jueves, 4 de febrero de 2021

Ensayo de un Diccionario aragonés-castellano

ENSAYO
DE UN
DICCIONARIO
ARAGONÉS-CASTELLANO
POR
DON MARIANO PERALTA,
ABOGADO DE LOS TRIBUNALES DEL REINO
**(dedicatoria y firma: Al Sr. Conde de Ay*
Su *ser.° de aprecio
El autor)
CON LICENCIA:
ZARAGOZA. IMPRENTA REAL. AÑO 1836.

(Edición: Ramón Guimerá Lorente. Se actualiza la ortografía. Ejemplo, mio : mío; Gerónimo Borao amplió este ensayo en su DVA, Diccionario de voces aragonesas)

Ensayo de un Diccionario aragonés-castellano, Mariano Peralta, Braulio Foz

A DON BRAULIO FOZ:

PROFESOR DE LENGUA GRIEGA EN LA UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA.

Amigo mío: aunque no mediasen los motivos de la amistad, que para mí siempre serán muy principales, bastaría para ofrecerle este Ensayo el derecho que tiene V. a ello, como escritor aragonés, que no se deshonra de parecerlo en su estilo, si es que no fue envidia del crítico que le notó de provincialismo. No soy tan lince que en las obras de V. señaladamente en la del Verdadero Derecho Natural conozca la patria de su autor, y aun me atrevo a decir, que no la conociera ningún español, ni sospechara nadie que había nacido en las riberas del Ebro, (en Fórnoles, comarca del Matarraña) si V. mismo no lo hubiera asomado en aquellas expresiones, nuestro fuero aragonés, nuestros mayores y otras que V. usa en esta obra. Pero habiendo sabido, que no se defendió V. de la crítica de aquel temerario, diciendo, “que caso de ser fundada la miraba V. como un testimonio del mérito de su estilo, y que si podían tacharle de aragonés, nunca le podían calificar de afrancesado,” lo que es muy raro entre nuestros modernos escritores: me ha parecido que era este un título de justicia *para que le dedicase esta obrita, cuya publicación se debe sólo a las instancias de V.
A la autoridad del hecho que he referido se debe la idea general del discurso preliminar; y aun las observaciones oportunas (en mi concepto) con que en él se defienden del supuesto provincialismo de nuestros escritores.

Antes de conocer a V. tenía ya compuesto mi Diccionario, pero ha sido suerte muy feliz no haberle publicado, pues así ha merecido la aprobación de un escritor castizo e inteligente con cuya amistad se honrará siempre. S. S. S. Q. B. S. M.

Mariano Peralta.

https://an.wikipedia.org/wiki/Mariano_Peralta_Horte

(Quizás en otra edición aparece: Zaragoza 6 marzo de 1835. En esta no.)

PRÓLOGO.


Para aquellos que pretenden reducida la España en materia de idioma culto a los confines de la Castilla y que sólo juzgan que allí se habla el lenguaje puro y castizo de los hijos de Pelayo, parece una empresa ridícula y mezquina la de un Diccionario de las voces que se usan en Aragón y que no han merecido tener cabida en el de la Academia. Sin embargo un trabajo de esta naturaleza no sólo es un testimonio de laboriosidad y de que se ha fijado una atención filosófica sobre cosas, que no llaman ordinariamente la de los que sólo viven en el mundo de los muertos conversando únicamente con los autores que fallecieron en siglos remotos y apartados, sino que es un medio asimismo de presentar materiales para enriquecer nuestra lengua. Los idiomas pobres en su principio crecen como los ríos con los caudales que se les agregan. Los romanos que sojuzgaron la Italia y que trasladaron al recinto de su ciudad pueblos enteros adoptaron también parte de las palabras de que usaban aquellos. Podría citarse la voz Quírites tomada de los sabinos, y aun se podría hacer patente que fueron a enriquecerse fuera del Lacio con los despojos de otras naciones acogiendo una palabra española para significar el escudo. ¿Los franceses no han tomado también de nosotros la palabra número para evitar las equivocaciones que produciría la ambigua aplicación de nombre? Estas adopciones frecuentes en todos los idiomas comprueban lo conveniente, que es recoger dentro de una misma nación las palabras que se usan en las provincias. Un gran provecho resultará a los magistrados para entender las declaraciones de los testigos, para penetrar la fuerza de los contratos y ordinaciones redactadas en este lenguaje, pero también se originará otro beneficio y es que muchas de estas voces desechadas ahora con hastío como bárbaras puedan ser admitidas algún día en el Diccionario de la lengua, después de haber observado, que escritores profundos y cultos, no reparan en valerse de ellas, para expresar ciertas ideas, que antes las significaban con rodeos y circunloquios. ¿Por qué no había de adoptarse en un código rural, la Agüera, Alfarda, Aguacivera y otras? Será más castellano ni más propio decir acequia de aguas pluviales, pago de aguas o contribución de estas, que alfarda? Lo único, pues, que puede oponerse contra las palabras que contiene el catálogo, que presento, es que no se hallan, o muy pocas en el Diccionario de la Academia. Pero ¿acaso esta omisión o calificación de provinciales puede ser un anatema invencible, ni un justo título de proscripción?

La Academia no puede ejercer una autoridad tan ilimitada, ni los castellanos pueden dar la ley hasta tal punto a los aragoneses. Quieren ser los jónicos de la lengua castellana; pues nosotros seremos los áticos o los dóricos, y con cualquier título tan castizos y tan buenos como ellos. Los andaluces alegarán el mismo derecho, que es el uso de su país, derecho muy legítimo, como que no tienen otro los castellanos, y podrán también formar su Diccionario.

Es una paradoja gálica, porque los franceses son los que lo han inventado, para consolarse de la pobreza de su lengua, y un engaño decir, que la riqueza de una lengua no consiste en la abundancia de voces, sino en la diversa significación que tienen, en la variedad y diferencia de ideas, que unas mismas representan. No sé como los que así sienten, puedan entender la riqueza de los idiomas. Y lo peor es, que al fin han llegado a hacer su opinión de moda, porque es corriente entre nuestros filólogos. Siempre el prólogo de Huerta a sus Sinónimos me ha parecido obra de un filólogo educado fuera de su patria, en esa Nación donde es muy usado ese estilo, porque así cree que conviene a su estimación y al desprecio de las cosas en que otros le llevan alguna ventaja. Vaya aparte la cuestión, si hay o no verdaderos sinónimos, que ya sólo puede ponerse a ventilarla el que nunca haya examinado en dos voces que lo parecen, las ideas ya simples, ya compuestas que encierran. Pero con todo no puedo menos de advertir que siempre es argumento en favor de la opinión contraria a la del Sr. Huerta y de los franceses. Aun en las anticuadas se hallarán ideas que faltan a las que el uso les ha sustituido, aun en las simples conjunciones. ¿Quién dirá que por tanto, así que son absolutamente lo mismo que por ende? Séanlo dende y desde, porque la diferencia no está en la voz, sino en las letras de una misma; pero si aquella es diferente, apenas se hallará una en que las ideas no lo sean. Doy sin embargo que haya una absoluta identidad, ¿nada es la variedad, la armonía, la facilidad de asonantes y consonantes por las diferentes terminaciones? Dejemos pues esas paradojas, esos errores, esas artes a los franceses, llamen ellos claridad a la mezquindad, exactitud a la ruindad y monotonía de su sintaxis (sintácsis): y formando la opinión por nosotros mismos, y por nuestras cosas nacionales, atrevámonos a estimar nuestra riqueza, y la abundancia, variedad y la generosidad de la más hermosa lengua de Europa.

No se trata en este Diccionario de la las voces particulares de un dialecto, porque este nombre no se puede dar sino a una lengua distinta de otra en algo en la sintaxis, o por lo menos de la declinación de los nombres y conjugación de los verbos, y semejante a la misma en lo general de ella. Sería dialecto del español la lengua que hablan nuestros aragoneses del Somontano, porque sin dejar de ser española tiene diferencias bastante considerables en lo esencial de todo idioma. Allí dicen, o mulo, os mulos por el mulo, los mulos: tu yés, el yé, por tú eres él es: vinon, tubon, se fuen: por vinieron, tuvieron, se fueron: a yo, por a mí: subiba, teneba: por subía, tenía: gosa ser, gosa tener: por debe de ser, debe de tener: bel tunante que la quie engañar, por algún tunante que la quiere engañar: bella muller d'a galera, por alguna mujer de la galera. Esto es un verdadero dialecto de la común lengua española; pero no lo es la que se habla en Zaragoza ni en parte alguna de Aragón (fuera de esa), porque es absolutamente la misma de Castilla. Una que otra voz ni muchas no hacen diferencia de idioma.

Muchas de estas son tomadas del lemosín o catalán, por la proximidad a Cataluña y la antiquísima unión de estas dos naciones. Pero no por eso se crea que en Aragón se habló el catalán en algún tiempo, como dice sin ningún fundamento el Marqués de Mondéjar, que quiere atribuir al rey Fernando 1.° la introducción de la lengua castellana. Poco había leído de nuestros antiguos escritores, y poco sabía de nuestras cosas. El rey Fernando vino a principios del siglo XV (después del Compromiso de Caspe) y ya mucho antes hablábamos la misma lengua que ahora, si bien usábamos algunas voces que poco a poco se fueron dejando, como también ha sucedido en Castilla. En 1385 decía D. Juan 1.° escribiendo a los jurados de Zaragoza. Omes buenos, bien creemos que habedes sopido, como en el principado de Cataluña no hay aquella abundancia de pan que sería menester. Pregunto; ¿cómo se diría esto en Castilla en aquel tiempo? ¿Era otra lengua o estaba más adelantada la que entonces hablaban los castellanos? Sin embargo aún tardó más de veinte años a venir el rey Fernando del Marques de Mondéjar.

Que en Aragón resultase del latín, del arábigo y del gótico una lengua tan parecida, o la misma que resultó en Castilla, no debe admirar, porque con los mismos elementos en el idioma, la misma pronunciación, las mismas costumbres, las mismas causas políticas y religiosas, el mismo cielo, el mismo carácter y una comunicación y mezcla tan continua entre ambas naciones, fuera imposible suceder otra cosa. No así en Cataluña donde la corrupción del latín vino de la Provenza con los primeros reconquistadores. Conque ni los castellanos introdujeron aquí su lengua, ni es diferente la nuestra de la de ellos: es uno mismo y solo idioma.

No todas las voces que usamos nosotros y son extrañas en Castilla pertenecen al lemosín, aunque hay algunas que tienen este origen. Unas son latinas, otras derivadas de raíces españolas, otras arábigas, lo que demostraría su etimología si se examinase.
Pero para prueba véase en estas. Concieto (apetito fuerte y especial de comer o beber alguna cosa determinada) viene de conceptus (deseo concebido) que es muy latino. Porgar (acribar, ahechar) de purgare, (limpiar). Pinocha de Pinna o pinus, por la figura. Trasmudar de transmutare. Remondar de mundare (limpiar) Recantillo de canto (extremo) y re que tiene fuerza de trabajado, repetido, redoblado, porque así se hace una buena barda. Vesque (liga) de Viscus. Botinflado de boto (cuero) e inflar. Basta de etimologías. Las voces arábigas son harto conocidas, y no es menester citarlas. En fin tenemos también algunas griegas, como entre otras: aturar, que es parar en un sitio por estar entretenido o cebado en alguna distracción o juego. Caloyo, recental, cabritillo.

El desprecio o nota infamatoria con que los castellanos desechan algunas voces nuestras es una injusticia, y una presunción exorbitante; y esto se funda en que los castellanos tienen un diccionario de su idioma, en el cual se han visto obligados a dar lugar a algunas voces extrañas a su provincia, como lo son muchas de las suyas para nosotros. La disputa, pues, debe ser, si un escritor aragonés puede usar las voces que aquí usamos propias de nuestra provincia, que usaron ya, o no usaron, nuestros escritores de otros siglos.

Que los castellanos se rían, sólo prueba que les sorprende un lenguaje a que no está acostumbrado su oído. Porque ¿en qué se funda la autoridad de las lenguas?
La contestación no la darán sin que podamos sacar ventajas. Así también un ateniense se burlaba de unas sicilianas porque dorizaban, y con todo nunca aquellos en su dialecto supieron componer cosas tan amables y preciosas y en estilo tan dulce.

