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jueves, 7 de febrero de 2019

domingo, 27 de enero de 2019

unidat lingüística catalá provensal

¿De esta unidat lingüística entre catalá y provensal no diuen res la ASCUMA, Ignacio Sorolla Vidal, franja morta, IEC, AVL, tv3, à punt, ib3, etc ?
Preguntéutos per qué.
Nicolás M. Serrano; Diccionario universal de la lengua castellana, 1878


¿De esta unidat lingüística entre catalá y provensal no diuen res la ASCUMA, Ignacio Sorolla Vidal, franja morta, AVL, tv3, à punt, ib3, etc ?  Preguntéutos per qué.  Nicolás M. Serrano; Diccionario universal de la lengua castellana, 1878

Llibre de Bernardino Gómez Miedes sobre lo Rey Iayme I:

Por tanto me pareció no era justo que tales y tan señalados hechos, que hasta aquí la historia escrita por el mismo Rey, y por los de su tiempo tenían como encerrados debajo su corta lengua Lemosina, dejasen de comunicarse a las gentes, y por ser las dos más extendidas y comunicables lenguas la Latina y Castellana escribirlos en ellas.


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nuestra Señora del Puig (que en lengua Lemosina quiere decir monte pequeño)

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a causa de la invención de la sábana que puso por pendón, que en lengua Lemosinase llama llansol, fue de allí adelante llamado el caballero del Llansol

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hallado en la conquista del Reyno, y entrada de la ciudad, se tuvieron por muy agraviados de que los fueros y leyes de Valencia se escribiesen en lengua Catalana, o Limosina, tan obscura y grosera que fuera harto mejor en la Latina, o al menos Aragonesa.

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Y por ser el Rey, no solo fundador de la ciudad, pero de sus leyes y fueros, quiso que se escribiesen en su propria lengua materna, que fue la Limosina, como se hablaba en Cataluña. La cual tuvo su origen en la ciudad de Limoges en Francia, y era común para toda la Guiayna:



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A los cuales pareció entre otras cosas, que era necesario para tomar esta guerra de propósito enviar por un muy grande instrumento de guerra, como Trabuco, que estaba en Huesca, al cual llama el Rey en su historia Foneuol, vocablo catalan Limosin, que quiere decir honda, o ballestera para tirar piedras muy gruesas: semejante al que antiguamente en tiempo de los Romanos, (como lo refiere Tito livio) usó el cónsul Marco Regulo en África , yendo en la guerra contra los Carthagineses donde para matar una grandísima y desemejada serpiente que estaba cerca de donde asentara su Real, la cual no solo cogía los hombres y vivos se los tragaba, pero aun con solo el huelgo, o aliento los inficionauay se morían: usó pues de este instrumento y machina, encarándola de lejos hacia donde la fiera estaba, y más se descubría.

sábado, 5 de enero de 2019

los reixos de Orient eren cataláns

los reixos de Orient eren cataláns


FALSEDAT HISTÓRICA.
Demà ès es dia dels reis, per lo tant avui farem una aclaració molt important an es respecte. Segons es nacionalcatalanisme Catalunya va tenir dotze reis, resumint-los d'aquesta manera:
<Des naxements, noces, defuncions, enterraments dels reis catalans, ............ 41 a Catalunya, 6 a València, 4 a Castella, 4 a Aragó, 2 a Nàpols i la resta 5 a tot arreu. Es panteó reial es a Poblet, Catalunya. ¿Per què deu esser ?.>>
Lo més curiós i mal d'entendre d'aquesta gent ès que s'equivoquen de número, Catalunya no tengué dotze reis, sinó quinze, pes camí s'han dexat en Melchor, en Gaspar i en Baltasar. 😂😂😂😂

barretina

jueves, 20 de diciembre de 2018

TERSERA JORNADA. NOVELA NOVENA

Giletta de Narbona cure al rey de Fransa de una fístula; li demane per home a Beltramo del Rosselló, que, casánse en ella contra la seua voluntat, a Florencia sen va enfadat; aon, festeján a una jove, en ves de esta, Giletta se gite en ell y té de ell dos fills, pel que ell, después, sentín amor per nella, la pren com dona.

Quedabe, al no vóldre negá lo seu privilegio a Dioneo, sol la Reina per contá la seua história, pel que, ésta, sense esperá a sé solisitada per los seus, tota amorosa, va escomensá a parlá:
¿Quí contará ara una história que parégue bona, habén escoltat la de Laureta?

Alguna ventaja ha sigut que ella no fore la primera, que después poques de les atres mos hagueren agradat, y aixina espero que passo en les que esta jornada queden per contá. Pero sígue com sígue, aquella que sobre lo presén assunto me se ocurrix tos contaré.

Al Reino de Fransa va ñabé un gentilhome de nom Isnardo, conde delRosselló, que com poca salut teníe, sempre teníe a la seua vora a un meche de nom mestre Gerardo de Narbona. Teníe lo dit conde un sol fill minut, de nom Beltramo, que ere hermossíssim y amable, y en ell atres chiquets de la seua edat se educaben, entre los que estabe una chiqueta del dit meche cridada Giletta, la que infinito amor, y mes allá del que conveníe a la seua tendra edat, va ficá en este Beltramo.

Este, mort lo conde y confiat ell a les máns del rey, va tíndre que anássen a París, per lo que la joveneta se va quedá desconsolada. Habén mort lo pare de ella no mol después, si alguna raó honesta haguere tingut, de bona gana a París per a vore a Beltramo hauríe anat; pero estáe mol guardada, perque rica y sola habíe quedat, no trobabe cap camí honesto. Y sén ella ya de edat de péndre home, no habén pogut may olvidá a Beltramo, habíe rechassat a mols en los que sons paréns la habíen volgut casá sense manifestá la raó.
Va passá que, inflamada ella per l´amor de Beltramo mes que may, perque sentíe que se habíe fet un hermossíssim jove, va sentí una notíssia, de cóm al rey de Fransa li habíe quedat una fístula que grandíssima moléstia y grandíssim doló li ocasionabe, y no se habíe pogut encara trobá un dotó (encara que mols u hagueren intentat) que lo haguere pogut curá de alló, sino que tots lo habíen empijorat; per naixó lo rey, desesperánse, ya de ningú volíe consell ni ajuda.
La jove se va ficá mol contenta y va pensá que aixina tindríe una raó legítima per a aná a París, y si ere la enfermedat que ella creíe, fássilmen podríe curá al rey y demanáli a Beltramo per home. Com habíe adeprés de son pare moltes coses, va prepará uns polvos en sertes herbes medissinals per a la enfermedat que pensabe que ere, va montá a caball y a París sen va aná. Y abáns de fé res se les va ingeniá per a vore a Beltramo, y después, anán dabán del rey, de grássia li va demaná que la seua enfermedat li mostrare. Lo rey, veénla jove, hermosa y agradable, no lay va sabé negá, y lay va amostrá. En cuan la va vore, va sentí esperanses de podé curál, y li va di:

- Monseñor, si voléu, sense cap moléstia o pena vostra, espero que dins de vuit díes tos sanaré de esta enfermedat.

