estaban en su campamento en aquellos instantes, alcanzando el número de ocho. La noticia hizo feliz al rey Pedro I, a quien se le oyó exclamar: «¡Oh, qué día tan fausto»!
El propio cronista musulmán nos relata el sentido de aquellas palabras, pues era creencia cierta que las batallas se ganaban no por el número total de contendientes que, por cierto, era semejante, sino por el número de guerreros sobresalientes con los que contaba cada ejército, de modo que aquel que aventajase al otro aunque solamente fuera en uno ganaría la contienda, como en este caso así sucedió.

[Ubieto, Antonio, Historia de Aragón: La formación territorial, págs. 122-124.]


http://estudiosmedievales.revistas.csic.es/index.php/estudiosmedievales/article/download/623/634

https://es.wikipedia.org/wiki/Garc%C3%ADa_Ord%C3%B3%C3%B1ez