No podemos los aragoneses oponer a los castellanos un poeta que haya usado nuestras voces provinciales, igual a un Garcilaso. Pero sin esta circunstancia, aunque algunas quizá (quizà, con à) se les encontrarían, permítaseme citar a los Argensolas, los cuales no aprendieron su lengua en Castilla, en Toledo, Valladolid, o Alcalá de Henares, sino en Aragón, en Barbastro, Huesca y Zaragoza. Y dijo de estos (Lopez) Lope de Vega, que habían ido de Aragón a Castilla a enseñar la lengua a los castellanos. En efecto así estos dos escritores célebres, como otros de menos nombre, hablaron la lengua española tan bien como los más cultos toledanos del siglo XVI. Que si Cervantes reprende, no sé qué dialectismo en el autor tordesillesco, ya se sabe que habló en odio de los Argensolas, y con tan mala prueba no obstante, que ni Tordesillas es pueblo de Aragón, ni se conoció acá ningún Avellaneda. (Tordesilos sí es de Aragón, cerca de Alustante, Guadalajara)

No diré yo que los antiguos escritores aragoneses no se pueden conocer por el estilo; y aun los modernos; pero será como se distinguen los toledanos de los sevillanos de aquel siglo, y unos y otros de los que se criaron en Castilla la Vieja. Notarase lo más un cierto carácter, una índole, que consistirá precisa y únicamente en más o menos naturalidad, candor, popularidad, ingenuidad: en mayor o menor concisión, gracia, energía o suavidad. Pero todos hablan la misma lengua, y fuera de una que otra voz o frase, tan la misma, que sólo un filólogo consumado podrá conocer por el estilo donde aprendió a hablar y cultivó la lengua el escritor que se examina. ¡Ojalá todos ellos hubieran tomado más de la índole de sus respectivas provincias, más de su diccionario particular, de sus costumbres y leyes: así tendríamos una lengua más abundante y varia, como hicieron y lograron los italianos, y como sobre todos hicieron y lograron los griegos; pues no se deben a otra causa sus varios, hermosísimos y encantadores dialectos. Si yo hubiese nacido en Somontano, o hablase con perfección aquel dialecto, puede ser que me probase a componer en él algunas églogas, que respecto de la común lengua española, presentarían el rústico pero suavísimo dialecto dórico de Bion y Teócrito en la griega.

Advierto que no todas las voces de este Diccionario son igualmente cultas: hay algunas bajas, otras son familiares, otras burlescas, otras jocosas: pero este juicio se deja a la educación, gusto y oído del que conoce la lengua.

Decimos pues, respondiendo a la pregunta de arriba, que con la debida elección, y según la naturaleza de la obra que se escribe, se pueden usar estas voces en escritos para el público, y por supuesto en instrumentos de notarios, en la conversación y trato familiar, sin ningún escrúpulo, como las más puras castellanas, o de la común lengua española. ¿Qué poeta reparará en una égloga en usar de la voz ternasco, (cabritillo destinado para regalo de la mesa), tan legítima por su etimología (tierno) y tan castiza por el sonido? ¿Qué poeta describiendo el campo no usará la suave y hermosa voz, Ababol, por la especie de amapolas que se crían en las mieses en primavera, y que en lemosín se llaman, ruellas, ruillas, por su color rojo? Pues no menos hermosas que esta hay muchas en este diccionario. Otras son expresivas de un modo particular. Otras graciosas; otras sonoras: y aunque todas tuvieran sus equivalentes en castellano, y equivalentes rigurosos ¿quién se privará de esta riqueza y variedad; sobre todo en poesía, por un respeto casi idólatra a la Academia de Madrid? Si en vez de ir Fernando el Católico a Castilla, hubiese venido la reina Isabel a Aragón y fuera Zaragoza la corte de España; aquí se hubiese formado el diccionario de la lengua, y contendría nuestras voces como primeras y las provinciales de Castilla como segundas.

Prevengo que los zaragozanos hallarán aquí algunas voces que ellos no usan, y quizá echarán (de) menos una que otra de las más usadas en esta capital: pero aquello deben atribuirlo a la generalidad del diccionario, y esto a un cuidado muy especial, que hemos puesto en el discernimiento de las mismas voces. Las hay en todas las lenguas que por su rustiquez, inutilidad o corrupción no deben estar en ningún diccionario. Las propias de nuestros fueros se darán en un apéndice al que precederá un tratadito del derecho público político y civil de los aragoneses, cuando tomando consejo de las circunstancias, me parezca que puedo y debo publicarle.

Explicación de las abreviaturas.
Agr. Agricultura.
Adj. Adjetivo.
Adv. Adverbio.
Ant. Anticuado.
P. u. Poco usado o sólo en algunos pueblos.
For. Forense.
n. Nombre.
V. Véase.
v. a. Verbo activo.
v. n. Verbo neutro.
v. r. Verbo recíproco.
- Separación de las varias acepciones de un vocablo, o señal para excusar la repetición de las voces.

DICCIONARIO

ARAGONÉS-CASTELLANO.


A

Ababol. n. Amapola que nace en la mies en primavera.


Abadía. n. Casa del cura de un pueblo.
Abadiado. n. Territorio de la abadía.
Abejero. n. Abejaruco.
Abispado (avispado). adj. Agudo, vivo, entendido y activo.
Abolorio. n. for. Abolengo. Retracto gentilicio.
Abrahonar. v. r. Ceñir por los brahones.
Abrevador. n. Abrevadero.
Acacharse. v. r. Agacharse.
Acampo. n. Dehesa.
Acantalear. v. a. Caer granizo grueso.
Acapizarse. v. r. Asirse a las greñas.
Acoplar. v. a. Atraillar, unir dos personas o bestias.
Acortadizos. n. Cortaduras, desperdicios de papel, guantes, etc.
Acorzar. v. a. Acortar.
Acotolar. v. a. Aniquilar, acabar con alguna cosa.
Ademprío. n. Ejido, término común de pasto.
Ador. n. Turno en el riego.
ADULA. n. Hato de ganado mayor de todo un pueblo, reunido para pacer (la dula).
- Terreno que no tiene riego destinado.
AFIRMARSE. v. r. Ajustarse, contratar un criado o criada su servicio.
AGRAMAR. v. a. Machacar cáñamo, lino.
AGUA ESMERADA. Agua reducida a menor cantidad por la acción del fuego.
AGUACIBERA (aguacivera). n. Tierra sembrada en seco y regada después.
AGUAITAR. v. a. Acechar.
AGÜERA. n. Acequia para dirigir el agua pluvial a los campos.
AGUJA. n. Alfiler.
AGUATIELLO. n. Abertura hecha en la pared, para despedir el agua de un patio, calle etc. ALACET. n. Fundamento de un edificio.
ALADRO. n. Arado.
ALAICA. n. Aluda, hormiga con alas.
ALAMBRE. n. Hilo de hierro.
ALBADA, n. Alborada. - Canción de los mozos al rayar el día.

ALBARÁN. n. Papel de obligación privada. - El que se da en Cuaresma para acreditar el cumplimiento con la iglesia.
ALBELLÓN. n. Arbollón. n. Albañal. - Conducto subterráneo de piedra en los campos para dar salida a las aguas sin perjuicio de la labor.
ALBERGE. n. Albaricoque.
ALCOVILLA. n. Chimenea sólo para calentarse.
ALCORZAR. v. a. V. Acorzar.
ALERA FORAL. n. agr. Pastos comunes a dos o más pueblos.
ALFALZ o ALFALCE. n. Alfalfa.

ALFARDA. n. Contribución por el riego.

ALFARDÓN. n. Arandela.

ALFARRAZAR. v. Pactar el pago de una cosa por otra.

ALFÓNDIGA. n. Alhóndiga.

ALGORÍN. N. Atajadizo para poner la aceituna separadamente. - Sitio para tener a mano harina, cebada etc.

ALGUAZA. n. Visagra, gozne.

ALIRÓN. n. Alón de pavo, gallina, sin plumas.

ALJEZ. n. Yeso.

ALJECERÍA. n. Yesería.

ALJEZÓN. n. Yesón.

ALMADÍA. n. Balsa de maderos, o conjunto para conducirlos por los ríos.

ALMENARA. n. Zanja para conducir al río el agua sobrante de una acequia.

ALMOGÁBARES (almogávares). n. Tropa irregular de Aragón.

ALMUD. n. La dozava parte de una fanega aragonesa.

ALMUDÍ. n. Alóndiga.

ALMUESTAS. n. Tributos reales.

ALMUTAFAT. n. Almotacén, fiel de pesos y medidas.

ALQUEZ. n. Medida de doce cántaros de vino.

ALUFRAR. v. a. Ver con prontitud. - preveer.

ALUM. n. Alumbre.

AMANTA. adv. Mucho.

AMERAR. v. a. Merar, mezclar el agua con vino, etc. - Amerar la olla: echar agua en olla de nuevo.
AMORGONAR. v. ac. agr. Tender los sarmientos para que arraiguen.
AMOSTA. adv. Lo que puede cogerse con las palmas de las dos manos juntas.
AMPRAR. v. a. Pedir o tomar prestado.

ANDADERAS. n. Secas.

ANDADOR. n. agr. Andén, calle de jardín. - Ministro de Ayuntamiento.

ANDALOCIO. n. Lluvia de poca duración.

ANEGA. n. Fanega.

ANTECOGER. v. a. Coger las frutas antes de tiempo.

ANTIPOCA. n. Instrumento, por el cual uno se declara deudor.
ANTORCHERA. n. Velón de cobre.
ANTOSTA. n. Tabique.
APAÑAR. v. a. Remendar.
APARADOR. n. Basar.
APENAR. v. a. Intimar una pena ya señalada.
APERCAZAR. v. a. Coger con alguna dificultad.
APETENCIA. n. ant. Apetito.
APOCA. n. Recibo. - Testimonio que dan los curas y frailes por las misas de algún cargo que han celebrado.
APRENSIÓN. n. for. Uno de los cuatro procesos forales.
ARGUELLADO. adj. Desmedrado en salud.
ARGUELLARSE. v. r. Parecer enfermizo y desmejorado. - No blanquear la ropa, lo que debiera.
ARGUELLO. n. Desmedro. - Suciedad.
ARIBOL. n. Aspa:
ARMADÍA. n. V. Almadía.
ARQUIMESA. n. Papelera.
ARRAMBLAR. v. a. Dejar una avenida llena la tierra de arena. - Llevarse uno todo lo de una especie o muchas cosas con grande ambición o codicia.
ARTIGA. n. Tierra recientemente roturada.
ARTO. n. Espino. (??? si florecen os artos, nieve en os altos)

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ASOLARSE. v. r. Aclararse los licores turbios bajando al suelo las partículas más gruesas. ATAR, fardos, paquetes. v. a. Liar, etc.
ATRAZAR. v. a. Trazar, disponer el éxito de alguna cosa.

ATRAZO. n. Persona desaseada y despreciable.
ATURAR. v. a. Hacer parar o detener las bestias. - El que a 40 años no atura, a 50 no adevina, a 60 desatina. V. el prólogo.
AUGETAS. n. Albricias, gratificación que se suele dar a las criadas en casas particulares, mesones, diligencias. - Especie de pastel. - Penca de escarola cocida.
AVEZAR. - AMALVEZARSE. v. r. Aficionarse, cebarse. (chap. aveá, aveás, malveá, malveás)

AZAROLLA. n. Serva. (acerola)

AZUD. n. Presa para sacar agua de un río.

AZUDA. n. Noria.


B

BABAZORRO. adj. Rústico, tosco. - Dícese con desprecio del joven que se atreve a mayores empresas de lo que está bien a su edad.
BADAL. n. Carne de las espaldas y costillas.
BADINA. n. Charco o laguna que deja un río. - De aquí embadinar.
BANDEAR LAS CAMPANAS. Tocarlas, haciéndoles dar vueltas.
BAGA. n. Cuerda para atar cargas.
BAGUETA o BAGUERETA. V. Baga.
Ballón. n. agr. Arroyo pequeño.
BALLUECA. n. agr. Ballico, joyo, especie de cizaña.

BÁNOVA. n. Colcha de lana, cubierta de cama.
BARBADO. n. agr. Sarmiento con raicillas para plantarse.
BARCHILLA. n. La doceava parte de un caiz de granos.
BARDO. n. Barro.
BARRAL. n. Garrafa.
BARREÑO. n. Jofaina.
BASTA. n. Hilván.
BASTARDELO. n. Minutario, cuaderno de borradores de las escrituras.
BASTE. n. Basto, especie de albarda.
BATEAGUAS. n. Paraguas.
BATIR. v. a. Verter, arrojar, desechar, derribar.
BATUECO. adj. Huevo huero.
BÁZARO de cera, pez, etc. n. Escoria.
BECCARDÓN. n. Agachadiza.
BERGANTO. n. Cardenal, señal o hinchazón que deja el látigo.
BERLANCO. n. V. Berganto.
Besque. n. Liga.
BIMARDO. n. Novillo, buey de dos a tres años.
BISALTO. n. Guisante.
Bisca. n. Remurguillo, viento no muy fuerte, pero frío y penetrante.
BISTRAER. Sonsacar.
BISTRETA. n. Cantidad que en lo antiguo se adelantaba a un procurador.

BLANQUERO. n. Blanqueador.

BOALAR. n. agr. Dehesa.

BOIRA. n. Niebla muy espesa.

BOJARDONES. n. agr. Especie de setas.

Bofo. adj. Fofo.
Bolado. n. Pan de azúcar rolado. (panal de azúcar).
BOLEA. n. Pelota jugada al aire. - fam. mentira.
BOLISA. n. Pavesa, motilla en la ropa, y la que vuela en el aire.
BOLLO. n. Chichón.
Boñiga. n. Excremento del ganado vacuno (bacuno).
Boque. n. Macho cabrío.
Botiga. n. Tienda de mercader. - Taller de un artista.
BOTINFLADO. adj. Hinchado.
Boto. n. Pellejo, cuero para poner vino.
BRAZAL. n. agr. Arroyo, hijuela de acequia.
BRESCA. n. Panal de miel.
BRISA. n. Orujo de la uva.
BROCAL de canal. n. Bocal, azud (o presa).
BROCUL, BROQUIL o BRÓCULI. n. Brócules, col.
Buco. n. V. Boque.
BUEGA. n. Mojón, linde.
BULCAR. v. a. Volcar.
BURO. n. Greda, arcilla.
BUSCA. n. Mota.
BUIDADOR o BUIRADOR. n. El que trabaja en latón o cobre.