Lo rey, per an ell mateix, se va burlá de les seues paraules dién:

- ¿Lo que los millós meches del món no han pogut ni sabut, una dona jove cóm
podrá sabéu?

Pero li va agraí la seua bona voluntat y va contestá que se habíe proposat no seguí ya cap consell de meche.

La jove li va di:

- Monseñor, despréssies lo meu arte perque soc jove y dona, pero tos recordo que yo no curo en la meua siénsia, sino en la ajuda de Déu y en la siénsia del mestre Gerardo narbonense, que va sé mon pare, un famós meche mentres va viure.
Lo rey, entonses se va di: «potsé me ha manat Déu an esta; ¿per qué no probo lo que sap fé, pos diu que sense patí molesties me curará en poc tems?», y habén dessidit probáu, va di:

- Damisela, y si no me curéu, después de fémos rómpre la nostra dessisió, ¿qué voléu que to se faigue?
- Monseñor - va contestá la jove- , vigiléume, y si abáns de vuit díes no tos curo, féume cremá viva; pero si tos curo, ¿quín premio me donaréu?
Lo rey li va contestá:
- Me pareix que encara estéu sense home; si u féu, tos casarém be y ben alt.
La jove li va di:

- Monseñor, verdaderamen m´agrade que vos me caséu, pero voldría demanátos yo l´home, entenén que no tos demanaré cap dels vostres fills ni de la família real.

Lo rey enseguida lay va prométre. La jove va escomensá la faena y, en poc tems, abáns del tems fixat, li va torná la salut, pel que lo rey, sentínse curat, va di:

- Damisela, tos hau guañat be un home.

Ella li va contestá:

- Pos, monseñor, voldría a Beltramo de Rosselló, a qui infinitamen desde la infánsia vach escomensá a vóldre y desde entonses sempre lo hay vullgut mol.
Forta cosa li va paréixe al rey tíndrelay que doná, pero com u habíe prometut, no volén faltá a la seua paraula, lo va fé cridá y aixina li va di:
- Beltramo, volém que tornéu a goberná lo vostre condat y que en vos tos emportéu a una damisela que tos ham donat per dona.
Va di Beltramo:
- ¿Y quí es la damissela, monseñor?

Lo rey li va contestá:

- Es aquella que en les seues medissines me ha tornat la salut.
Beltramo, que la coneixíe y la habíe vist, encara que mol bella li pareguere, sabén que no ere de linaje que a la seua noblesa corresponguére, tot ofés va di:

- Monseñor, ¿me voléu doná per dona a una pelacañes? No la pendré may per dona.

Lo rey li va di:
- ¿Pos voléu vos que no cumpligám la nostra paraula, que per a recuperá la salut li vam doná a la damisela que tos ha demanat per home en premio?
- Monseñor - va di Beltramo- , podéu péndrem tot lo que ting, y donám, com lo vostre home que soc, a qui tos agrado: pero estéu segú de aixó, que may estaré contén en tal matrimoni.

- Sí que u estaréu - va di lo rey- , perque la damisela es hermosa y prudén y tos vol mol, pel que esperám que mol mes felís vida tinguéu en ella que tindríeu en una dama de mes alt linaje.

Beltramo va callá y lo rey va fé prepará en gran aparato la festa de les bodes; y arribat lo día per an alló determinat, per molta mala gana que portare Beltramo, en presénsia del rey la damisela se va casá en qui mes que an ella mateixa volíe.

Y fet aixó, com ya teníe pensat lo que debíe fé, dién que al seu condat volíe torná y consumá allí lo matrimoni, li va demaná llisénsia al rey; y, montán a caball, en ves de anássen cap al seu condat, va colá cap a la Toscana. Y sabén que los florentinos reñíen en los de Siena, se va disposá a ficás al seu bando, aon alegremen ressibit y en honor, va sé fet capitá de serta cantidat de gen y va ressibí de ells bon jornal, se va quedá al seu servissi y va estáy mol tems.
La ressién casada, poc contenta de tal sort, esperán podé fel torná al seu condat sen va aná cap al Rosselló, aon va sé ressibida per tots com la seua Siñora. Va trobá allí, com habíe estat mol tems sense conde, totes les coses descompostes, tot estragos. Com a Siñora prudén en gran diligénsia y solissitut totes les coses va ficá en orden, pel que los súbdits mol conténs se van ficá y la van tíndre en molta estima y la van vóldre mol, reprochánli al conde que en ella no se contentare.

Habén la Siñora ficat tot lo país en dansa, per mich de dos caballés lay va fé comunicá al conde, rogánli que, si per nella no volíe torná al seu condat, lay comunicare, y ella, per a complaíl, sen aniríe.
Ell, duríssimamen, va di:

- Que faigue lo que li dono la gana: en cuan a mí, tornaré allí a está en ella cuan tíngue este anell al seu dit, y als brassos un fill engendrat per mí.
Teníe lo anell en gran apréssio y may se separabe de ell, perque li habíen donat a enténdre que teníe sert poder. Los caballés van sentí la dura condissió ficada en aquelles dos coses casi imposibles, y veén que en les seues paraules de la seua intensió no podíen móurel, van torná a la Siñora y la seua resposta li van contá.

Ella, mol dolorida, después de pensássu mol, va vóldre sabé si aquelles dos coses podíen ocurrí y aón, per a que com a resultat puguere recuperá al seu home. Y habén pensat lo que teníe que fé, reunits una part dels mes grans y millós homes del seu condat, los va contá en paraules dignes de compassió lo que abáns habíe fet per amor del conde, y los va amostrá lo que habíe passat per alló, y finalmen los va di que la seua intensió no ere que per la seua estánsia allí lo conde estiguere en perpetuo exili, pel que enteníe passá lo que li quedare de vida fen peregrinassións y obres de misericórdia per a la salvassió de la seua alma; y los va rogá que la protecsió y lo gobern del condat prenguéren y lay diguéren al conde, que ella forra, vuida, libre li habíe dixat la seua possessió y se habíe alluñat en la intensió de no torná may mes al Rosselló.

