viernes, 22 de septiembre de 2017

Pedro II, Huesca, Osca, 1196, aragonés medieval

Pedro II, Huesca, Osca, 1196, aragonés medieval, mol paregut al navarro, ocsitá, valensiá, mallorquí, catalá.

Als presentz, als que son per venir, for durable que tots los omnes qui son e seran en Osca de dintz los murs d'esta terra sian salps e segurs de tots lurs enemics, e aquel que enuayará ad altre o fará de mays ad algún d'els en alguna cosa, sian pris e tot lo poble venguia se d'el.

Als presentz, als que son per venir, for durable que tots los omnes qui son e seran en Osca de dintz los murs d'esta terra sian salps e segurs de tots lurs enemics, e aquel que enuayará ad altre o fará de mays ad algún d'els en alguna cosa, sian pris e tot lo poble venguia se d'el.

Es muy similar al catalán, pero NO LO ES.



Fuero de Jaca, extracte :




Prinsipis 5

Prinsipis 5

Tots, o casi tots, an esta vida han ensomiat algún camí en se polisies, detectives, inspectors; com a les sintes de crimens, com a les noviales y als llibres.
An aquell periodic, ñabie un anunsio que diebe: “Si eres un chove normal, entre devuit y trenta y sinc añs, aquí tens lo teu futuro, presentat pa polisia. Si eres un chic normal, estudia en natres y estas aprobat.”, diebe mes coses, pero yo sol vach veure aisó.
Aisó me agradae, com a casi tots, me apetie feu. Había tingut sort, lo tranvia de la oportunidat de sé polisia, habíe pasat per la meua bora, en lo milló momen y yo lo vach prende en marchá.
Vach disá lo magisterio; al anunsio estae la direcsió de una academia de Madrid; los vach cridá, me van fe unes preguntes y ¡Aleluya!, podia presentam, sol fae falta estudiá y an aisó no li tenía po, estaba acostumbrat. Sería polisía.
Me posaría a trevallá a una obra y al mateis tems estudiaria. Ya no nesesitaría los dinés de ma mare; me guañaria la vida; ya era un home, u podía fé.
Lo fill de ma tia, la primeta, o sigue mon cusí, ere pintó de brocha gorda; cuan li vach dí que me anaba a ficá de menobré, me va dí: ¿Per qué no pintó? Vine en mí. Yo te pagaré la pensió desde lo primé día. Si vols pots probá.
Los primes dies van se tremendos, confundía lo esmalte en la cola, no sabia fe colos, ni mescles. Pintaba les portes en cola, les parets en esmalte, los retalls me eisien tots torts, ara me puchaba al techo, ara baisaba un pam, vamos un desastre. Pero a la semana ya vach escomensá a defendrem y als tres mesos, en devuit añs, ya estaba de jefe de pintura de una obra. La verdat es que mon cusí me visitae a suvín y los trevalladós, en aisó que había segut mich reto, encara que a camins se enfotien un poc de mi, al remat me tenien un poc de respeto.
Allí ñabie de tot, borrachos, drogadictos, homes normals que, a la hora de almorsá, tiraben lo bocadillo de magra qu’els habie preparat la dona y sen minchaben un  de anchoes de lata; en fin lo milló de cada casa.
Poc a poc vach aná deprenen picardies. Mon cusi sol me pagae la pensió; prau fae perque yo al prinsipi no li defenia n’il chornal y después ya me sabie mal demanali mes dinés; después del favó que me habie fet.
Trevallaem tota la semana y teniem festa los domenches. Cuan me van arribá los llibres y vach escomensá a estudiá, tenie un horari espesial. Trevallaba de sis del matí a les tres de la tarde. Dinaba y me posaba a estudiá hasta les onse de la nit. Me chitaba y hasta les sinc del matí que me eisecaba pa aná a trevallá. Lo meu almorsá, sempre ere lo mateis. Un troset de pa en un rodada de mortadela dintre, que me donae per la nit la dueña de la pensió y que cuan arrivae la hora de minchamel estae dur com una pedra. Me vach quedá enseguida prim, com la caña de la doctrina.
Pa traure un sobresueldo los domenches faya trevalls de pintura per meua cuenta. En un atre compañ anaem fen apaños per les cases. Una habitasió completa, parets y fusteria, tresentes pesetes. La chen mos cridae y aquí ve lo de la picardía.
Habiem fet un trevall lo domenche pasat, la paret la habiem pintat de blau y habíe sobrat pintura. Cuan mos cridabe un atra dona, no tos podeu imaginá la habilidat de Luiset pa convensila de que allí, fore aon fore, lo que milló li vindrie seríe lo coló blau, ademés li donarie molta llum y taparie les taques que tenie la paret. Pos aisó, a pintala de blau, y, aprofitán la pintura del atre domenche, mos estolviabem lo material. Sen sincuenta pesetes a la borchaca, cada un.
Ya sabeu, deu aprete pero no ofegue.
Seguirá........

Nota: Avui les fotos son totes meues.



martes, 19 de septiembre de 2017

Napoleón ere catalá

Napoleón era catalán

Ahora que empiezan los juicios de los separatistas catalanes, Artur Mas el primero, aleguemos como atenuante de su conducta que se sienten más importantes que los demás españoles porque ellos aportaron figuras como El Cid, Leonardo, Espinoza, Colón, el Gran Capitán, Teresa de Ávila, Cervantes y muchos más.
Es lógico querer separarse de quienes les roban estos personajes, y más ahora, que quienes revelaron ese catalanismo, Jordi Bilbeny y Victor Cucurull, parece que han descubierto que Napoleón (1769-1821) también era catalán, de “la Casa Real Catalana”, pero usurpado por corsos y franceses.


Desmienten así la historiografía universal, para la que era corso, y al historiador y catedrático Juan Granados, cuyo último libro, “Napoleón” (Nowtilus), describe en sólo 300 páginas al personaje y a las sociedades europeas del momento con una narrativa apasionante, con fuerza, agilidad, inteligencia y colorido.
Granados admite que al principio de su vida Napoleón era independentista con respecto a Francia de la isla corsa, tan cercana a Cataluña, por lo que la tesis de Bilbeny y Cucurull podría venir de aquí.
Con Granados se descubre la humanidad y las debilidades de ese hijo de la Revolución francesa con una visión del mundo muy contemporánea, y también la de un verdadero Imperator.
El Napoleón de Granados resulta más apasionante que cualquier libro anterior que muchos lectores hayan adquirido sobre el personaje, al menos escrito en español, y hasta se diría que es más que un fresco histórico: es una gran película que se ve en movimiento, fotograma a fotograma en color, conforme se lee.
Su único defecto es el ya enunciado: no descubre que era catalán, algo que la defensa de Artur Mas podrá presentar como atenuante propio, uniéndolo al sentimiento independentista inicial del Emperador que nos recuerda Granados.
Per eso Mas debe presentarse ante el tribunal mano en pecho, levita, mantón de artillero, mentón elevado, y por encima, el bicornio.
Aunque Napoleón era más honrado que este paciente psiquiátrico que cree ser él el Emperador, y al que deberían conducirlo los loqueros.

Jordi Pujol , Artur Mas, independentisme