С

Cabezana. n. Cabestro.
CABIDAR. v. a. Ahorrar, economizar.
CABALLÓN. n. agr. Lomo de tierra que divide las eras de los huertos.
CABEZERO. n. Inquilino principal de una casa.
CABREO. n. Libro becerro.
Cacha. n. Envite falso en ciertos juegos de naipes,

CACHILADA. n. Lechigada.

Cacho. adj. Gacho.

Cadejo. n. Madeja.

CADILLO. n. La flor del olivo cuando sale el fruto. - Cachorro.

CADIELLO. V. Cadillo.

CADIERA. n. Escaño, banco de respaldo.

Cado. n. Madriguera.

CALAJE. n. Cajón o naveta.

CALAMONAR. v. a. Corromperse o fermentar la yerba u otro vegetal.

CALIBO. n. Rescoldo.
CALOYO. n. Recental, cabritillo destinado para el plato.
Callizo. n. Callejuela, calleja.

CAMAL. n. Rama.

CAMPAR. v. n. Solazarse. - Descollar, sobresalir: lucir el garbo, pasear con vanidad u ostentación de la ropa, riqueza, etc.
CANALERA. n. Canal de tejado.
CANERO. n. Salvado grueso.
CANSO, CANSE o CALSO DE AGUJA. n. Ojo de aguja.
CANTAL, CANTALAZO. n. Canto o piedra grande.
Caño. n. Cueva para refrescar el agua, vino en verano.
CAÑUTO. n. Alfiletero.
CAPAZA. n. Espuerta para los molinos de aceite.
Capazo. n. Esportilla.
CAPARRA. n. Garrapata.
CAPARRÓS. n. Caparrosa.
CAPEL. n. Capullo, se dice del gusano de seda.
CAPELARDENTE. n. Tumba. (capilla ardiente)
Capítulo. n. Cabildo de cualquiera iglesia.

CAPOLAR. v. a. Cortar menudamente carne, cebolla.
CAPSUELDO. n. Ventaja del uno por diez le da al que paga ciertas deudas antes del término. Y así se dice ganar capsueldo o capsuelda, por pagar anticipadamente. CARAMULLO. n. Colmo.
CARDELINA. n. Jilguero.
CARDÓN. Árbol. n. agr. Laurel silvestre.
CARIÑAR. v. a. Echar (de) menos a una persona, lugar, etc. sentir su ausencia y privación.
CARIÑARSE. v. r. Sentir tristeza por la ausencia de los amigos, padres, etc. Sentir novedad triste de un lugar, de gentes no conocidas, etc.

CARNERARIO. n. Panteón u osario.

CARPETA. n. Cubierta de carta.

CARRAÑA. n. Ira: persona de mal genio.

CARRAÑAR. v. n. Regañar.

CARRAÑÓN. adj. Regañón.

CARRAZA de n. Ristra de ...

CARRAZO de uva. n. Racimito de la uva.

CARRADA. V. Carraza.

CASAL. n. Solar: edificio de casa arruinado.

CASERA. n. Ama de gobierno.

CAJETA. n. Cepo para pedir limosna.

CAVAL (cabal). n. Peculio, pegujar, de los hijos segundos.

CAVALERO. n. El hijo que no es heredero.
(aquí aparece cabezero. n. Inquilino principal de una casa.)

CAZUELO o CAZUELA. n. Cacharro.

CENERO. n. Terreno no pacido.

CENTENAR, CENTENAL O CENTENERO. n. Cuenda de madejas.

CENSAL. n. Censo.

CENSALISTA. n. El acreedor a los censos.

CEÑAR, v. a. Guiñar, hacer señas.

CEPRÉN, CEPRENAR. Palanca: mover algo con ella.
CERCILLO. n. Arco de cuba.
CERPA DE LANA. n. La porción que puede cogerse con los dedos.
CHAFAR. v. a. Escachar, machucar: - dejar burlado a uno con una salida que no esperaba.
CHAFARREAR. v. a. Hablar, platicar.
CHANDRO. adj. Flojo, desaseado.
CHANCHULLO. n. Bahorrina, conjunto de cosas despreciables y asquerosas. CHAPARRAZO. n. Chubasco.
CHAPEAR o CHAPIAR. v. a. Chapotear.
CHARADA DE FUEGO. Llamarada de poca dura duración.

CHARRAR. v. a. Charlar, hablar con indiscreción.

CHEMECAR. v. n. Quejarse.

CHEMECO. n. Quejido.

CHIRNETE. N. Chichón.

CHIRIGOL. n. Pisto.

(algunas no están en este orden en el texto que tengo delante)

CHORDÓN. n. Frambuesa: zumo de fresas.

CÍA. n. Silo.

CIBIACA. n. Parihuelas, andas.

CIRIUELO. n. Libro de cerilla.
CHOLLAZO. n. Pescozón.
CHOTA. n. Vaca. - Ternera.

CHULLA. n. Lonja de tocino, carnero, etc.

CLAMOR. n. f. Barranco o valle, que es arroyo crecido en las lluvias copiosas.

COBAR. n. Cobijar.

COCINILLA. V. Alcobilla.

Cocio. n. Cuenco.

Coconas (nueces). adj. Nueces vanas.

Cocote. n. Cogote.

COGER. v. n. Caber.

COGULLADA. n. Cogujada.

COLLETE. n. Alzacuello.

Concieto. n. Apetito semejante al de las mujeres preñadas.
CONFITAR. v. a. Cocer las frutas en almíbar y cubrirlas con azúcar.
CONSUETA. n. Añalejo. - Apuntador de teatro.
CONVOLAR A SEGUNDO MATRIMONIO. Contraer segundo matrimonio.
COQUETA. n. Palmeta. - Especie de pan.
CORCARSE. v. r. Se dice de la madera cuando la roe el gusano.
CORRENTIAR. v. a. agr. Echar agua en los campos para beneficiarlos.
CORRINCHE. n. Círculo de gente.
CORRO. V. Corrinche.
COSCARANA. n. Torta delgada y seca.
Coso. n. Calle muy ancha, que suele ser la principal de una ciudad.
Cosero. n. Arroyo para regar un campo.
Cospillo. n. Orujo de oliva.
COTILDEQUÉ (de) m. ad. Clase ínfima de un mismo título de nombre, autoridad, dignidad, etc.
CREMALLOS. n. Llares.
CRESARSE LA MADERA. V. Corcarse.
CUARTEAR. v. a. Cuartar, sacar la cuarta parte de la décima.
CUARTEADOR. n. El encargado de esta operación.
Cuezo. V. Cocio.
CULTARAR. v. a. Cultivar.
CUITAR. n. Reja para arar cuando la tierra está seca.
CUNAR. v. a. Mecer.


D


Dalla o dallo. n. Dalle.

DAZA o ADAZA. n. agr. Cierta semilla parecida al trigo cuando está en cierne. DEGÜELLA. n. La res que se mata por haber entrado en vedado.
Degüello.n. Degolladero.
DENTERA. n. Apetito de comer una cosa excitado por su presencia.
DESCAI O DESGAI. n. Retal, pedazo de tela. - El tanto en dinero que se paga cuando en los diezmos no llega al número la especie.
DESGANA. n. Desmayo, congoja.
DESMADEJADO. adj. Flojo, desmazalado.
Despedida. n. Salida, desaguadero.
Dica. adj. Hasta.
DIEZMADOR. n. El preceptor de diezmos.
DOBLERO. n. Panecillo de cierta especie.
DOMINICATURA. n. Cierto derecho del señor temporal.
Doncel. n. Ajenjo.
DORONDÓN. n. V. Boira. Niebla espesa y fría de invierno.

Dropo. adj. haragán (aragan en el original), inaplicado.

DULA. V. Adula.

DURAZNILLA. n. Durazno.

DESJUÑIR. v. a. agr. Desuncir.

E

ECHAR GATOS AL EBRO. (No estar para) estar miserable, etc.
EJECUTOR, n. Albacea.
EMBAFAR. v. a. Empalagar.
EMBASTAR. v. a. Hilvanar.
EMBASADOR. n. Embudo.
EMPANDULLO O EMPANTULLO. Pastel, ensuciada, mala salida de un negocio, - embolismo, embrollo.
Enverar las uvas y demás frutas. v. a. Principiar a sazonar las frutas.
EMPEDREAR. v. a. Empedrar.
EMPELTRE. n. Olivo (injertado) engertado.
EMPENTA. n. Empujón, empellón.
EMPENTÓN V. Empenta.
EMPENTAR. v. a. Empujar.
Enatizo. n. Desmedrado, mal nacido físicamente. - De ánimo apocado, ruin.
ENCANTAR. v. a. Vender en almoneda.
ENCANTE, ENCANTILLO. n. Lugar en que se venden las cosas viejas o de desecho. ENCARRAÑARSE. v. r. Irritarse, incomodarse.
ENCETAR. v. a. Decentar, empezar.
ENCORRER. v. a. Correr tras alguno para cogerle.
ENDURAR. v. a. Pasar hambre, sufrir.
ENGALZAR. v. a. V. Encorrer.
ENGARDAJINA. n. Lagartija.
ENGLUCIAR. v. a. Mirar con intensión, hacer gestos para conseguir alguna golosina. ENGULLIDOR. n. Sumidero.

ENRONA. n. Escombros, desperdicios de obra.

ENRONAR. v. a. Envolver con escombros.

ENRUENA. V. Enrona.

ENSOBINARSE. v. r. Caer una caballería en postura supina con peligro de perecer. ENTORNAR. v. a. Hacer el dobladillo.
ENTRECABAR. v. a. Sachar, limpiar de yerbas la hortaliza.
ERAGE. n. Miel virgen.
ESBARAR. v. a. Resbalar.
ESBARRAR. v. a. Asombrar, espantar la caza, caballerías, etc.
ESBAFAR. v. a. Evaporar.
ESCACHAR. v. a. Despachurrar met. Chasquear, dejar burlado con admiración. ESCALFETA. n Braserillo.
ESCAHAR. v. a. Roturar.
ESCAÑARSE. v. r. Desgañitarse, ahogarse de una tos fuerte.
Escaño. n. Féretro.
ESCACILAR. v. a. Cacarear.
ESCALIBAR. v. a. Sacar el rescoldo.
ESCAMPAR. v. a. Tender el estiércol por la tierra. - Derramar granos y cualquiera cosa. ESCOBAR. v. a. Barrer.
ESCOPETADA. n. Escopetazo.
ESCORCHA. n. Túrdiga, correa ancha de cuero sin curtir.
ESCORCHAR. v. a. Levantar la corteza de un mal.
ESCOTOLARSE. v. r. Frotarse el cuerpo con la camisa moviéndose.
Escudillar las sopas, chocolate. Calar las sopas.
ESGARRIFAR. v. a. El efecto que nos causa la lima cuando da en falso. - Espeluzarse (espeluznarse) de estremecimiento y horror por un hecho atroz.

ESMUIRSE. v. a. Deslizarse, escurrirse, zafarse.

ENAVESAR. v. a. Trasponer.

ESPEDO. n. Asador. (espeto)

ESPERREQUE. n. Niño u hombre mal sano, regañón. Cosa despreciable.

ESPICHAR. v. a. Morir.

Espinai. n. Espinaca.

ESPONJADO. n. Azucarado.

ESPORTÓN. n. Serón.

Espuenda. n. Margen de río, campo.

ESQUILA o ESQUILO. n. Cencerro.

ESQUILADA. n. Cencerrada.

ESQUIROL. n. Ardilla.

ESTADAL. n. Librito de cerilla.

ESTREÑIR. v. a. Entornar una puerta, medio cerrar.
ESTRENAS. n. V. Augetas en su primera acepción.
ESTRICALLAR. v. a. Hacer pedazos.
ESTREUDES. n. Trébedes.
ESVIRAR. v. a. Bruñir.


F


FABOLINES. n. Especie de habas pequeñas.

FABUEÑO. n. Fabonio, viento.

Fajo. n. Haz.

FALCA. n. Cuña.

FALAGUERA. n. Deseo impertinente y extravagante.

FALORDIA o FALORÍA (hay tilde, faloria). n. Cuento, Fábula.

FARDACHO o HARDACHO. Lagarto.

Falsa. n. Desván. - zaquizamí.

FARACHAR. v. a. Espadar el cáñamo, lino.

Farfalloso. adj. Tartamudo, balbuciente.

FARINETAS, n. Puches.

FARNACA. n. Lebrato.

FASCAL. n. Hacina de 30 haces de mies.

FEJUDO. adj. Basto, pesado: se dice de las ropas.

FEJUDEZ. n. Pesadez.

FEMERA. n. Estercolero.
FENDILLA. n. Grieta.

FENAL. N. Prado.

FERGENAL, FERGINAL o FREGENAL. n. Campos que se comprenden en la redonda de un pueblo.