Aquí, mentres ella parlabe, van sé derramades llágrimes per mols de aquells homes bons y li van fé mols rogs de que cambiare de opinió y que se quedare; pero de res van serví. Ella, encomanánlos a Déu, en un cusí seu y una camarera, en hábit de peregrinos, ben provits de dinés y valioses joyes, sense que dingú sapiguere aón anabe, se va ficá en camí y no se va aturá hasta que va arribá a Florencia.

Allí estabe a una posadeta que teníe una bona dona viuda, sense cap lujo, com una pobre peregrina, en lo dessich de sentí notíssies del seu siñó. Va passá, pos, que al día siguién va vore passá a Beltramo per dabán de la fonda, a caball en la seua compañía, y encara que mol be lo va conéixe no va dixá de preguntáli a la bona dona de la fonda quí ere.

La posadera li va contestá:

- Es un gentilhome forasté, lo conde Beltramo, amable, cortés y mol amat an esta siudat; y lo mes enamorat del món de una veína nostra, que es dona noble, pero pobre. Es una honestíssima jove, y per la pobresa encara no se ha casat, viu en sa mare, prudentíssima y bona Siñora; potsé que, si no fore per sa mare, hauríe fet ya lo que este conde haguere volgut.

La condesa, sentín estes paraules, les va retíndre be; examinán tots los detalls, y ben compreses totes les coses, va péndre la seua dessisió, y adepresa la casa y lo nom de la Siñora y de la seua filla amada pel conde, un día, de amagatóns, en hábit de peregrina, allí sen va aná, va trobá a la Siñora y a la seua filla mol pobres y les va saludá. Li va di a la Siñora que cuan li anáre be volíe parláli. La honrada Siñora, eixecánse, va di que la podíe escoltá; y entrán les dos a una alcoba, y prenén assiento, va escomensá la condesa:
- Siñora, me pareix que tos contáu entre los enemics de la fortuna com me conto yo, pero si vullguéreu, per ventura podríeu a vos y a mí consolámos. La Siñora va contestá que no volíe datra cosa que consolás honestamen. Va seguí la condesa:

- Me es nessessária la vostra paraula, en la que si confío y vos me engañáreu, faríeu malbé los vostres assuntos y los meus.

- En confiansa - va di la noble Siñora- , diguéume tot lo que vullgáu, que may per mí siréu engañada.

Entonses la condesa, escomensán pel seu primé enamoramén, quí ere ella y lo que hasta aquell día li habíe passat li va contá, de tal manera que la noble Siñora, com ya en part u habíe sentit a datres, va escomensá a sentí compassió de ella. Y la condesa, contades les seues aventures, va seguí:

- Ya hau sentit, entre les demés angusties, quines són les dos coses que nessessito tíndre si vull tíndre al meu home. A dingú mes coneixco que pugue ajudám a adquiríles mes que a vos, si es verdat lo que hay sentit, que lo conde lo meu home vol mol a la vostra filla.

La noble Siñora li va di:
- Siñora, si lo conde vol a la meua filla no u sé, pero mol u aparente; ¿pero qué puc yo per naixó conseguí del que vos dessichéu?
- Siñora - va contestá la condesa- , tos u diré, pero primé tos vull amostrá lo que vull donátos si me ajudéu. Vech que la vostra filla es hermosa y está en edat de donáli un home, y pel que hay entés y me pareix compéndre, no tíndre dote per a donáli tos la fa tíndre a casa. Enteng, en recompensa del servissi que me faiguéu, donáli rápidamen dels meus dinés la dote que vos mateixa estiméu que per a casála honradamen sígue menesté.
A la Siñora, com estabe en nessessidat, li va víndre be la oferta, pero com teníe lo ánimo noble, va di:

- Siñora, diguéume lo que yo puc fé per vos, y si es honesto per a mí u faré en gust, y vos después faréu lo que tos vaigue be.

Va di entonses la condesa:
- Nessessito que vos, per algú de qui tos fiéu, li faigáu di al conde lo meu home que la vostra filla está disposada a fé lo que ell gusto si pot sersiorás de que la ame com aparente, lo que may creurá si no li envíe lo anell que porte a la má y que ella ha sentit que ell vol tan; si ell lay envíe, vos mel donaréu; y después manaréu díli que la vostra filla está disposada a fé lo seu gust, y lo faréu víndre aquí de amagatóns y de amagatontes a mí, en ves de a la vostra filla, me ficaréu a la seua vora. Potsé me consedíxque Déu la grássia de quedám preñada; y aixina después, tenín lo seu anell al dit y als brassos a un fill per nell engendrat, lo conquistaré y en ell viuré com la dona té que viure en lo seu home, habén sigut vos la que u haigue arreglat.
Cosa seria li va paréixe ésta a la Siñora, tenín temó de que li vinguere de ella la vergoña per a la seua filla; pero pensán que ere cosa honrada doná ocasió a que la bona Siñora recuperare al seu home y que en honesto fin se ficabe a fé alló, confiánse als seus bons y honrats sentiméns, no sol va prométre féu sino que pocs díes después, en secreta cautela, segóns les órdens que habíe donat, va obtíndre lo anell (encara que una miqueta li haguere costat al conde) y an ella en ves de a la seua filla va ficá al llit en lo conde.
Als primés ajuntaméns buscats pel conde, com li va apetí a Déu, la Siñora va quedá preñada de dos fills mascles, com lo parto va fé manifest al seu debut tems. Y no sol una vegada va alegrá la noble Siñora a la condesa en los abrassos del home, sino moltes, tan secretamen actuán que may se va sabé una paraula de alló. Lo conde sempre va creure que estabe en aquella a qui volíe, sense pensás que estabe en la seua dona, a la que no coneixíe ni reconeixíe. Cuan sen anabe, li donabe diverses joyes hermoses y de valor, que la condesa guardabe. Cuan ella se va sentí en estat, no va volé mes demanáli ajuda a la honrada Siñora, y li va di:

- Siñora, per la mersé de Déu y la vostra ting lo que dessichaba, y per naixó es tems que faiga lo que tos vach di, per a anámen después.
La honrada Siñora li va di que no u habíe fet per cap recompensa, sino perque li pareixíe un deber féu per a fé una bona obrá.
La condesa li va di:
- Siñora, no vull donátos lo que me demanéu com un premio, sino per a obrá be, a mí me pareix que té que fes aixina.
La honrada Siñora entonses, per la nessessidat obligada, en grandíssima vergoña, sen lires li va demaná per a casá a la seua filla. La condesa, veén la vergoña y sentín la seua discreta petissió, ni va doná singsentes y tantes joyes hermoses y valioses que valíen un atre tan; en lo que la honrada Siñora, mol mes que contenta, li va doná tantes grássies com va pugué a la condesa, y esta, separánse de ella, sen va entorná cap a la fonda.
La honrada Siñora, per a evitá que Beltramo enviare an algú o vinguere a casa seua, en la filla sen va aná al campo a casa dels seus paréns, y Beltramo al cap de poc tems, reclamat per los seus homes, a casa seua, sentín que la condesa se habíe alluñat, sen va entorná. La condesa, sentín que sen habíe anat de Florencia y tornat al seu condat, se va ficá mol contenta; y se va quedá a Florencia hasta que lo tems de parí va víndre, y va tíndre dos fills mascles mol assemellats a son pare. Y cuan li va paréixe adecuat, ficánse en camí, sense sé per dingú reconeguda, en ells va aná cap a Montpellier. Descansán allí algúns díes, y habén indagat sobre lo conde y aón estiguere, y enteránsen de que lo día de Tots Sans al Rosselló anabe a fé una gran festa de dames y caballés, sempre disfrassada de peregrina (com habíe eixit de allí), allá sen va aná. Y sentín a les dames y als caballés reunits al palau del conde a pun de assentás a la taula, sense cambiás de hábit, en los seus fillets en brassos va pujá a la sala, obrínse pas entre tots, hasta que va vore al conde, y tiránseli als peus, va di plorán:
- Siñó meu, yo soc la teua desventurada dona, que per a dixát torná y está a casa teua, mol tems hay estat voltán. Per Déu te requeríxco que les condissións que me vas ficá per mich de los dos caballés que te vach enviá les mantíngues:
aquí está lo teu anell al meu dit, y aquí, als meus brassos, ting no sol a un sino a dos fills teus.

Es hora ya de que siga per tú ressibida com a dona, segóns la teua promesa.
Lo conde, al sentí aixó, se va quedá esglayat al reconéixe lo anell, y tamé als dos fills, que tan se li pareixíen o assemelláen; pero va di:

- ¿Cóm pot habé passat aixó?
La condesa, en gran sorpresa del conde y de tots los que estaben preséns, ordenadamen va contá lo que habíe passat y cóm; pel que lo conde, veén que diebe la verdat y veén la seua perseveránsia y lo seu bon juissi, y ademés an aquells dos fillets tan hermosos, per a cumplí lo que habíe prometut y per a complaí a tots los seus homes y a les dames, que tots li rogaben que an esta com a la seua legítima dona aculliguére ya y honrare, va renunsiá a la seua obstinada duresa y va fé ficás de peu a la condesa, la va abrassá y besá y com a legítima dona la va reconéixe, y als bessóns va reconéixe com fills seus; y fénla vestís en robes conveniéns per an ella, en grandíssim plaé de cuans allí ñabíe y de tots los seus atres vasallos que alló van sentí, va fé no sol tot aquell día, sino moltíssims mes grandíssima alifara y jubiléu, y desde aquell día an ella sempre com a la seua dona honrada la va volé y la va apressiá.

https://lo-decameron.blogspot.com/2018/12/tersera-jornada-novela-dessima.html

martes, 18 de diciembre de 2018

Las Navas de Tolosa, 1212

A la crussial batalla de Las Navas de Tolosa (1212) conste que van partissipá los reys Alfonso VIII de CastillaPedro II de Aragó y Sancho VII de Navarra pero cap "rey de Cataluña" ¿O es que se va pédre pel camí?

¿Tos preguntéu cóm se enteníen estos tres reys entre ells? ¿Directamen en romance, o féen aná traductós de aragonés, navarro y castellá ?

https://es.wikipedia.org/wiki/Fuero_General_de_Navarra 1238


http://revistadefilologiaespañola.revistas.csic.es/index.php/rfe/article/viewFile/780/905


¿Por qué unos fueros escritos en lengua romance?

http://www.zarrakaztelu.eus/romance-navarro/

https://es.wikipedia.org/wiki/Fueros_de_Arag%C3%B3n  1247

Los Fueros de Aragón. Una versión romance de mediados del siglo XIII


Vidal Mayor, fueros de Aragón
Vidal Mayor, fueros de Aragón




A la crussial batalla de Las Navas de Tolosa (1212) conste que van partissipá los reys Alfonso VIII de Castilla, Pedro II de Aragó y Sancho VII de Navarra pero cap "rey de Cataluña" ¿O es que se va pédre pel camí?



Las Navas de Tolosa (1212)



Por un momento, los cristianos olvidaron sus disensiones de linaje, sus peleas territoriales y tuvieron un objetivo común y por fin vencieron a los musulmanes.
El 16 de julio de 1212, la coalición cristiana formada por unos 70.000 soldados , encabezada por Castilla, derrotó a los 120.000 musulmanes del imperio almohades en el norte de la provincia de Jaén, junto a Despeñaperros. Aquella victoria marcó el declive musulmán e inicio de la fase final de la Reconquista.
La guerra nos acerca a la gloria tanto como la tragedia; sobre el campo de batalla, miles de cuerpos sembraban y teñían de sangre los campos de las Navas de Tolosa.
Es la tarde del 16 de julio de 1212, Alfonso VIII junto al Arzobispo de Toledo, don Rodrigo Jiménez de Rada , recorren impávidos el campo del horror, la batalla había apenas durado unas horas y todo era ya desolación y muerte.
En efecto la Batalla de las Navas de Tolosa fue la hecatombe para el imperio Almohade en la Península Ibérica. Con esta histórica victoria de la alianza cristiana se había iniciado el declive del dominio musulmán de España. La Batalla de las Navas de Tolosa, fue sin duda, la batalla más importante de la Reconquista.

Ficha de la Batalla de las Navas de Tolosa


Ficha de la Batalla de las Navas de Tolosa



Antecedentes Históricos de la Batalla de Las Navas de Tolosa

 

Los Musulmanes Invaden España

Los musulmanes, las tropas de Alá, mantuvieron 780 años de presencia activa en nuestra Península Ibérica. Primero llegaron los Omeya de Damasco y se creó el Emirato dependiente de Damasco. Era el año 711, pero en el 756, la tremenda masacre producida por los Omeyas sobre los Abasidas de Bagdad, provocó que el Príncipe de los errantes, el gran Abderramán I llegara al-Ándalus y se creara el Emirato Independiente. Del Emirato, pasaríamos con Abderramán III al Califato de Córdoba.
Pasó el Sultanado y empezaron a llegar sucesivas hordas fanáticas del MagrebEn 1085 llegaron los Almorávides y un siglo más tarde llegaron los Almohades, un imperio Bereber norteafricano. Los almohades fueron unos defensores férreos de la Fé. Contra ellos combatieron los reinos cristianos del norte penínsulas. En 1195, las tropas castellanas de Alfonso VIII sufrían una gravísima derrota a manos de los almohades, era el Alarcos, la última gran victoria musulmana en España, Alfonso VIII estuvo a punto de morir en la batalla; pero afortunadamente consiguió escapar con de leales y preparó la venganza, preparó la contraofensiva. La pérdida de Alarcos, extendió el dominio musulmán hasta los Montes de Toledo y el Valle del Tajo amenazando a la propia ciudad de Toledo.
En 1211,el almohade Muhammad Al-Nasir, llamado por los cristianos "El Miramamolin", preparó un gran ejército amenazando a los reinos cristianos. Ambicionaba ocupar completamente la Península Ibérica. El califa logró reunir un ejército de 125.000 soldados bien pertrechados y muy fanatizados. La caída de Salvatierra en manos de los Almohades, alarmó a toda Europa.
Los cristianos andaban envueltos en guerra civiles, guerras fratricidas por problemas de fronteras entre ellos.

Había 5 reinos en la Península Ibérica.
Pedro II, Aragón, als presentz
Pedro II, Aragón, als presentz

Corona de Aragón con su rey Pedro II.
- Reino de Castillcon su rey Alfonso VIII.
- Reino de Navarra con Sancho VII.
- Reino de León permanecía con su rey Alfonso IX.
- Reino de Portugal, independizado desde 1140.

El Papa Inocencio III Convoca Santa Cruzada

La amenaza almohade recomendaba la unión de los 5 reinos para luchar o sucumbir ante el dominio de Al-Nasir. En 1212, el rey Alfonso VIII, convenció al Papa Inocencio III para que proclamara Santa Cruzada para parar el impulso almohade en la Península Ibérica.
AL NASIR
El Papa instó a los Reyes cristianos que olvidaran sus rencillas so pena de excomuniónEl Arzobispo de Toledo don Rodrigo Jiménez de Rada, estuvo predicando la cruzada por Francia y en las iglesias de toda Europa que animó a los creyentes a alistarse.
Llegaron a España miles de cruzados procedentes de ItaliaFrancia Alemania y a su frente los obispos de NarbonaNantes Burdeos
Los Reyes de Portugal y de Leónno acudieron a la llamada; pero sí los reyes de Aragón y de Navarra.

Los Cruzados Salen de Toledo

Toledo, mayo de 1212, lugar y fecha elegida por Alfonso VIII para reunir a la Santa Cruzada. Para evitar roces y problemas con la población civil de Toledo, Alfonso intentó acuartelar a los cruzados extranjeros fuera del casco de Toledo; pero no fue posible. Los tramontanos, acostumbrados a las cruzadas de oriente, asaltaron la judería toledana provocando una masacre y rapiñando el botín.
Alfonso, forzado por la necesidad de estos cruzados para la alianza cristiana, hizo la vista gorda por el bien de la empresa.
20 de julio de 1212; las tropas cristianas salen de Toledo hacia el frente de batalla. El ejército estaba formado por unos 85.000 soldados, al frente con los cruzados extranjeros, don Diego López de Haro, el señor de Vizcaya. Esta era la tropa de choque contra los almohades, la vanguardia del ejército cristiano.
A los pocos día llegaron a la fortaleza de Malagón. Los musulmanes ofrecieron la rendición a cambio de la supervivencia. Pero los cruzados extranjeros negaron cualquier tipo de acuerdo y pasaron a cuchillo y degollaron a los habitantes de Malagón. El rey Alfonso VIII llegó dos días más tarde a la fortaleza y contemplo horrorizado el espectáculo dejado por los tramontanos. Esa no era la batalla que quería el rey de Castilla, había que negociar de otra manera. Empezaron los roces entre los cristianos españoles y los extranjeros.
Días más tarde llegaron a la fortaleza de Calatrava, aquella que habían perdido los Templarios. En esta ocasión Alfonso llegó a tiempo de negociar con los musulmanes y le permitió salir a cambio de no combatir. Esto fue la gota que colmó el vaso y los cruzados tramontanos decidieron abandonar la cruzada y marcharse, los hispanos nos quedamos solos ante el poder almohade.
La deserción de los cruzados extranjeros fue importante para la moral del ejército cristiano, la sombra de Alarcos se le apareció otra vez a Alfonso VIII. Aproximadamente se marcharon un 27 % del total, quedando constituido finalmente, el ejército cristiano, por unos 60.000 hombres. Afortunadamente, al ejército cristiano se incorporó el gran Pedro II de Aragón, el gran amigo de Alfonso VIIIAragón aportó a la empresa, unos 3.000 caballeros y unos 2.000 soldados. Los reyes cristianos decidieron continuar y combatir.
Al-Nasir esperaba tranquilamente en la estribaciones de Sierra Morena, con fuerzas preparadas para la emboscada en los peligrosos pasos de Despeñaperros. Esperaba que los cruzados se cansaran por el duro caminar por la sierra.
Sierra morena era un difícil obstáculo para los cruzados cristianos. El ejército era numeroso y atravesarla no iba a resultar sencillo. Además en los únicos pasos disponibles, estaban emboscados los almohades. Los exploradores de los cristianos trataban de encontrar pasos francos que permitiera el movimiento de tropas sin riesgos.
Recorrido de las tropas cristianas en las navas de tolosa, desde Toledo hasta la Mesa del Rey


El milagro de Pastor o de San Isidro Labrador

Entonces, dice la leyenda, se produjo el milagro. San Isidro Labrador o un humilde pastor se apareció a las tropas cristianas y les dijo que él conocía un paso. El avanzado de don Diego López de Haro comprobó que el paso existía y que el pastor no les había engañado. Se dieron las indicaciones oportunas a los reyes y las tropas se dirigieron hacia el paso descubierto. Para entonces ya se había incorporado Sancho VII el rey de Navarra con 200 caballeros y unos 2.000 peones. El paso les condujo hacia un lugar llamado la Mesa del Rey, donde se estableció el campamento cristiano.
Al-Nasir al comprobar que los cristianos habían pasado los pasos serranos, dio la orden de formar a su ejército. Al-Nasir mandó algunas vanguardias de jinetes arqueros para provocarles y cansarles aún más.
El 15 de julio de 1212, los dos ejércitos estaban frente a frente. Fueron 24 horas de tensión e incertidumbre, se estaban midiendo las fuerzas del adversario mediante pequeña avanzadillasEn la madrugada del 16 de julio las tropas están dispuestas para el combate.
En esa madrugada los cristianos se prepararon para vencer o morir. Al amanecer se dio la comunión a las tropas cristianas, los soldados encomendaron su alma al cielo y se prepararon para la batalla. Se iban a enfrentar dos ideologías totalmente diferentes, la Espada contra el Alfanje y la Cruz contra la Media Luna.
Aproximación de las tropas cristianas en las navas de tolosa hasta la Mesa del Rey