FIEMO. n. Estiércol.

FILA. N. Madero, viga.

Findoz. n. Regaliz.

FIRMA. n. Uno de los cuatro procesos forales.

FITERO DEL SOL. n. Resistero.

FIZAR. v. a. Clavar el aguijón la abeja o algún animal ponzoñoso.
Fizón. n. Aguijón.
FONDELLÓN. adj. Vino muy bueno que tiene fondo o madre antigua en la vasija. FOSQUETA. n. Calabozo.
Fraga. n. Fresa en la parte septentrional de Aragón. (Fraula en Valencia)
FRAGENCO. n. Cerdo de dos años.
Fres. n. Galón de plata u oro.
FRITADA. Pisto.
FRIOLENCO. adj. Friolento.
FRONTINAZO. n. Golpe dado en la frente, contra una pared, puerta, etc.
FULCO. n. Geme.
FURO. adj. Fiero, huraño, animal coceador. - Mujer esquiva, cerrera. - Hacer fura alguna cosa. - Trasnocharla. - Hurtarla.


G

GABOTE. n. Volante, juego.
GAFETE. n. Corchete.
GAJO. n. Porción de manzana, naranja.
GALACHO. n. Hoyo o cortaduras que dejan las avenidas o aguas derrumbadas. GALDRUFA. n. Peonza.
GALERA. n. Casa de corrección para mujeres.
GALLINERO. Cazuela de teatro.
GALLIPUENTE. n. Puente que llevando una acequia, sirve también para paso.

GALLOFA. n. Añalejo.
GALLÓN. n. Césped arrancado de los prados para hacer paredes.
GANA, tenerla o darla. Querer o no querer.
GAÑA. n. Extremos de herradura, reja o azada.
GARGOL. V. Batueco.
GARNACHA. n. Uva y vino de cierta especie.
GARRAMPA. n. Calambre.
GARRASPA. n. Escobajo.
GARRÓN. n. Calcañar.
GARROSO. adj. Patituerto.
GARVA. n. agr. Gavilla de mies.
GARUFO. adj. Garifo.
GAVIÑO. n. Pretil.
GAY o GAYO. n. Cierta ave.
GENERAL. n. ant. Rentas generales.
GENERALILIDADES. n. ant. Contribuciones.
GETA. n. Grifo - boca y aun mejillas. - Hinchar a uno la geta - darle de mogicones. GETAZO. n. Bofetón.
GIGUENTENA. n. Multa o pena por abuso de las aguas de riego.
GIMENZAR. v. a. Sacudir a golpes la simiente de lino, cáñamo.
Ginjol. n. Ginja, azofaifa.
GORITO. adj. Ruin.
GRAMEN. n. Grama.
GRATAR. v. a. Rascar poquito a poco.
GRIPIA. n. Mujer díscola y pendenciera.
GRITAR. v. a. Reprender reconvenir.
GRUENZA, n. Tolva.
GUARDA o GUARDIA. V. Dula o adula.
GUANTĄZO. V. Getazo.
GUAJO. n. Pie de trigo, cebada con más de una espiga.
GUAJAR. v. n. Echar muchas espigas.
GUARÁN. N. Garañón.
GÜELLAS. n. Ovejas.
GUIJA. n. Amorta (almorta), especie de legumbre.
GUIJONES. n. Especie de guisante.
GUIÑOTE. n. Brisca real, tute, juego de naipes.
GUINGORRIA. (a la) mod. adv. Se dice de un traje mal puesto, extravagante.
Guito. adj. Mulo o asno coceador.
GUSANERA. n. Herida hecha con palo o piedra en la cabeza.


H


HILARZA. n. Hilaza.

HILADILLO. n. Cinta de algodón.

HILERA. n. Hueca del uso.

Hilete. n. Hilo delgado.

HORCA PAJERA. n. Aviento.

Hoya. n. Terreno llano y dilatado rodeado de montes.

Huega. V. Buega.

HUEBRA. n. Barbecho.

HURTA-DINEROS. n. Alcancía, hucha.


I


INDIGNARSE LA LLAGA. Enconarse la.
INGENIO. n. Fábrica donde se elabora la cera.
INTIMA. n. El acto de apenar.
INVENTARIO. n. Uno de los cuatro procesos forales de Aragón.
IRASCO. n. Macho cabrío.

J

JARRO. n. Medida de vino. - el cacharro.
Jasco. adj. Desabrido, áspero al paladar.
JAUTO. adj. Soso.
Jota. n. Baile (bayle) de Aragón. - Sonata de la provincia. - Canto.
JORDIGA. n. Ortiga.
JUBO. n. Yugo.
JUBADA. n. Yugada.
JUÑIDERA. n. Coyunda.
JUÑIR. v. a. Uncir.
JUSTILLO. n. Ajustador de las mujeres. - En francés y en Castilla corsé.


L

LABOR. n. Simiente de seda que se aviva.
LAMÍN. n. Golosina.
LAMINERO. adj. Goloso.
Lapo. n. Bofetón no fuerte y dado por venganza y con desprecio.
LASTÓN. n. Yerba seca.
LATONERO o LITONERO. n. Almez, árbol.
Ley. n. Cariño, afecto. - Tener poca o mucha ley. - Querer poco o mucho. - No tener ley al pan que se come. - ser un descastado.
Libón. a. Fuente donde borbolla el agua de abajo arriba. - Depósito de agua para una fuente.
LIBRA. n. Peso en los molinos de aceite. - veinte sueldos moneda; libra jaquesa. LIESTRA. n. Planta silvestre parecida al mimbre.
LIGALLO o LIGAJO. n. Junta de ganaderos que determina el paso de los ganados, y en lo antiguo dirimía las controversias que de esto se producían.
Lillas. n. Aguinaldos.
LISIADO. adj. ant. Aficionado.
LITÓN. n. El fruto del almez, almez.
LIZA. n. Bramante.
LOMILLO. n. Solomillo.
LONJA. Edificio público para depositar artículos de comercio.
Loseta. n. Trampa hecha de un ladrillo o losa pequeña para coger ratones y pájaros. LUCIAR. v. a. Apuntar la reja o arado.
LUCERO. n. Libro Becerro.

LUMINERO. n. Mayordomo de cofradías.

LUMEN-DOMUS. V. Lucero.

LUNA. n. Patio.

LUQUETE. n. Pajuela.

Lorza. n. Alforza, pliegue que se hace en los vestidos para alargarlos, si acomoda. LLEGA, (hacer la) n. Recoger limosna, o lo que la caridad da aún a los que no son pobres, como los frailes.
LLEGAR. V. Llega.


M


Macelo. n. Rastro.
MADRAZA. n. Madrona.
MAIGAR. V. Entrecavar.
MALBUSCA. n. Mujer inquieta, sagaz y muy astuta.
MALMETER. v. a. Echar a perder.
MANCHA. n. Fuelle.
MANCHAR. v. a. Mover los fuelles.
MANCHADOR. n. El que los mueve.
MANIFACERO. adj. Entrometido en lo que no le importa.
MANIFESTACIÓN. n. for. Uno de los cuatro procesos forales.
MANTORNAR. v. a. agr. Binar.
MANZANA DE DAMA. n. Azarolla.
MARDANO. n. Morueco, carnero que se deja para padre.
MÁRFEGA. n. jergón.
MÁRRAGA. n. Tela basta de estopa y pelo de cabra.
MARTÍN-PASEO. V. Fritada. (pisto; chirigol)
MAS. n. Casa de campo en secano.
MASADA. V. masía.

MASAR. v. a. Amasar.

MASÍA. v. a. agr. Cortijo.

MASOBERO. El que vive en cortijo.

MASCARA. n. Tizne.

MASCARAR. V. Tiznar.

MATA DE PELO. n. Crencha.

MATACABRA. n. Granizo muy menudo y frío que cae en invierno.

MAYENCO. n. Deshielo de nieve en primavera.

MAZA. n. Pértiga.

MAZERO (macero). n. Pertiguero, oficio de las iglesias.

MEJANA. n. Isla de río.
MELSA o MIELSA. n. Bazo.

MELÓN DE AGUA. Sandía.

melón de carne o de tierra. Melón.

MEMORIA, (caer o dormir de) boca arriba, panza arriba, posición supina.
MENUCELES, MINUCIAS. Los perceptores de décimas entienden todos los frutos, menos los granos, vino y aceite, que llaman mayores.
MENUDILLO. n. Moyuelo, salvado menudo.
MESTURA o MISTURA. n. Trigo mezclado con centeno.
MERMAR. v. n. Disminuirse el agua, la cera, y cualquier líquido por la acción del fuego. Mida. n. Medida, sincopada de medida.
Milocha, o MILORCHA. n. Cometa.
MITADENCO. n. V. Mestura.
MOLADA. n. Cantidad de aceituna que se deshace de una vez.
MOLTURA. n. Maquila.
Molla, musgo, mohó. n. Tierra sustanciosa.

Momo, momero. n. Fisgón.

MOÑACO. n. Muñeco.

MORCACHO. V. Mestura.

MORCAS. n. La hez del aceite.

MORGUERA. n. Tomillo.

MORGÓN DE VID. n. Mugrón.

MORGONAR. v. a. Tender los sarmientos para que arraiguen.
MORTIJUELO. n. Párvulo, niño muerto dispuesto para enterrarle.
MORÚGULA o MÚRGULA. n. Criadilla de tierra.
Mosen. Título o tratamiento. Equivale a Don: y se da a los clérigos. Antiguamente se daba

a los nobles.

MOTACÉN. V. Almotacén.

MUTAFA. V. Almotacén.

MOTILAR. v. a. Cortar el pelo.

Mueso. n. Bocado.

MUIR. v. a. Ordeñar. (muñir)


N


NANTARSE. v. r. p. u. Apresurarse.
NATILLA. n. Natillas.
NAVESAR. V. Esnavesar.
NAYA. n. Galería dentro de sala, iglesia, etc.
NIETRO. n. Medida de 16 cántaros de vino.
Niquitoso. adj. Dengue, hombre que se emplea en menudencias y reparos despreciables. No-cosa. mod. adv. p. u. Nada.


O

OLEAZA. n. El agua sucia que sobra después de sacado el aceite de la pila.
OLIVA. n. Aceituna.
OLIVERA. n. Olivo árbol.
ONCEJO. n. Vencejo.
ORDINACIÓN. n. Ordenanza.
ORDIO. n. Cebada.
OTRI-OTRIE. adj. p. u. Otro. - Ocupa hacienda, ropa ajena.


P


PACENTAR o PAGENTAR. v. a. Apacentar.
PAJUZ, PAJUZO. n. Paja desecha en los pesebres y eras.

Panes. n. El trigo en yerba.

PANIZO, n. Maíz.

PANIQUESA. n. Comadreja.

PANOLLA. n. Mazorca.

PAREJO. adj. Poco limpio en guisar y gobernar la comida.

PASAMÁN. n. Pasamanos.

Paviso. n. Pavía. - adj. - Tonto, lerdo.

PAÚL. n. Pradería común.

PECINA. n. Riña.

PECULLO. n. ant. Peculio.

PEDRADA. n. Apedreada.

PEDREÑA. n. Pedernal.

PELELE. n. Pobre en potencias y fortuna.

PELLA DE COL. n. El cogollo de la col.

PENAR. v. n. Pesar, arrepentirse.

PENAMÉ. Pésame.

PENEQUE. n. Borracho. Ponerse peneque, embriagarse.

PEONÍA. n. Peonada, jornal.

PERCAZAR. V. Apercazar.

PERDIQUERO. n. Perdigón.

PERERA. n. Peral.

PETENAR. v. a. Retozar.

Pezolaga, n. Hombre o mujer tronera, de poco asiento y malas mañas.
PICAR. v. a. en el almirez. - Machacar.
Pichón. n. Palomino, el polluelo de paloma casera.
Picor. n. Picazón, escozor.
Pie. n. Medida de aceituna.
PIGRE. n. Negligente, el peor de la escuela.
PILLA. n. Pillaje.
Pilma. n. Vizma. - Deuda o trampa.
PINOCHA. V. Panolla.
PIÑORAR o PEÑORAR. ant. Sacar prendas.
PINCHE. n. Ayudante, marmitón de cocina.
PIQUERO. n. Albañil, alarife.
PIGÜESA. n. Viruelas.
Picota. V. Pigüesa. (pigota)
Pizco. n. Pellizco.
PLACER (A). mod. adv. Despacio, poco a poco.
Planzón. n. Estaca de olivo vivo; y de cualquier árbol.
PLEGAR. V. Llegar.
PLEGADOR. n. El que recoge la limosna.
Pocear. v. a. Sacar agua de un pozo con pozales.
PORCHE. n. Poste, soportal.
PORGADERO. n. Arnero.