Despliegue de los Ejércitos en de Las Navas de Tolosa

Los Cristianos

En el ejército cristiano, unos 70.000 hombres divididos en 3 Cuerpos .
En el centro la caballería castellana, en su vanguardia el abanderado de Castilla, el vascodon Diego López II de Haro;el nuevo Alférez de Castilladon Álvaro Núñez de Lara. Situado en el centro de la retaguardia del cuerpo central, estaba el Rey de Castilla Alfonso VIII y el Arzobispo de Toledo, don Rodrigo Jiménez de Rada.
En el ala derecha, junto con los 200 caballeros peones navarros , el rey Sancho VII “El Fuerte”.
En el ala izquierda los aragoneses con su Rey Pedro II.
En la retaguardia las milicias urbanas castellanas de ÁvilaSegovia Medina del Campo que auxiliaban a un flanco y al otro. También en esta tercera fila de retaguardia estaban integradas las órdenes militares de Santiago, Calatrava, Templarios y Hospitalarios.
La financiación de la empresa, en un 66 % estuvo a cargo del tesoro castellano y el resto por parte de la Iglesia. De todo el reino llegaron a Toledo armas, caballos y provisiones.

 

DESPLIEGUE BATALLA DE LAS NAVAS

Los Almohades

Los 120.000 musulmanes instalaron su campamento en el Cerro de los Olivares o de las Viñas con un despliegue clásico de la época. La infantería al frente y la caballería ligera en los flancos.
En primera línea, el cuerpo que debía recibir el choque frontal de la caballería cristiana. Era las tropas más fanatizadas por el Islam, los que entendían que estaban en una cruzada santa contra los infieles cristianos. Tropas ligeras y útiles para descabalgar y para las escaramuzas. Pero no fuertes en el cuerpo a cuerpo.
En segunda línea el gran grupo de fuerzas almohade. En esta segunda línea estaba constituida por tropas de voluntarios, posiblemente eran tropas procedentes del imperio almohade, procedían del Magreb, también había andalusíes. En tercera línea, las mejores tropas, era el cuerpo de élite almohade.
En Tercera línea, en la retaguardia la caballería pesada guardando la inmensa tienda de campaña del califa al-Nasir. Era una tienda roja, vistosa, no se ocultaba a nadie. Estaba rodeada de fortificaciones y de la terrible Guardia Negra. Esta guardia eran hombres absolutamente fanáticos, hombres dispuestos a morir por el islam, por el califa al-Nasir. Esta guardia personal estaba constituida por los imesebelen, una tropa escogida especialmente por su bravura que se enterraban en el suelo o se anclaban con cadenas para mostrar que no iban a huir.

Comienza la Batalla de Las Navas de Tolosa

El primero que dio la orden de combatir fue Alfonso VIII.
Después de una larga operación de lanzamientos de flechas, “la clásica preparación artillera de la época”, atacó la caballería pesada castellana.
Navas de Tolosa, imagen, empieza la batalla
El abanderado de castilla, el vizcaíno López de Haro, atacó frontalmente con miles de jinetes . El choque fue absolutamente brutal, y el golpe hizo daño en la vanguardia almohade. Esta operación obligó a un primero movimiento de retirada de las vanguardias musulmanas; pero más tarde los infantes musulmanes desorganizaban el ataque de la caballería y descabalgaban a los jinetes castellanos. Los alfanjes degollaban a los cristianos, entonces al-Nasir ordenó el contraataque con el grueso del ejército musulmán lo que obligó a retroceder a los Cristianos .
La segunda línea con la caballería ligera almohade, equipada con arcos y alfanjes, atacó con gran eficiencia produciendo un gran desgaste a las tropas de López de Haro. La segunda línea cristiana se adelantó y entró en combate para suplir las abundantes bajas sufridas. La situación fue crítica para los cristianos, muchos se retiraron, exceptuando López de Haro, su hijo, Núñez de Lara y las órdenes militares, que se mantienen heroicamente en combate cerrado.
Al ver retroceder a los cristianos, los musulmanes rompieron su formación cerrada para perseguirles, lo que fue un grave error táctico. Esta peligrosa maniobra de los musulmanes, debilitó el centro del ejército almohade .

 

 

La Carga de los Tres Reyes


Algo había que hacer. Alfonso VIII se miró con los obispos que le rodeaban, se miró con sus amigos, los reyes de Aragón y de Navarra
/ os preguntáis en qué lengua o idioma hablaban estos tres reyes ? /
y tomó la última decisión. Esa decisión que provoca que una batalla se pueda ganar, se pueda vencer. Se lanzó la última y desesperada carga, la que se consideró como la carga de los tres reyes.
Pedro II, Alfonso VIII y Sancho VII se pusieron al frente de sus hombres y de las órdenes militares; era el último aliento de los cruzados. Los cristianos se lanzaron al campo de batalla con todo lo que tenían. Era vencer o morir, vencer o ser invadidos por los almohades.

FINAL BATALLA NAVAS DE TOLOSA, carga de los tres reyes
Los cristianos rebasaron la segunda y la tercera línea almohade. Una acción heroica de sancho VII de Navarra, provocó que las tropas navarras se presentaran delante de la majestuosa tienda roja de campaña de al-Nasir para aplastar a la guardia personal del Miramamolin.
El Califa sólo tuvo tiempo para huir junto con un grupo de leales. La guardia negra se había quedado para defender la tienda. Los hombres de Sancho fueron matando uno a uno a los miembros de la guardia y rompieron las cadenas que circundaban la tienda. Esta cadenas pasarían posteriormente a se la parte fundamental del escudo de Navarra.
Miles de hombres cayeron, pero finalmente la victoria se decantó del lado cristiano. El Califa Miramamolín escapó huyendo a toda prisa una vez perdida ya la batalla. Esa noche se refugió en Baeza.
Los muertos musulmanes 90.000 y 5.000 los cristianos.
Finalizada batalla, Rada, el Arzobispo de Toledo rezó en el campo de batalla con el ejercito castellano, un "Te Deum" de agradecimiento a Dios.