PORGAR. v. a. Aechar.
PORGUESAS. n. Aechaduras.
(Pocha. n. Faldriquera.)
Pocho. adj. Pálido, descolorido.
Pollos. V. Caballón.
POLPA. n. Pulpa.
Poso. n. La parte gruesa de líquidos que se queda o baja al fondo de la vasija.
POZAL. n. Cubo de pozo.
POZALEAR. v. a. Revolver la agua de un pozo con los cubos y cuerda subiendo y bajando.
PRECIOS. n. Estimación de daño causado en campo.
PREDICADERA. n. Púlpito.
PRESA. Puchero de enfermo.
PRESTAR EL PAÑO. v. a. Dar de sí extendiéndose.
PRIETO. adj. Mezquino, mísero, tacaño.
PROCURA. n. Procuradoría.
PROBAR. v. a. Catar.
PUDIR. v. n. Heder.
PUDOR. n. Hedor, hedentina.
PUNCHAR o PINCHAR. v. a. Punzar.
PUNCHÓN, PINCHÓN. n. Punzón.
PUNCHAZO. n. Punzada.
PURNA. n. Chispa.
Puya. n. Poya.


Q


QUADERNA. n. La cuarta parte de alguna cosa. - Moneda de dos cuartos. - El prest de los presos.
QUERA. n. Carcoma.
QUERAR. v. a. Carcomer.
QUEBRAZAS, de aquí AQUEBRAZARSE. n. Herpes en pies y manos.
QUIÑÓN. n. Almenara; turno para regar algún término o huerta.


R


RABADA n. Rabadilla.
RACIMAR. v. a. Recoger los racimos después de vendimiada una viña.
RACIMO, n. Hijuela, parte de uva.
RAEDOR. n. Rasero.
Rafe. n. Alero de tejado.
RAN DE TIERRA (cortar al) Cortar la raíz. (cortar por la parte más baja, la raíz queda aún más abajo)
RAMPA. n. Calambre.
RAMPALLOS. n. Pimpollos.
Ras. (Paño de tapiz).
RASAS. n. Porción elevada de tierra de regadío.
Raso, adj. Lleno, colmado, lengua rasa, (hombre o mujer de) desbocado, desvergonzado. Raspa. n. Escobajo.
RASTRA. n. Rispa (ristra), Sarta.
REAL o REAL DE PLATA. Diez y seis cuartos.
REBÉS (revés). n. Sornavirón, bofetón dado vuelta la mano.
REBECAR. v. Pandear, inclinarse un árbol o sus ramas por el peso del fruto.
REBUSCAR. v. a. V. Racimar.
REBLAR. v. n. arredrar. - Hincar en la madera la punta de un clavo cuando sale otro.

REBOTIGA. n. Trastienda.

REBUÑOSO. ad. Tomado de orín.

RECADO. (buen) mod. adv. Mucho.

RECANTILLO. n. Barda de tapia.

RECARDERO. n. Revendedor.

RECIBIDOR. n. Recibimiento. - Cierto oficio honorífico de alguna encomienda.

Rechichivado. adj. Guisado demasiado cocido o pasado de fuego.

REGACHO, REGACHADO. n. Canal que abre agua derrumbada de los montes. (regall; regallo)

REPARAR. v. Operación del pan.

Reposte. n. Despensa.

REPOSTEAR. v. n. Mirar, registrar con curiosidad reprensible lo que no importa.

REPROPIAR. v. a. Resistir el freno las caballerías. - Repetir con impertinencia y poca atención una misma respuesta, unas mismas palabras.

RESTIL. n. Resistero del sol.

RETASTINARSE. (el guisado) v. Asurarse.

REVISALSEAR. V. Repostear.

REVISALSERO. adj. Curioso, bachillero.

REVOLTINA. n Motín, conmoción (comocion) popular.

REZAGO. n. Ganado endeble, que se separa del rebaño para mejorarle en otro pasto. (rezagado, de zaga: detrás, atrás; zaguera, zaguero)

RIADA. n. Avenida de río.

RIOSTRA. n. Aldava. (aldaba ?)
REBELLONES. n. Especie de hongos. (robellones, rovellones, níscalo, lactarius)

ROLDE. n. Círculo.

ROÑAR. v. a. Regañar, roñón. adj. Regañón.

Roncha. n. Lonja (loncha) de tocino, carne, salchicha, etc.

Rónego. adj. Descarnado.

Royo. adj. Rojo.
Robel. V. Labacio.

Roscadero. n. Cuévano.

ROSADA. n. Escarcha.

Roya. n. Cierta yerba. - Cierta enfermedad del trigo.

Ruejo o rollo de molino. n. Rodillo. (roll)

Rufo. V. Garufo.
Rusio rusiente. adj. Candente.

RUJAR. v. a. Rociar.

RUJADA. n. Rociada.


S


SABANILLA. n. Pañuelo.
SACAFUEGOS. n. Eslabón.
SACA. (derecho de) V. Abolorio.
SANSA. n. Orujo de oliva.
SAQUERA. n. Aguja de coser sacos.
SARGANTANA. n. Lagartija.
SARRAMPIÓN. n. Sarampión.
SARRIO. n. Especie de cabra montés.
Saso. n. Tierra ligera y opuesta a la vega.
SEÑAR. v. a. Hacer señas.
SIRGA. n. Maroma.
SIRRIO. n. Sirle, Sirria.
SITIADA. n. Junta de gobierno de una casa de beneficencia.
SOBA. n. Cueva o boquerón profundo horizontalmente.
SOBATER. v. n. Agitar líquidos, sacudirles.
SOMARRARSE o SUMARRARSE. v. a. Pegarse un guisado.

SOPAPO. V. Revés.

SOTOBAR o sostobar. v. a. Mullir.

SUELDO, SUELDO JAQUÉS. Ocho cuartos.

SUPLICACIONES. n. Barquillos.


T


TABLERO. v. n. Mostrador.

Taca. n. Mancha.

TAFARRA. n. Atarre.

TAJADERA. n. Tabla para detener el agua.

TALA. n. Tara.

TALEGAZO. n Caída de resbalón. - Costalada.

TANERÍAS. n. Tenerías.

Tano. n. Nudo en la madera.

TÁPARA. n. Alcaparra.

TARDANO. adj. Tardío.

Tarde. adv. Las primeras horas de la noche.

TARQUÍN. n. Cieno.

TARRANCO, o TARRANCHO. V. Garrancho.

TARRANCAZO. V. Garrancho.

TASTAR. v. a. Probar, gustar.

TERCIAR. v. Dar la tercera reja a la tierra.

TERNICES. n. Gusanillos que se ven en la carne que empieza a podrirse.

TERNASCO. n. Recental.

TERUELO. n. Bolita de lotería, o semejante.

TINGLADO. n. Tablado en alto, poco seguro.

TIRETA. n. Tira de piel sobada.

TITADA. n. Monería.

Tobo. adj. Hueco, mullido.

Tocho. n. Cachiporra.

TONGADA. n. Capa de tierra, paja alternada con fruta.

Toña. n. Pan grande.

TORMO. n. Terrón.

TORRE. n. Quinta, Carmen, casa de recreo.

Toza. n. Chueca.
TOZAL. n. Monte, collado.
TOZUDO. adj. Obstinado, testarudo.
TOZOLADA. n. Tozolón.
Trallo, n. Cuartón.
TRANZA. n. Trance.
Trapal. n. Paño para recoger la aceituna, tendido debajo del árbol. - Agujero grande en ropas.
TRASCA. n. Pellejo grande de buey.
TRASCÓN. n. Pezcuño.
TRASMUDAR. v. a. Trasegar.
TREMEDAL. n. Páramo, montes despoblados. (Como los de Orihuela, en Teruel)
TREMONCILLO. n. Tornillo.
TRENA. n. Trenza.
TRENCHA n. Pretina.
TRENZADERA. n. Cinta de hilo.
TRIBUTACIÓN. n. ant. Reconocimiento de los límites concedidos a la mesta. - El contrato constitutivo del treudo.
TRINGOLA. n. Campanilla de cabestro.
TRIPLICA. n. Petición respondiendo a la segunda contradicción.
TROMPICHÓN. n. Perinola.
(Esta palabra no está en la versión que tengo delante. TRIUNFA. n. Patata.)
TRUJAL. n. Lagar.
TRUJALETA. n. Vasija o tarro para recibir el vino del lagar o de las cubas.
TRUCAR a la puerta. v. a. Golpear a la.
TÚBERAS o TÚFERAS. n. Especie de criadillas de tierra.
TUMBILLA. n. Calentador.
TRASCOLAR. v. a. Trasegar.

U
Uva (uba en el original). n. El racimo de la uva (uba).

V

VALONES. n. Calzones.
VELLUTERO. n. Oficial que trabaja en seda.
Vendema. n. Vendimia.
VERDUZCO, VERDUSCO, o VERDIASCO. n. Látigo hecho de rama de un árbol. VERGUER o VERGUERO. Alguacil de vara. - V. Mazero (macero).

VETA. n. Cinta de algodón. - Hebra de hilo.

Vicioso. adj. Mimado.

Vicios. (dar) v. a. Mimar.

VIOLA. n. Violeta.

VIRAGA. n. Especie de zizaña. (cizaña)

VISTRAER. v. n. Desembolsar. ant. Sonsacar. V. Bistreta.

VIZALERO. V. Dulero.

VOLADA DE AIRE. n. Ráfaga.

VUELTAS. n. Techo.

VULTURINO. n. Nasa de hilos para pescar.

X


Xada: ni. Azada

XAMBOLIER. n. Camarero. (chambre : cámara : cámara)
XAMBRAR v. a. Enjambrar.
XAPURCAR o CHAPURCAR. v. a. Revolver el agua u otro líquido.

XAQUE. n. Cualquiera de los dos lados de las alforjas. (en esta edición no aparece:
- Estar hecho un xaque. - Estar ebrio
)
XARAPOTEAR. n. Xaropear.
XEPE. n. Azumbre.
XETAR. v. a. Desatar algo en cosa líquida. - Frotar una cosa con otra, v. gr. un ajo.
Xeto. n. Colmena vacía, untada con miel.
XIMENZAR. v. a. Quitar a golpes la simiente del cáñamo, lino, etc.
XINGLAR. v. a. Chinglar, gritar con regocijo.
Xisca. n. Especie de caña basta en lugares húmedos.
XIJALLO o SISALLO. n. Arbusto para el ganado.


Z

ZABACEQUIAS. El que cuida de los turnos del riego y de multar a los que abusan de las aguas, o cierran mal las atajaderas.
ZABORRA. n. Piedra pequeña y sin labar. (lavar; zahorra)
ZABORRERO o ZABURRERO. adj. Albañil que trabaja con zaborras. - Poco esmerado en su oficio cualquiera que sea.
ZAL-MEDINA (zalmedina) o SALMEDINA. n. Antiguamente era el alcaide, ahora el preso que hace de caporal en una estancia de la cárcel. Suele ser el más antiguo y el más esforzado y valentón. Está encargado del orden interior. No obstante que su causa sea grave, como no esté en incomunicación.
ZALEAR. v. a. Ajar la fruta, carne, etc. manoseándola.
ZANCOCHAR. v. a. Guisar con poca limpieza, revolver, desgobernar.

ZANCOCHO. n. Derivado de zancochar V. Empandullo.

ZAPOTAZO. V. Talegazo.

ZARANGA. V. Fritada.

ZERIGALLO. n. Pingajo. - Joven que se lleva y sigue impertinentemente a donde y con quien no debe.

ZOCA. V. Choca.

ZORRA DE CARNE. n. Piltrafa.

Zoque. n. Tarugo o pedazo grande del tronco de un árbol para cortar las carnes.

Zote. adj. Ignorante, lerdo.

ZUCRERÍA. n. Confitería.

ZURO. n. Corcho.

ZURRACO. n. Bolsón muy escondido de dinero.

FIN

Nota. Por un descuido involuntario dejó de ponerse en la página 4.a del prólogo la nota de que: las observaciones pertenecientes a la lengua griega se deben a un Helenista aragonés, que las suministró habiéndole consultado el diccionario.
(Supongo que era Braulio Foz, helenista, le gustaban las mujeres con nombre Helena, y otras con diferentes nombres y apellidos, como Nogués, aragonés de Fórnoles, ver la dedicatoria:
A DON BRAULIO FOZ:

PROFESOR DE LENGUA GRIEGA EN LA UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA.)

(Ejemplar de la Biblioteca de Montserrat, F, Varia Octavo 96 número 1. En la biblioteca de Monserrate Ferreró de Fórnols igual también está)



aragonensi lingua

jueves, 28 de enero de 2021

JORNADA DÉSSIMA. NOVELA CUARTA.

JORNADA DÉSSIMA. NOVELA CUARTA.

Micer Gentile dels Carisendi, arribán de Módena, trau de la sepultura a una dama volguda per nell, donada per morta y enterrada, la que, confortada, parix un fill mascle, y micer Gentile an ella y a son fill los restituix a Niccoluccio Caccianernici, lo seu home.

Maravillosa cosa los va pareixe a tots que algú fore generós hasta en la seua propia sang: y van afirmá que verdaderamen Natán habíe sobrepassat la generosidat del rey de España y la del abat de Cluny. Después, lo rey, mirán a Laureta, li va amostrá que volíe que narrare ella, aixina que Laureta va escomensá:
Joves siñores, magnífiques y majes han sigut les histories contades, y me pareix que no mos quede mol pera di a natros (tan ocupat está tot per la excelensia de les magnifissensies contades) si no se parle de assuntos de amor, que a tota classe de narrassió oferixen abundantíssima copia. Y per naixó tos contaré un gesto de magnifissensia fet per un enamorat, que, si be u consideráu, no tos pareixerá menos que los mostrats, si es verdat alló de que los tessoros se donen, les enemistats se olviden y se fique la propia vida, lo honor y la fama, que es mol mes, en mil perills per a pugué posseí la cosa amada.

Micer Gentile dels Carisendi, arribán de Módena, trau de la sepultura a una dama volguda per nell, donada per morta y enterrada, la que, confortada, parix un fill mascle, y micer Gentile an ella y a son fill los restituix a Niccoluccio Caccianernici, lo seu home.

Va ñabé a Bolonia, nobilíssima siudat de la Lombardía, un caballé mol digne de considerassió per la seua virtut y noblesa de sang, que se díe micer Gentile dels Carisendi. Este, de una noble Siñora de nom doña Catalina, dona de un tal Niccoluccio Caccianernici, se va enamorá; y com no ere correspongut per l´amor de la Siñora, desesperat y sen cridat per la siudat de Módena, allí que sen va aná. En este tems, no están Niccoluccio a Bolonia, y habénsen la seua dona anat a una possessió seua a unes tres milles de la siudat perque estabe embarassada o preñada o grávida, va passá que li va sobrevindre un patatús, de tanta forsa que va apagá en ella tota siñal de vida, y per naixó un meche la va doná per morta; y com los seus paréns mes arrimats díen que sabíen per nella que no fée prou tems que estabe preñada pera que la criatura puguere está formada, tal com estabe, a una sepultura de una iglesia veína, después de mols plos, la van enterrá.
Aixó, inmediatamen, per un amic seu li va sé fet sabé a micer Gentile, que se va doldre mol, diénse an ell mateix: «doña Catalina, ara que estás morta, com yo, mentres vas viure, may vach pugué obtindre de tú ni una mirada, com no podrás prohibímu, morta com estás, te arrencaré algún beset.» Y dit aixó, sén ya de nit, organisán les coses pera que la seua anada fore secreta, montán a caball en un criat seu, sense parás un momén, van arribá aon estabe sepultada la dama; y obrín la sepultura, an ella en cuidadet y cautela va entrá, y gitánse a la seua vora, la seua cara va arrimá a la de la Siñora y moltes vegades, derramán moltes llágrimes, la va besá. Pero aixina com veém que la ganeta dels homens no té may cap límit, sino que sempre vol mes, y espessialmén la dels amáns, habén este dessidit no quedás allí, se va di: «¡Bah!, ¿per qué no li toco, ya que estic aquí, una mica les mamelles? No podré tocála mes y may la hay tocat.»

Vensut, pos, per estes ganes, li va ficá la ma al pitral y tenínla allí durán un rato, li va pareixe notá que an alguna part li bategáe lo cor; y, después de desfés de la temó, buscán en mes atensió, va vore que no estabe morta, encara que lo pols fore mol débil; per lo que, lo mes cuidadosamen que van pugué, ell y lo seu criat la van traure del monumén, la van colocá al caball, y secretamen la van portá a Bolonia. Estabe allí sa mare de Gentile, valerosa y discreta Siñora, que después de escoltáu tot de boca de son fill, moguda per la compassió, amagatontes, en foguerades y en algúns bañs caléns, an aquella li va torná la desmayada vida.
Al torná en sí, va suspirá la Siñora y va di:

- ¡Ay!, ¿aón estic?

A lo que la valerosa Siñora va contestá:

- Tranquilísat, estás a bon puesto.

Ella, una mica recuperada, mirán al voltán, sense sabé aón estabe y veén dabán della a micer Gentile, mol extrañada li va preguntá a la mare de este de quína manera habíe ella arribat allí, y micer Gentile en orden lay va contá tot. De lo que dolénse ella, después de un rato li va doná les grassies y después li va demaná, per l´amor que li habíe tingut y per cortessía, que respetare lo seu honor y lo del seu home, y al arribá lo día, que la dixare torná a casa seua; a lo que micer Gentile va contestá:

- Siñora, consevol que lo meu dessich haigue sigut en tems passats, no vull al presén ni may daquí abán (ya que Deu me ha consedit esta grassia que de la mort a la vida tos ha tornat a mí, sén lo motiu l´amor que tos hay tingut) tratátos ni aquí ni a datra part mes que com a una "cara" germana. Pero lo benefissi que tos hay fet esta nit mereix algún galardó; y per naixó vull que no me neguéu una grassia que tos demanaré.

A lo que la Siñora benignamen va contestá que estabe disposada an alló si se podíe y ere honesto. Micer Gentile va di entonses:

- Siñora, tots los vostres paréns y hasta tots los boloñesos creuen y tenen per sert que estáu morta, per lo que no ña dingú que tos espero a casa; y per naixó vull demanátos com a grassia que vullgáu quedátos aquí de amagatóns en ma mare hasta que yo torna de Módena, que sirá pronte. Y la raó per la que tos u demano es perque vull, en presensia de los millós siudadáns de esta siudat, fé de vos un pressiós y solemne don al vostre home.

La dama, sabén que estabe obligada al caballé y que la petissió ere honesta, encara que volíe alegráls en la seua vida la dels seus paréns, se va disposá a fé alló que micer Gentile demanabe, y aixina lay va prometre y li va doná la seua paraula. Y apenes habíe acabat de parlá cuan va trencá aigües y va notá que lo tems de parí habíe arribat; per lo que, ajudada per sa mare de micer Gentile, al poc rato va parí un hermós mascle, lo que va redoblá la alegría de micer Gentile y la seua. Micer Gentile va maná que se prepararen les coses nessessaries y que ella fore atenguda com si fore la seua dona, y sen va entorná cap a Módena secretamen. Acabat allí lo tems del seu ofissi y tenín que torná a Bolonia, va fé que, lo matí que teníe que entrá a Bolonia, se preparare un gran convit a casa seua pera mols nobles de Bolonia, entre los que estabe Niccoluccio Caccianernici; y habén tornat y ficat lo peu an terra y trobánse en ells, habén tamé trobat a la Siñora mes hermosa y mes llustrosa que may y que lo seu fill estabe be, en alegría incomparable als seus convidats va assentá a la taula y los va fé serví magníficamen mols manjars. Y están ya casi acabán de minjá, habénli dit ell abáns a la Siñora lo que intentabe fé y habén arreglat en ella la manera en la que se faríe, va escomensá a parlá aixina:

- Mons siñós, men enrecordo de habé escoltat alguna vegada que a Persia ña una costum, honrada segóns lo meu juissi, que es que cuan algú vol honrá mol al seu amic lo invite a casa seua y allí li amostre la cosa mes pressiada que té, sigue la seua dona, la seua amiga, o la seua filla, ¡afirmán que, si puguere, tal com li mostre alló, en mol mes agrado li mostraríe lo seu cor!; esta costum vull seguí yo a Bolonia. Vatros, per vostra mersé, hau honrat lo meu convit acudín, y yo vull honrátos a la manera persa, amostrántos la cosa mes apressiada que ting al món y que sempre tindré. Pero abáns de féu, tos rogo que me digáu lo que opinéu de una duda que tos vach a plantejá. Ña una persona que té a casa a un bo y fiel criat que se fique mol dolén; este, sense esperá a vore lo final del criat dolén lo fa portá al mich del carré y no se preocupe mes dell; ve un extrañ y, mogut per la compassió, sel emporte a casa seua y en gran solissitut y en gastos lo torne a la seua salut; voldría yo sabé ara si, guardánlo per an ell y ficánlo al seu servissi, lo seu siñó podríe doldres o queixás del segón si, al demanálay, no vullguere tornálay.

Los gentilhomens, después de uns cuans raonaméns entre ells y concurrín tots en la mateixa opinió, li van encarregá la resposta a Niccoluccio Caccianernici, que ere un oradó mol bo y templat. Este, alabán la costum persa, va di que ell y los demés estaben de acord en esta opinió: que lo primé siñó ya no teníe cap dret sobre lo seu criat, ya que lo habíe abandonat y apartat dell, y que per los benefissis ressibits del segón de justissia pareixíe habé passat a sé lo seu criat; per lo que, guardánsel, cap mal, forsa o injuria li fée al primé. Los demés homens que estaben a la taula, que tots eren homens valerosos, van afirmá que sosteníen lo que habíe contestat Niccoluccio.
Lo caballé, contén en tal resposta y que Niccoluccio la haguere donat, va di que ell tamé ere de aquella opinió, y después va di:

- Ya es hora de que segóns la meua promesa tos honra.

Y cridán a dos dels seus criats, los va enviá a buscá a la Siñora, a la que habíe fet vestí y adorná egregiamen, y ella va acudí a alegrá als homens nobles en la seua presensia, portán als brassos al seu hermossíssim fillet, acompañada dels criats. Se va assentá a la vora de un dels gentilhomens, y ell va di: - Siñós, esta es la cosa mes pressiada que ting y que vull tindre mes que cap atra; veigáu si tos pareix que ting raó.

Los atres nobles, honránla, loánla, y sobre tot miránla mol, mols hagueren dit quí ere si no la tingueren per morta; sobre tot la mirabe Niccoluccio, que volíe sabé quí ere ella, y sense pugués aguantá li va preguntá an ella si ere boloñesa o forastera. La Siñora, sentín que lo seu home li preguntabe, en molta faena se va aguantá de contestáli, pero pera seguí la orden que li habíen donat, va callá. Algún atre li va preguntá si ere seu aquell chiquet, y algún atre si ere la dona de micer Gentile o parenta; tampoc va doná cap resposta. Tornán micer Gentile, li va di un dels seus invitats:

- Siñó, hermosa cosa es esta vostra, pero pareix muda; ¿u es?
- Siñós - va di micer Gentile -, lo no habé parlat ella es bona proba de la seua virtut.
- Diguéumos, pos, vos – va seguí lo mateix - quí es.

Va di lo caballé:

- U faré de bon grado si me prometéu que per res que diga dingú se mourá del seu puesto hasta que acaba la meua historia.

Habénu prometut tots, y habén ya desparat les taules, micer Gentile, assentánse a la vora de la Siñora, va di:

- Siñós, esta Siñora es aquell criat leal y fiel del que tos hay fet antes una pregunta; ella, poc estimada per los seus, com ya no ere útil la van aventá al mich del carré, y va sé arreplegada per mí y en la meua solissitut y obres va sé arrencada de les mans de la mort; y Deu, mirán lo meu pur afecte, la ha feta passá de cos espantable a hermosa com la veéu. Pero pera que entengáu be cóm me ha passat aixó, tos u aclariré.

Y escomensán desde lo seu enamoramén della, los va contá tot lo que habíe passat hasta allavonses, en gran maravella de los oyéns, y después va afegí:

- Per naixó, si no hau cambiat la opinió que teníeu fa un rato, y espessialmen Niccoluccio, esta dona mereixcudamen es meua, y dingú me la pot reclamá en títul just.
An aixó dingú va contestá, esperaben tots lo que diríe después. Niccoluccio y los demés que allí estaben, y la Siñora ploraben de compassió; pero micer Gentile, ficánse de peu y prenén als brassos al chiquet y a la Siñora de la ma y anán cap a Niccoluccio, li va di:
- Compare, no te torno a la teua dona, a la que los seus paréns y los teus van aviá al carré, sino que te dono an esta Siñora, la meua comare, en este fillet seu, que va sé engendrat per tú y al que vach aguantá al batech y li vach ficá de nom Gentile: te rogo que perque haigue estat a casa meua prop de tres mesos no te sigue menos volguda; te juro per lo Deu que potsé va fé enamorám della pera que lo meu amor fore, com ha sigut, la ocasió de la seua salvassió, que may ni en son pare ni en sa mare ni en tú mes honestamen ha viscut de lo que u ha fet están en ma mare a casa meua.
Y dit aixó, se va girá cap a la Siñora y li va di:

- Siñora, ara ya de totes les promeses que me hau fet tos libero y libre tos dixo en Niccoluccio. Y habénli tornat a la dona y al chiquet a Niccoluccio, va torná a assentás. Niccoluccio va ressibí a la seua dona y a son fill, mol mes dichós perque lluñ estabe de esperáls; y lo milló que va pugué y va sabé li va doná les grassies al caballé; y los demés, que tots ploraben de compassió, lo van alabá mol per naixó, y tamé lo van alabá tots los que u van sentí. La Siñora, en maravillosa festa va sé ressibida a casa seua y com a ressussitada va sé mol tems mirada en admirassió per los boloñesos; y micer Gentile sempre va sé amic de Niccoluccio y de tots los seus paréns.
¿Qué diréu, pos, benignes siñores? ¿Creéu que lo habé donat un rey lo seu cetro y la seua corona, y un abat sense que res li costare habé reconsiliat a un bandido en lo Papa, y un agüelo arrimá lo garganchó a la espasa del enemic, són dignes de igualá la acsió de micer Gentile?
Este radé, jove y fogós, pareixénli que teníe dret an alló que uns atres habíen aventat y ell per la seua bona fortuna habíe arreplegat, no sol va acorá honestamen lo seu foc, sino que liberalmen lo que solíe en tot lo seu pensamén tratá de robá, tenínu, u va restituí.
Per sert que cap de les abáns contades me pareix que se assemello an esta.