FINAL DE LA BATALLA DE LAS NAVAS. DANDO GRACIAS A DIOS
El rey Alfonso VIII mandó una carta al Papa Inocencio III anunciando la gran victoria de los cristianos. La Cruzada había sido un éxito.
Los navarros y aragoneses perseguían en su huida a los Almohades. En su huida, Al-Nasir perdió sus tesoros y los cristianos consiguieron un colosal botín de guerra. De este botín se conserva el Pendón de Las Navas en el Monasterio de Las Huelgas en Burgos.


Y qué fue de los comandantes de los ejércitos

Al-Nasir nunca se repuso del desastre de las Navas. Abdicó en su hijo, se encerró en su palacio de Marraquech, en la gran capital imperial y se entregó a los placeres y al vino. Murió a los pocos meses de su derrota.
Alfonso VIII de Castilla extendió sus conquistas por Andalucía consolidando su frontera sur . Murió a los dos años (1214) escasos de la victoria.
Pedro II de Aragón murió al año siguiente (1213) en la batalla de Muret, combatiendo a don Simón de Monfort, que estaba al frente de los cruzados que Inocencio III contra los herejes cátarosPedro II era el feudatario de los cátaros y tuvo que defenderlos, muriendo en el intento. Con esto también Aragón perdía su presencia en el sur de Francia.
Sancho VII el Fuerte de Navarra sobrevivió veintidós años a la batalla. Al final de su vida, atacado de alguna especie de neurastenia "a causa de su mucha grossura y de la poca salud que tenía", se recluyó en su palacio de Tudela, donde permaneció encerrado hasta su muerte en 1234 cuando tenía 80 años.
CAMPO DE BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA

El Pendón de la Batalla de Las Navas de Tolosa


Este es el famoso Pendón de las Navas de Tolosa, fue un trofeo arrebatado al ejército almohade durante la batalla. El pendón, posiblemente colocado en la tienda del sultán Miramamolín, se encuentra en la actualidad en el monasterio de las Huelgas Reales.
Pendón de la Batalla de Las Navas de Tolosa

 



Los Im-Esebelen

La guardia pretoriana del Al-Nasir “El Miramamolín”, no eran esclavos negros encadenados para evitar su huída. Eran fanáticos voluntarios, llamados "imesebelen" (desposados /esposados?/), juramentados para ofrecer sus vidas en defensa del Islam. Se ataban por las rodillas con cadenas para que el enemigo viera que vencerían o morirían; pero que nunca retrocederían. Eran negros y su uniforme también de color negro.

Rey Sancho rompe las cadenas

las cadenas de las navas de Tolosa, Navarra


Consecuencias de la Batalla de Las Navas de Tolosa

Desde 1212 los almohades dejaron de ser una fuerza combativa. Los musulmanes de la Península Ibérica nunca más se recuperaron de esta derrota. Esta victoria expandió los territorios cristianos consolidando el avance definitivo de la Reconquista.
Esta batalla estableció el inicio de la superioridad militar, económica y política de los reinos cristianos iniciándose la decadencia de la civilización árabe en la Península Ibérica. Se inició el desmembramiento de al-Ándalus en reinos de Taifas, lo que favoreció el avance del empuje cristiano, hasta quedar al último vestigio musulmán el reino de Granada (Granada, Málaga y Almería), gobernado por la dinastía nazarí.
El reino de Granada sobreviviría precariamente hasta que Boabdil “el Chico”, último rey musulmán español, entregó las llaves del reino a los Reyes Católicos y se retiró a África desde Albuñol (Granada) .
Era el 2 de febrero de 1492 el proyecto de la Reconquista había concluido pero el empuje social y militar logrado se prolongó durante muchos años más en un nuevo proyecto:
El Descubrimiento del Nuevo Mundo.

ESCUDO DE LAS NAVAS DE TOLOSA




Crónicas Contemporáneas de la Batalla de Las Navas de Tolosa

 

Testimonio de don Rodrigo Jiménez de Rada ( Arzobispo de Toledo ), en Historia de los Hechos de España

Alrededor de la medianoche del día siguiente estalló el grito de júbilo y de la confesión en las tiendas cristianas, y la voz del pregonero ordenó que todos se aprestaran para el combate del Señor. Y así, celebrados los misterios de la Pasión del Señor, hecha confesión, recibidos los sacramentos, y tomadas las armas, salieron a la batalla campal; y desplegadas las líneas tal como se había convencido con antelación, entre los príncipes castellanos Diego López con los suyos mandó la vanguardia; el conde Gonzalo Núñez de Lara con los frailes del Temple, del Hospital, de Uclés y de Calatrava, el núcleo central; su flanco, lo mandó Rodrigo Díaz de los Cameros y su hermano Álvaro Díaz y Juan González y otros nobles con ellos; en la retaguardia, el noble rey Alfonso y junto a él, el arzobispo Rodrigo de Toledo y los otros obispos mencionados.
De entre los barones, Gonzalo Ruiz y sus hermanos, Rodrigo Pérez de Villalobos, Suero Téllez, Fernando García y otros. En cada una de estas columnas se hallaban las milicias de las ciudades, tal y como se había dispuesto. Por su parte el valeroso rey Pedro de Aragón, desplegó su ejército en otras tantas líneas; García Romero mandó la vanguardia; la segunda línea, Jimeno Coronel y Aznar Pardo; en la última, él mismo, con otros nobles de su reino; y de forma semejante, encomendó su flancos a otros nobles suyos.
Además, llevó consigo algunas fuerzas de las milicias de las ciudades de Castilla. El rey Sancho de Navarra, notable por la gran fama de su valentía, marchaba con los suyos a la derecha del noble rey, y en su columna se encontraban las milicias de las ciudades de Segovia, Ávila y Medina.
Desplegadas así las líneas, alzadas las manos al cielo, puesta la mirada en Dios, dispuestos los corazones al martirio, desplegados los estandartes de la fe e invocando el nombre del Señor, llegaron todos como un solo hombre al punto decisivo del combate. Los primeros en entrar en lid en la formación de Diego López de Haro, fueron su hijo y sus sobrinos ya citados, valerosos y decididos. Por su parte, los agarenos levantaron en la cima un reducto parecido a un palenque con los escriños de las flechas, dentro del cual estaban apostados infantes escogidos; y allí se sentó su rey teniendo a su alcance la espada, vistiendo la capa negra que había pertenecido a Abdelmón, el que dio origen a los almohades, y además, con el libro de Mahoma, que se llama Alcorán. / El Corán /
Por fuera del palenque había también otras líneas de infantes, algunos de los cuales, tanto los de dentro como los de fuera, con las piernas atadas entre ellos para que tuvieran por imposible el recurso de la huida, soportaban con entereza la cercanía de la batalla..., luego supimos por los agarenos que eran ochenta mil jinetes...