JORNADA DÉSSIMA. NOVELA CUARTA.

JORNADA DÉSSIMA. NOVELA CUARTA.

Micer Gentile dels Carisendi, arribán de Módena, trau de la sepultura a una dama volguda per nell, donada per morta y enterrada, la que, confortada, parix un fill mascle, y micer Gentile an ella y a son fill los restituix a Niccoluccio Caccianernici, lo seu home.

Maravillosa cosa los va pareixe a tots que algú fore generós hasta en la seua propia sang: y van afirmá que verdaderamen Natán habíe sobrepassat la generosidat del rey de España y la del abat de Cluny. Después, lo rey, mirán a Laureta, li va amostrá que volíe que narrare ella, aixina que Laureta va escomensá:
Joves siñores, magnífiques y majes han sigut les histories contades, y me pareix que no mos quede mol pera di a natros (tan ocupat está tot per la excelensia de les magnifissensies contades) si no se parle de assuntos de amor, que a tota classe de narrassió oferixen abundantíssima copia. Y per naixó tos contaré un gesto de magnifissensia fet per un enamorat, que, si be u consideráu, no tos pareixerá menos que los mostrats, si es verdat alló de que los tessoros se donen, les enemistats se olviden y se fique la propia vida, lo honor y la fama, que es mol mes, en mil perills per a pugué posseí la cosa amada.

Micer Gentile dels Carisendi, arribán de Módena, trau de la sepultura a una dama volguda per nell, donada per morta y enterrada, la que, confortada, parix un fill mascle, y micer Gentile an ella y a son fill los restituix a Niccoluccio Caccianernici, lo seu home.

Va ñabé a Bolonia, nobilíssima siudat de la Lombardía, un caballé mol digne de considerassió per la seua virtut y noblesa de sang, que se díe micer Gentile dels Carisendi. Este, de una noble Siñora de nom doña Catalina, dona de un tal Niccoluccio Caccianernici, se va enamorá; y com no ere correspongut per l´amor de la Siñora, desesperat y sen cridat per la siudat de Módena, allí que sen va aná. En este tems, no están Niccoluccio a Bolonia, y habénsen la seua dona anat a una possessió seua a unes tres milles de la siudat perque estabe embarassada o preñada o grávida, va passá que li va sobrevindre un patatús, de tanta forsa que va apagá en ella tota siñal de vida, y per naixó un meche la va doná per morta; y com los seus paréns mes arrimats díen que sabíen per nella que no fée prou tems que estabe preñada pera que la criatura puguere está formada, tal com estabe, a una sepultura de una iglesia veína, después de mols plos, la van enterrá.
Aixó, inmediatamen, per un amic seu li va sé fet sabé a micer Gentile, que se va doldre mol, diénse an ell mateix: «doña Catalina, ara que estás morta, com yo, mentres vas viure, may vach pugué obtindre de tú ni una mirada, com no podrás prohibímu, morta com estás, te arrencaré algún beset.» Y dit aixó, sén ya de nit, organisán les coses pera que la seua anada fore secreta, montán a caball en un criat seu, sense parás un momén, van arribá aon estabe sepultada la dama; y obrín la sepultura, an ella en cuidadet y cautela va entrá, y gitánse a la seua vora, la seua cara va arrimá a la de la Siñora y moltes vegades, derramán moltes llágrimes, la va besá. Pero aixina com veém que la ganeta dels homens no té may cap límit, sino que sempre vol mes, y espessialmén la dels amáns, habén este dessidit no quedás allí, se va di: «¡Bah!, ¿per qué no li toco, ya que estic aquí, una mica les mamelles? No podré tocála mes y may la hay tocat.»

Vensut, pos, per estes ganes, li va ficá la ma al pitral y tenínla allí durán un rato, li va pareixe notá que an alguna part li bategáe lo cor; y, después de desfés de la temó, buscán en mes atensió, va vore que no estabe morta, encara que lo pols fore mol débil; per lo que, lo mes cuidadosamen que van pugué, ell y lo seu criat la van traure del monumén, la van colocá al caball, y secretamen la van portá a Bolonia. Estabe allí sa mare de Gentile, valerosa y discreta Siñora, que después de escoltáu tot de boca de son fill, moguda per la compassió, amagatontes, en foguerades y en algúns bañs caléns, an aquella li va torná la desmayada vida.
Al torná en sí, va suspirá la Siñora y va di:

- ¡Ay!, ¿aón estic?

A lo que la valerosa Siñora va contestá:

- Tranquilísat, estás a bon puesto.

Ella, una mica recuperada, mirán al voltán, sense sabé aón estabe y veén dabán della a micer Gentile, mol extrañada li va preguntá a la mare de este de quína manera habíe ella arribat allí, y micer Gentile en orden lay va contá tot. De lo que dolénse ella, después de un rato li va doná les grassies y después li va demaná, per l´amor que li habíe tingut y per cortessía, que respetare lo seu honor y lo del seu home, y al arribá lo día, que la dixare torná a casa seua; a lo que micer Gentile va contestá:

- Siñora, consevol que lo meu dessich haigue sigut en tems passats, no vull al presén ni may daquí abán (ya que Deu me ha consedit esta grassia que de la mort a la vida tos ha tornat a mí, sén lo motiu l´amor que tos hay tingut) tratátos ni aquí ni a datra part mes que com a una "cara" germana. Pero lo benefissi que tos hay fet esta nit mereix algún galardó; y per naixó vull que no me neguéu una grassia que tos demanaré.

A lo que la Siñora benignamen va contestá que estabe disposada an alló si se podíe y ere honesto. Micer Gentile va di entonses:

- Siñora, tots los vostres paréns y hasta tots los boloñesos creuen y tenen per sert que estáu morta, per lo que no ña dingú que tos espero a casa; y per naixó vull demanátos com a grassia que vullgáu quedátos aquí de amagatóns en ma mare hasta que yo torna de Módena, que sirá pronte. Y la raó per la que tos u demano es perque vull, en presensia de los millós siudadáns de esta siudat, fé de vos un pressiós y solemne don al vostre home.

La dama, sabén que estabe obligada al caballé y que la petissió ere honesta, encara que volíe alegráls en la seua vida la dels seus paréns, se va disposá a fé alló que micer Gentile demanabe, y aixina lay va prometre y li va doná la seua paraula. Y apenes habíe acabat de parlá cuan va trencá aigües y va notá que lo tems de parí habíe arribat; per lo que, ajudada per sa mare de micer Gentile, al poc rato va parí un hermós mascle, lo que va redoblá la alegría de micer Gentile y la seua. Micer Gentile va maná que se prepararen les coses nessessaries y que ella fore atenguda com si fore la seua dona, y sen va entorná cap a Módena secretamen. Acabat allí lo tems del seu ofissi y tenín que torná a Bolonia, va fé que, lo matí que teníe que entrá a Bolonia, se preparare un gran convit a casa seua pera mols nobles de Bolonia, entre los que estabe Niccoluccio Caccianernici; y habén tornat y ficat lo peu an terra y trobánse en ells, habén tamé trobat a la Siñora mes hermosa y mes llustrosa que may y que lo seu fill estabe be, en alegría incomparable als seus convidats va assentá a la taula y los va fé serví magníficamen mols manjars. Y están ya casi acabán de minjá, habénli dit ell abáns a la Siñora lo que intentabe fé y habén arreglat en ella la manera en la que se faríe, va escomensá a parlá aixina:

- Mons siñós, men enrecordo de habé escoltat alguna vegada que a Persia ña una costum, honrada segóns lo meu juissi, que es que cuan algú vol honrá mol al seu amic lo invite a casa seua y allí li amostre la cosa mes pressiada que té, sigue la seua dona, la seua amiga, o la seua filla, ¡afirmán que, si puguere, tal com li mostre alló, en mol mes agrado li mostraríe lo seu cor!; esta costum vull seguí yo a Bolonia. Vatros, per vostra mersé, hau honrat lo meu convit acudín, y yo vull honrátos a la manera persa, amostrántos la cosa mes apressiada que ting al món y que sempre tindré. Pero abáns de féu, tos rogo que me digáu lo que opinéu de una duda que tos vach a plantejá. Ña una persona que té a casa a un bo y fiel criat que se fique mol dolén; este, sense esperá a vore lo final del criat dolén lo fa portá al mich del carré y no se preocupe mes dell; ve un extrañ y, mogut per la compassió, sel emporte a casa seua y en gran solissitut y en gastos lo torne a la seua salut; voldría yo sabé ara si, guardánlo per an ell y ficánlo al seu servissi, lo seu siñó podríe doldres o queixás del segón si, al demanálay, no vullguere tornálay.

Los gentilhomens, después de uns cuans raonaméns entre ells y concurrín tots en la mateixa opinió, li van encarregá la resposta a Niccoluccio Caccianernici, que ere un oradó mol bo y templat. Este, alabán la costum persa, va di que ell y los demés estaben de acord en esta opinió: que lo primé siñó ya no teníe cap dret sobre lo seu criat, ya que lo habíe abandonat y apartat dell, y que per los benefissis ressibits del segón de justissia pareixíe habé passat a sé lo seu criat; per lo que, guardánsel, cap mal, forsa o injuria li fée al primé. Los demés homens que estaben a la taula, que tots eren homens valerosos, van afirmá que sosteníen lo que habíe contestat Niccoluccio.
Lo caballé, contén en tal resposta y que Niccoluccio la haguere donat, va di que ell tamé ere de aquella opinió, y después va di:

- Ya es hora de que segóns la meua promesa tos honra.

Y cridán a dos dels seus criats, los va enviá a buscá a la Siñora, a la que habíe fet vestí y adorná egregiamen, y ella va acudí a alegrá als homens nobles en la seua presensia, portán als brassos al seu hermossíssim fillet, acompañada dels criats. Se va assentá a la vora de un dels gentilhomens, y ell va di: - Siñós, esta es la cosa mes pressiada que ting y que vull tindre mes que cap atra; veigáu si tos pareix que ting raó.

Los atres nobles, honránla, loánla, y sobre tot miránla mol, mols hagueren dit quí ere si no la tingueren per morta; sobre tot la mirabe Niccoluccio, que volíe sabé quí ere ella, y sense pugués aguantá li va preguntá an ella si ere boloñesa o forastera. La Siñora, sentín que lo seu home li preguntabe, en molta faena se va aguantá de contestáli, pero pera seguí la orden que li habíen donat, va callá. Algún atre li va preguntá si ere seu aquell chiquet, y algún atre si ere la dona de micer Gentile o parenta; tampoc va doná cap resposta. Tornán micer Gentile, li va di un dels seus invitats:

- Siñó, hermosa cosa es esta vostra, pero pareix muda; ¿u es?
- Siñós - va di micer Gentile -, lo no habé parlat ella es bona proba de la seua virtut.
- Diguéumos, pos, vos – va seguí lo mateix - quí es.

Va di lo caballé:

- U faré de bon grado si me prometéu que per res que diga dingú se mourá del seu puesto hasta que acaba la meua historia.

Habénu prometut tots, y habén ya desparat les taules, micer Gentile, assentánse a la vora de la Siñora, va di:

- Siñós, esta Siñora es aquell criat leal y fiel del que tos hay fet antes una pregunta; ella, poc estimada per los seus, com ya no ere útil la van aventá al mich del carré, y va sé arreplegada per mí y en la meua solissitut y obres va sé arrencada de les mans de la mort; y Deu, mirán lo meu pur afecte, la ha feta passá de cos espantable a hermosa com la veéu. Pero pera que entengáu be cóm me ha passat aixó, tos u aclariré.

Y escomensán desde lo seu enamoramén della, los va contá tot lo que habíe passat hasta allavonses, en gran maravella de los oyéns, y después va afegí:

- Per naixó, si no hau cambiat la opinió que teníeu fa un rato, y espessialmen Niccoluccio, esta dona mereixcudamen es meua, y dingú me la pot reclamá en títul just.
An aixó dingú va contestá, esperaben tots lo que diríe después. Niccoluccio y los demés que allí estaben, y la Siñora ploraben de compassió; pero micer Gentile, ficánse de peu y prenén als brassos al chiquet y a la Siñora de la ma y anán cap a Niccoluccio, li va di:
- Compare, no te torno a la teua dona, a la que los seus paréns y los teus van aviá al carré, sino que te dono an esta Siñora, la meua comare, en este fillet seu, que va sé engendrat per tú y al que vach aguantá al batech y li vach ficá de nom Gentile: te rogo que perque haigue estat a casa meua prop de tres mesos no te sigue menos volguda; te juro per lo Deu que potsé va fé enamorám della pera que lo meu amor fore, com ha sigut, la ocasió de la seua salvassió, que may ni en son pare ni en sa mare ni en tú mes honestamen ha viscut de lo que u ha fet están en ma mare a casa meua.
Y dit aixó, se va girá cap a la Siñora y li va di:

- Siñora, ara ya de totes les promeses que me hau fet tos libero y libre tos dixo en Niccoluccio. Y habénli tornat a la dona y al chiquet a Niccoluccio, va torná a assentás. Niccoluccio va ressibí a la seua dona y a son fill, mol mes dichós perque lluñ estabe de esperáls; y lo milló que va pugué y va sabé li va doná les grassies al caballé; y los demés, que tots ploraben de compassió, lo van alabá mol per naixó, y tamé lo van alabá tots los que u van sentí. La Siñora, en maravillosa festa va sé ressibida a casa seua y com a ressussitada va sé mol tems mirada en admirassió per los boloñesos; y micer Gentile sempre va sé amic de Niccoluccio y de tots los seus paréns.
¿Qué diréu, pos, benignes siñores? ¿Creéu que lo habé donat un rey lo seu cetro y la seua corona, y un abat sense que res li costare habé reconsiliat a un bandido en lo Papa, y un agüelo arrimá lo garganchó a la espasa del enemic, són dignes de igualá la acsió de micer Gentile?
Este radé, jove y fogós, pareixénli que teníe dret an alló que uns atres habíen aventat y ell per la seua bona fortuna habíe arreplegat, no sol va acorá honestamen lo seu foc, sino que liberalmen lo que solíe en tot lo seu pensamén tratá de robá, tenínu, u va restituí.
Per sert que cap de les abáns contades me pareix que se assemello an esta.