Los agarenos, aguantando casi sin moverse del lugar, comenzaron a rechazar a los primeros de los nuestros que subían por lugares bastante desventajosos para el combate, y en estos choques algunos de nuestros combatientes, agotados por la dificultad de la subida, se demoraron un rato. Entonces, algunos de las columnas centrales de Castilla y Aragón llegaron en un solo grupo hasta la vanguardia, y se produjo allí un gran desconcierto y el desenlace no se veía claro...
El noble Alfonso, al darse cuenta de ello y al observar que algunos, con villana cobardía, no atendían a la conveniencia, dijo delante de todos al arzobispo de Toledo: "Arzobispo, muramos aquí yo y vos"... Y en todo esto doy fe ante Dios, el noble rey no alteró su rostro ni su expresión habitual, ni su compostura, sino que más bien, tan bravo y resuelto como un león impertérrito, estaba decidido a morir o vencer. Y no siendo capaz de soportar por más tiempo el peligro de las primeras líneas, apresurado el paso las enseñas de los estandartes llegaron jubilosamente hasta el palenque de los agarenos por disposición del Señor.
La cruz del Señor, que solía tremolar delante del arzobispo de Toledo, pasó milagrosamente entre las filas de los agarenos llevada por el canónigo de Toledo Domingo Pascasio, y allí, tal como quiso el Señor, permaneció hasta el final de la batalla sin que su portador, solo, sufriera daño alguno... Mientras tanto, fueron muertos muchos miles de agarenos ante la presión simultánea de los aragoneses, los castellanos y los navarros por sus frentes respectivos...

Testimonio del cronista Ibn Abi Zar

"Al oír Alfonso que Al-Nasir había tomado a Salvatierra, se dirigió contra El con todos los reyes cristianos que le acompañaban y con sus ejércitos. Al saberlo Al-Nasir, le salió al encuentro con las tropas musulmanas: avistáronse los combatientes en el sitio llamado Hisn al'Iqab, (Castillo de la Cuesta, hoy Castro Ferral); allí se dio la batalla.
Se plantó la tienda roja, dispuesta para el combate en la cumbre de una colina, Al-Nasir vino a ocuparla y se sentó sobre su escudo con el caballo al lado; los negros rodearon la tienda por todas partes con armas y pertrechos. La zaga, con las banderas y tambores, se puso delante de la guardia negra con el visir Abu Said ben Djami. Se dirigió contra ellos el ejército cristiano. En filas, como nubes de langostas; los voluntarios les salieron al encuentro y cargaron sobre ellos en número de 160.000, pero desaparecieron entre las filas de los cristianos, quienes los cubrieron y combatieron terriblemente. Los musulmanes resistieron heroicos, todos los voluntarios murieron mártires, sin dejar uno; las tropas almohades, árabes y andaluzas los miraban sin moverse. Cuando los cristianos acabaron con los voluntarios, cargaron sobre los almohades y sobre los árabes con inaudito empuje; mas al entablarse el combate huyeron los caídes andaluces con sus tropas por el odio que había dirigido Ibn Djimi al despedirlos.
Cuando los almohades, los árabes y las cábilas bereberes vieron que los voluntarios habían sido exterminados, que los andaluces huían, que el combate arreciaba contra los que quedaban, y que cada vez los cristianos eran más numerosos, se desbandaron y abandonaron a Al-Nasir. Los infieles los persiguieron espada en mano, hasta llegar al círculo de negros y guardias que rodeaban a Al-Nasir; pero los encontraron que formaban como un sólido muro, y no pudieron abrir brecha; entonces volvieron las grupas de sus caballos acorazados contra las lanzas de los negros, dirigidas contra ellos, y entraron en sus filas.


Al-Nasir seguía sentado sobre su escudo, delante de su tienda, y decía "Dios dijo la verdad y el demonio mintió", sin moverse de su sitio, hasta que llegaron los cristianos junto a él. Murieron a su alrededor más de 10.000 de los que formaban su guardia; un árabe entonces, montado en una yegua, llegose a él y le dijo: "Hasta cuándo vas a seguir sentado?, ¡Oh, Príncipe de los Creyentes!, se ha realizado el juicio de Dios, se ha cumplido su voluntad y han perecido los musulmanes." Entonces se levantó para montar el veloz corcel que tenía al lado; pero el árabe, descabalgando de su yegua le dijo: "Monta en esta que es de pura sangra y no sufre ignominia, quizás Dios te salve con ella, porque en tu salvación está nuestro bien." Montó Al-Nasir en la yegua, y el árabe en su caballo le precedía, rodeados ambos por un fuerte destacamento de negros, a cuyos alcances iban los cristianos. El degüello de musulmanes duró hasta la noche, y las espadas de los infieles se cebaron en ellos y los exterminaron completamente, tanto que no se saló uno de mil. Los heraldos de Alfonso gritaban: "Matad y no apresad, el que traiga un prisionero será muerto con él". Así que no hizo el enemigo un solo cautivo este día.
Fue esta terrible calamidad el lunes 15 de safar del 609 (16 de julio de 1212), comenzó a decaer el poder de los musulmanes en al-Ándalus, desde esta derrota, y no alcanzaron ya victorias sus banderas; el enemigo se extendió por ella y se apoderó de sus castillos y de la mayoría de sus tierras, y aún no hubiera llegado a conquistarla toda, si Dios no le hubiese concedido el socorro del emir de los musulmanes Abu Yusuf ben Abd al-Haqq, que restauró sus ruinas, reedificó sus alminares y devastó en sus expediciones el país de los infieles.
De vuelta de Hisn al-Iqab fue Alfonso contra la ciudad de Úbeda, y la ganó a los musulmanes por asalto, matando a sus habitantes, grandes y pequeños, y así siguió conquistando al-Ándalus, ciudad tras ciudad, hasta apoderarse de todas las capitales, no quedando en manos de los musulmanes sino muy poco poder. Sólo le impidió apoderarse de este resto de botín la protección divina por medio de la dinastía de los benimerines. Dícese que todos los reyes cristianos que asistieron a la batalla de Hisn al-Iqab, y que entraron en Úbeda, no hubo uno que no muriese aquel año."
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