JORNADA DÉSSIMA. NOVELA TERSERA.

JORNADA DÉSSIMA. NOVELA TERSERA.

Mitrídanes, envejós de la cortessía de Natán, anán a matál, sense conéixel, se trobe en ell. Este li diu cóm u té que fé, y después sel trobe a un bosquet, y, reconeixénlo, se avergoñix y se fa amic seu.

Cosa pareguda a un milacre los pareixíe a tots habé escoltat que un clérig haguere fet algo magnífic; pero acabanse ya la conversa de les siñores, li va maná lo rey a Filostrato que continuare; este va escomensá:

Nobles siñores, gran va sé la magnifissensia del rey de España y mol mes inaudita la del abat de Cluny, En una noveleta tos amostraré cóm un, per generosidat, a un atre que dessichabe la seua sang y lo seu espíritu, se va disposá a entregálsi y u haguere fet si aquell haguere vullgut péndrels. Es mol sert, si se pot doná fe a les paraules de algúns genovesos y de atres homens que han estat an aquelles terres, que a la part de Cata, va ñabé un home de linaje noble y ric sense comparassió, de nom Natán, que tenín una finca tocán a un camí per lo que casi obligadamen passaben tots los que desde Ponén a les parts de Lleváno de Lleván a Ponén volíen vindre, y tenín lo ánimo gran y liberal y dessichós de sé conegut per les seues obres, tenín allí mols mestres, va fé allí en poc tems construí una de les mes grans y riques mansións que may se hagueren vist, en totes les coses que eren nessessaries pera ressibí y honrá a gen noble. Y tenín mols bons criats, en festes a consevol que hi anabe o veníe fée ressibí y honrá; y tan va perseverá en esta loable costum que ya no sol al Lleván, sino al Ponén teníe fama. Y están ya carregat de añs, pero no cansat de la cortessía, va passá que va arribá la seua fama als oíts de un jove de nom Mitrídanes, de una terra no mol lluñ de la seua; este, veénse no menos ric que Natán, sentín sels de la seua fama y virtut, se va proposá o anulála en mes grans liberalidats; y fen construí una mansió pareguda a la de Natán, va escomensá a fé les mes desmedides cortessíes que may dingú habíe fet als que anaben o veníen per allí, y en poc tems se va fé mol famós. Ara be, va passá un día que, están lo jove completamen sol al pati de la seua mansió, una dona, que habíe entrat per una de les portes de la mansió, li va demaná almoina y la va tindre; y tornán a entrá per la segona porta hasta nell, la va torná a ressibí, y aixina sucessivamen hasta dotse vegades; y tornáni un atra vegada, li va di Mitrídanes: - bona dona, eres mol insistén en demaná - y no va dixá, sin embargo, de donáli una limosna. La agüeleta, sentides estes paraules, va di: - ¡Oh generosidat de Natán, qué maravillosa eres!, que per trenta dos portes que té la seua mansió, com esta, entrán y demanánli almoina, may me va reconeixe (o al menos u fée vore) y sempre ne vach tindre; y aquí no hay entrat mes que tretse y hay sigut reconeguda y empresa. Y dién aixó, sense torná mes, sen va aná.
Mitrídanes, al sentí les paraules de la agüela, com escoltá aixó de la fama de Natán u considerabe disminussió de la seua, se va enfadá y va di:

- ¡Ay, triste de mí! ¿Cuán alcansaré la generosidat de les grans coses de Natán, que no sol no lo puc superá, sino que en les coses menudetes no puc ni comparám? Me canso en vano si no lo fach desapareixe de la terra; aixó, ya que la vellesa no sel emporte, convé que u faiga yo en les meues propies mans.

Y en este ímpetu se va eixecá, sense díli a dingú la seua intensió y, montán a caball en pocs acompañáns, al cap de tres díes va arribá aon vivíe Natán; y habénlos manat als seus compañs que faigueren vore que no lo coneixíen y que se procuraren un albergue hasta que ressibigueren dell datres ordens, arribán allí al tardet y están sol, no mol lluñ de la hermosa mansió va trobá a Natán sol, sense cap roba pomposa, que estabe passejánse. Mitrídanes, que no lo va coneixe, li va preguntá si podíe díli aón vivíe Natán.
Natán alegremen li va contestá: - fill meu, dingú an esta terra pot amostrátu milló que yo, y per naixó, cuan vullgues te portaré allí. Lo jove va di que li agradaríe pero que, si podíe sé, no volíe sé vist ni conegut per Natán; a lo que Natán va di:

- Tamé faré aixó, ya que u vols aixina.

Sen va aná en Natán, que va arrencá a charrá enseguida, cap a la mansió. Allí va fé Natán pendre a un dels criats lo caball del jove, y a la orella li va maná que arreglare en tots los de la casa que dingú li diguere al jove que ell ere Natán; y aixina se va fé.
Cuan ya estáen a la mansió, va portá a Mitrídanes a una majíssima cámara aon dingú lo voríe mes que qui ell habíe triat peral seu servissi; y, fénlo honrá, ell mateix li fée compañía. Están en aixó, Mitrídanes, encara que li tinguere tanta reverensia com a un pare, li va preguntá quí ere ell; a lo que va contestá Natán:

- Soc un humilde criat de Natán, que desde la meua infansia hay anat fénme agüelet en ell, y may hay dixat de sé criat, per lo que, encara que tots los demés lo alabon tan, poc puc alabál yo. Estes paraules li van doná algunes esperanses a Mitrídanes de pugué en milló consell y en mes gran seguridat portá a efecte lo seu pervers propósit.
Natán, mol cortésmen li va preguntá quí ere ell y quín assunto lo portabe per allí, oferínli lo seu consell y la seua ajuda en lo que puguere. Mitrídanes va tardá un rato en contestá y dessidínse al remat a confiás en ell, fen un llarg rodeo o sircunloqui, li va demaná la seua paraula y después lo consell y la ajuda; y li va descubrí quí ere ell y per qué habíe vingut.
Natán, sentín lo discurs y mal propósit de Mitrídanes, mol se va enfadá al seu interió, pero sense tardá mol, en fort ánim y gesto impassible li va contestá:
- Mitrídanes, noble va sé lo teu pare y no vols desmereixe dell, tan alta empresa habén emprés com u has fet, es a di, lo sé liberal en tots; y alabo mol la enveja que tens de Natán, perque, si de estos ne ñagueren mols, lo món, que es tot miseria, pronte se faríe bo. La intensió que me has descubert sense duda permaneixerá amagada, pera la que te puc oferí un consell útil, que es este: pots vore desde aquí un bosquet al que Natán casi tots los matíns va ell sol a passejás mol rato: allí fássil te sirá trobál y féli lo que vullgues; si lo mates, pera que pugues sense impedimén torná a casa teua, has de agarrá un atre camí, lo que veus a la esquerra, que ix del bosquet; encara que está ple de brosquill, está mes prop de casa teua y per consiguién, es mes segú.

Mitrídanes, ressibida la informassió y habénse despedit Natán dell, de amagatóns als seus compañs los va fé sabé aón teníen que esperál en son demá. Después de arribá lo nou día, Natán, sense habé cambiat de intensió per lo consell donat a Mitrídanes, sen va aná sol al bosquet y se va disposá a morí. Mitrídanes se va eixecá, va pendre lo seu arco y la seua espasa, que datres armes no teníe, y puján a caball, sen va aná cap al bosquet, y desde lluñ va vore a Natán sol passejánse per nell; y volén, antes de atacál, vórel y sentíl parlá, va corre cap an ell y, agarránlo pel turbán que portabe al cap, va di:
- ¡Agüelo, estás mort!

A lo que va contestá Natán: - Entonses es que mu hay mereixcut.

Mitrídanes, al sentí la seua veu y miránlo a la cara, va vore que ere aquell mateix que lo habíe benignamen ressibit y aconsellat; per lo que de repén va desapareixe la seua rabia y la seua ira se va torná en vergoña. Aventán lluñ la espasa que pera feríl habíe desenvainat, va baixá del caball y va corre plorán a aviás als peus de Natán y díli:
- Manifestamen vech, caríssim pare, la vostra generosidat, veén que hau acudit a entregám lo vostre espíritu. Deu, mes preocupat de mí que yo mateix, me ha ubert los ulls de la inteligensia, que la puta enveja me habíe tancat; vech que ting que fé penitensia per esta errada: prenéu, pos, de mí, la venjansa que estiméu convenién pera lo meu pecat.
Natán va fé eixecá a Mitrídanes, y lo va abrassá y besá, y li va di: - fill meu, en la teua empresa, vullgues díli roína o de un atra manera, no es nessessari demaná ni otorgá perdó, perque no la vas empendre per odio, sino pera pugué sé tingut per lo milló. Viu, pos, confiat en mí, y tín per sert que no viu cap home que te vullgue tan com yo, considerán la grandesa del teu ánim que no a amassá dinés, com fan los miserables, sino a gastá los amassats se ha entregat; y no tingues vergoña de habé volgut matám pera fét famós ni cregues que yo me extraña de aixó. Los emperadós y los grandíssims reys no han aumentat los seus regnes, y per consiguién la seua fama, mes que matán no sol a un home com tú volíes fé, sino a innumerables, insendián paísos y assolán siudats; per lo que si tú, pera fét mes famós, sol volíes matám a mí, no fees res maravillós ni extrañ.

Mitrídanes, alabán la honesta excusa que Natán li trobabe, li va di que se extrañabe mol de cóm Natán habíe pogut disposás an alló y a donáli la ocasió y damún lo consell; a lo que va di Natán: - Mitrídanes, no vull que ni del meu consell ni de la meua disposissió te extraños, perque desde que soc amo de mí mateix y disposat a fé lo mateix que tú has emprés, ningú ha vingut a casa meua que yo no lo contentara en lo que podía.
Vas vindre tú dessichós de la meua vida; per lo que, al sentít solissitála, pera que no te quedares sense obríndrela, vach dessidí donátela, y pera que la tingueres aquell consell te vach doná que vach pensá que ere bo; y per naixó encara te dic y demano que, si la vols, la prengues y te quedos satisfet. Ya la hay fet aná vuitanta añs y la hay gastat en mis plaés y consols; y sé que, segóns lo curs de la naturalesa, com los passe als demés homens, poc tems ya me quede per a disfrutála; per lo que crec que es mol milló donála, com sempre hay donat y gastat los meus tessoros, que vóldrela conservá tan que contra la meua voluntat la naturalesa me la prengue. Un don menut es doná sen añs; ¿cuán sirá doná sis o vuit que me quedon pera está aquí? Prénla, pos, si vols, te rogo, perque mentres hay viscut aquí encara no hay trobat a dingú que la haigue dessichat y no sé si ne trobaré, si no la prens tú que la dessiches; y per naixó, antes de que disminuíxque lo seu valor, prénla, te u demano.
Mitrídanes, avergoñínse profundamen, va di: - No vullgue Deu que cosa tan pressiosa com es la vostra vida la prenga yo, a la que no sol no vull tráureli añs, sino que ni afegiría dels meus si puguera.

A lo que rápidamen Natán va di:

- Y si pugueres, ¿voldríes afegín? Me faríes fé en tú lo que may hay fet en dingú, es a di, pendre les seues coses, que may a dingú les hi vach pendre.

- Sí - va di de repén Mitrídanes.

- Pos - va di Natán - farás lo que te diré. Te quedarás, jove com eres, aquí a casa meua y te farás di Natán, y yo men aniré a la teua y me faré di Mitrídanes.
Entonses Mitrídanes va contestá: - Si yo sapiguera obrá tan be com vos sabéu y hau sabut, faría sense pensámu massa lo que me oferiu; pero com me pareix que les meues obres recacharíen la fama de Natán y yo no vull espentoláli a un atra persona lo que no sé lográ pera mí, no u faré.
Estos y mols atres amables raonaméns se van sentí entre Natán y Mitrídanes, y después van torná juns cap a la mansió. Natán va honrá mols díes a Mitrídanes allí, y en tot lo seu ingenio y sabiduría lo va confortá. Y al cap de un tems Mitrídanes va voldre torná a casa en lo seu acompañamén, habén vist que may podríe guañáli a Natán en generosidat.